'La boda de mi mejor amigo', el clásico de 1997 protagonizado por Julia Roberts, Cameron Diaz, Rupert Everett y Dermot Mulroney ha vuelto a reunir a sus personajesen la revista Entertainment Weekly. La temática de la sesión de fotos no podía ser otra que la de una boda y con Cameron Diaz vestida de novia, esta vez de rosa, una vez más. Y, entre todos, destaca Julia Roberts. A los 52 años, la oscarizada actriz aparece radiante, sin haber perdido su mejor cualidad, que le llevó a ser la sonrisa de Hollywood.
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'La boda de mi mejor amigo', el clásico de 1997 protagonizado por Julia Roberts, Cameron Diaz, Rupert Everett y Dermot Mulroney ha vuelto a reunir a sus personajesen la revista Entertainment Weekly. La temática de la sesión de fotos no podía ser otra que la de una boda y con Cameron Diaz vestida de novia, esta vez de rosa, una vez más. Y, entre todos, destaca Julia Roberts. A los 52 años, la oscarizada actriz aparece radiante, sin haber perdido su mejor cualidad, que le llevó a ser la sonrisa de Hollywood.
“Todos nos llevamos muy bien de inmediato. Y todo el mundo pudo sentir eso en la pantalla. Para mí fue mágico”, dijo Rupert Everett en la charla para la publicación.
La película cuenta la historia de Julianne (Roberts), una crítica de restaurantes que se da cuenta de que está enamorada de su mejor amigo, Michael (Mulroney), y planea sabotear su boda con una universitaria rica llamada Kimmy (Diaz), con la ayuda de su amigo homosexual (Everett). “Cuando lo leí pensé que era realmente inteligente y divertido”, dice la que es conocida como la novia de América sobre el guion de la cinta.
Diaz, quien había iniciado su carrera en Hollywood solo unos años antes, no pensó dos veces aceptar el papel de Kimmy. “Me puse a trabajar con todas estas personas y con Julia. Fue una gran oportunidad para mí”, asegura la actriz de Algo pasa con Mary, que lleva varios años alejada de los focos y no ha dudado en volver a aparecer para este encuentro.
Preguntados sobre la escena que más les gustó de la cinta, Roberts lo tiene claro y destaca el momento en el que le confiesa su amor a Mulroney en una sola frase. “Para mí la escena que me hizo sentir tan auténtica y ferviente es cuando finalmente le digo al personaje de Dermot: ‘Escógeme a mí. Déjame hacerte feliz”, dice la ganadora del Oscar por Erin Brockovich.
Cameron Diaz, en cambio, señala su momento más vergonzoso del rodaje: la famosa escena del karaoke en la que le canta a su pareja en la ficción. “Estaba aterrada, de verdad. Solo quería correr y esconderme, pero Dermont me mantuvo allí y me infundió ánimos. ‘Puedes hacerlo’, me dijo. Por eso en la escena solo lo miro a él todo el rato y él me mira como diciéndome: ‘Estás bien, no vas a morir’, pero yo sentía que moría”, recuerda entre risas.
Ahora la intérprete se alegra de haber superado dicha humillación, especialmente por todo el éxito que cosechó. Un éxito que llegó hasta su propia familia, pues según ha revelado Diaz, su propia concuñada, la actriz Nicole Richie, está obsesionada con esta película. “Fuimos a Chicago hace como un año y medio y me llevó a todos los sitios que salen en la peli…fue muy divertido”, cuenta. “He trabajado mucho en Chicago desde entonces, y esta ciudad ama a esta película, es increíble”, añade Dermont.
La película arrasó en taquilla y conquistó a toda una generación con escenas inolvidables como en la que aparece toda la familia comiendo en la mesa mientras cantan 'I say a little prayer for you' de la inolvidable Aretha Franklin.
Pero no es la única. La escena del baile final de Julia Roberts con Rupert Everett a lo 'James Bond' nos cautivó para siempre (incluso algunos nos preguntamos por qué el actor británico no llegó nunca a ser 007).