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Tímidos vientos de cambio en la “valoración” a la hora de ingresar a la Administración Pública

Martes, 14 de mayo de 2019 09:06

Comienzan a sentirse tímidos vientos de cambio en Salta en cuanto a la “valoración” de los postulantes a ocupar cargos en la Administración Pública. Obviamente, hablamos de la punta de un ovillo cuya madeja se tejió durante décadas y que colocan al “acomodo” y la “buena presencia” por encima de las capacidades personales, y lo que es más importante aún, de la eficiencia del servicio que se le brinda a los ciudadanos. Se trata de dos aspectos que siendo benevolentes no tienen porque ser desdeñables en sí mismos, sino por el hecho de no alcanzar los resultados deseables en las distintas áreas del Estado, tiñendo las gestiones de ineficientes y costosas.
Hace poco tiempo, en una entrevista otorgada a un portal salteño, Juan Arroyo, secretario general de ATE dijo que hay ingresos a la Administración Pública por herencia. En dicha oportunidad contó que “los trabajadores aspiran a que sus hijos sigan el camino”. Sin embargo, y aquí reside el punto relevante, reconoció que los cargos deben otorgarse a gente calificada y que los postulantes deberían demostrar  sus capacidades.
En el sur provincial fueron más allá y en el seno del Concejo Deliberante de Metán presentaron un proyecto para que el municipio contrate mediante pasantías a los seis mejores promedios del instituto terciario local.
La iniciativa del concejal José María Issa apunta a que los jóvenes perciban que estudiar es el camino por el cual se accede al mundo laboral, que obtengan experiencia y que el municipio comience a nutrirse de personal idóneo para el desarrollo de sus tareas. La duración de estas pasantías -según el proyecto- será de 6 meses a un año, y se les entregará certificados al finalizar el ciclo. 
La corriente va en sentido de lo que viene exponiendo desde hace unos años la trabajadora social, Lorena Quintero, coordinadora de la Red Académica de Gobierno Abierto del NOA (RAGA). “El salteño comenzó a exigir la instauración de nuevos valores que promuevan la meritocracia en términos de competencia. Esto se logra con concursos públicos, que la gente cuente con información suficiente que la ponga en igualdad de posibilidades de acceder a los diferentes puestos, porque hoy para el éxito de una gestión no basta el voluntarismo, esto es algo que lo venimos repitiendo desde hace tiempo, hace falta estar preparado, ser capaz y ser evaluado‘, destacó Quintero.
Como aseguran los especialistas, una buena selección del personal por competencias es el punto de inicio de una gestión más eficiente y moderna, orientada a resultados medibles y a potenciar lo mejor que las personas tienen, su talento; y en el caso de la Administración Pública, a brindar un servicio de calidad.  

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Comienzan a sentirse tímidos vientos de cambio en Salta en cuanto a la “valoración” de los postulantes a ocupar cargos en la Administración Pública. Obviamente, hablamos de la punta de un ovillo cuya madeja se tejió durante décadas y que colocan al “acomodo” y la “buena presencia” por encima de las capacidades personales, y lo que es más importante aún, de la eficiencia del servicio que se le brinda a los ciudadanos. Se trata de dos aspectos que siendo benevolentes no tienen porque ser desdeñables en sí mismos, sino por el hecho de no alcanzar los resultados deseables en las distintas áreas del Estado, tiñendo las gestiones de ineficientes y costosas.
Hace poco tiempo, en una entrevista otorgada a un portal salteño, Juan Arroyo, secretario general de ATE dijo que hay ingresos a la Administración Pública por herencia. En dicha oportunidad contó que “los trabajadores aspiran a que sus hijos sigan el camino”. Sin embargo, y aquí reside el punto relevante, reconoció que los cargos deben otorgarse a gente calificada y que los postulantes deberían demostrar  sus capacidades.
En el sur provincial fueron más allá y en el seno del Concejo Deliberante de Metán presentaron un proyecto para que el municipio contrate mediante pasantías a los seis mejores promedios del instituto terciario local.
La iniciativa del concejal José María Issa apunta a que los jóvenes perciban que estudiar es el camino por el cual se accede al mundo laboral, que obtengan experiencia y que el municipio comience a nutrirse de personal idóneo para el desarrollo de sus tareas. La duración de estas pasantías -según el proyecto- será de 6 meses a un año, y se les entregará certificados al finalizar el ciclo. 
La corriente va en sentido de lo que viene exponiendo desde hace unos años la trabajadora social, Lorena Quintero, coordinadora de la Red Académica de Gobierno Abierto del NOA (RAGA). “El salteño comenzó a exigir la instauración de nuevos valores que promuevan la meritocracia en términos de competencia. Esto se logra con concursos públicos, que la gente cuente con información suficiente que la ponga en igualdad de posibilidades de acceder a los diferentes puestos, porque hoy para el éxito de una gestión no basta el voluntarismo, esto es algo que lo venimos repitiendo desde hace tiempo, hace falta estar preparado, ser capaz y ser evaluado‘, destacó Quintero.
Como aseguran los especialistas, una buena selección del personal por competencias es el punto de inicio de una gestión más eficiente y moderna, orientada a resultados medibles y a potenciar lo mejor que las personas tienen, su talento; y en el caso de la Administración Pública, a brindar un servicio de calidad.  

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