Lionel Messi llegó al Théâtre du Châtele para la gala del Balón de Oro, acompañado por su esposa Antonela Roccuzzo, sus hijos Thiago y Mateo (Ciro volvió a quedarse en Barcelona, como sucedió en la entrega de The Best) y la delegación de la institución, integrada, entre otros, por Antone Griezmann, Frenkie De Jong, Marc-André Ter Stegen y el presidente Josep Bartomeu. Juntos recorrieron la alfombra roja, rodeados por los fanáticos que corearon el nombre del astro rosarino). El hijo menor de la pareja caminó de la mano del delantero; el pícaro Mateo, con su mamá. Hasta que una figura inesperada se cruzó en el camino del argentino.
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Lionel Messi llegó al Théâtre du Châtele para la gala del Balón de Oro, acompañado por su esposa Antonela Roccuzzo, sus hijos Thiago y Mateo (Ciro volvió a quedarse en Barcelona, como sucedió en la entrega de The Best) y la delegación de la institución, integrada, entre otros, por Antone Griezmann, Frenkie De Jong, Marc-André Ter Stegen y el presidente Josep Bartomeu. Juntos recorrieron la alfombra roja, rodeados por los fanáticos que corearon el nombre del astro rosarino). El hijo menor de la pareja caminó de la mano del delantero; el pícaro Mateo, con su mamá. Hasta que una figura inesperada se cruzó en el camino del argentino.
Hristo Stoichkov se paró junto al atacante y marchó a su lado, hasta que Messi lo advirtió, mostró sorpresa y lo saludó afectuosamente. Luego, el búlgaro, también multicampeón con el Barcelona, jugueteó brevemente con Thiago y dialogó unos segundos con el capitán de la selección, para luego escoltar a la nómina del club culé hasta la foto formal, antes de ingresar al teatro.
Stoichkov, de 53 años, jugó en el Barça desde 1990 al 95 y del 97 al 98. Cosechó 15 títulos; 11 en el orden local y cuatro internacionales. Además, se erigió como una de las figuras históricas de la selección de Bulgaria. Siempre fue un gran defensor de Messi. “Lo conocí cuando llegó a la Masía y él tenía 12 años. Pocas personas saben que detrás del futbolista fuera de serie hay una persona que es mucho más grande”, dijo en 2018 en una charla en Guatemala, por caso. “Es un mito, no se lo puede discutir”, concluyó.
Incluso, también el año pasado, en ocasión de una lesión de Messi por la Champions League, desde su actual rol de comentarista se permitió bromear con Ernesto Valverde, entrenador del Barcelona. “Si quieres yo puedo jugar en el sitio de Messi, tanto en el medio como en la banda”, le lanzó. “Por las dudas no te vayas lejos, lo voy a evaluar”, replicó entre risas el entrenador.