La serie de actividades del 16 de junio en homenaje a don Martín Miguel de Güemes comenzaron temprano, con una fina lluvia que en principio golpeaba duro.
Para este año los actos conmemorativo del paso a la inmortalidad del Héroe Gaucho tuvieron la particularidad de un visita única, con mucho olor a que cada año se lo reconoce más Güemes. La llegada de la Fanfarria del Alto Perú, con 100 granaderos a caballo que anduvieron montados, por primera vez, por las calles de Salta, causó furor entre los turistas y los vecinos que olvidaron por un momento el frío y aplaudieron y gritaron a más no poder.
A las 10, puntual, como estaba previsto y anunciado, arrancaba la columna del Regimiento de Granaderos a Caballo desde el Campo Histórico La Cruz.
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La serie de actividades del 16 de junio en homenaje a don Martín Miguel de Güemes comenzaron temprano, con una fina lluvia que en principio golpeaba duro.
Para este año los actos conmemorativo del paso a la inmortalidad del Héroe Gaucho tuvieron la particularidad de un visita única, con mucho olor a que cada año se lo reconoce más Güemes. La llegada de la Fanfarria del Alto Perú, con 100 granaderos a caballo que anduvieron montados, por primera vez, por las calles de Salta, causó furor entre los turistas y los vecinos que olvidaron por un momento el frío y aplaudieron y gritaron a más no poder.
A las 10, puntual, como estaba previsto y anunciado, arrancaba la columna del Regimiento de Granaderos a Caballo desde el Campo Histórico La Cruz.
Montados en sus cuidados caballos, con sus brillantes es estribos, sin espuelas, y su botas brillante casi charol hasta las rodillas, en elegante paso y con los instrumentos musicales a cuestas desfilaron desde los cuarteles por avenida Sarmiento hasta Belgrano. De allí doblaron por Mitre e ingresaron a la plaza 9 de Julio en donde se vivió el primer momento más emotivo de la mañana. Frente al Cabildo histórico se desplegaron los Granaderos ante cientos de turistas y salteños. Los más emocionados estuvieron en los extremos: los niños y los adultos mayores quedaron estupefactos por la epifanía de ver a los verdaderos Granaderos, montados en sus caballos, tocando el Himno Nacional de Argentina en la explanada de la plaza central de Salta. Aplaudieron hasta que les dolieron las manos y gritaron por la Patria y por Güemes.
“Estamos muy emocionados por este regalo de Salta. Sabíamos de la fecha de Güemes, pero jamás nos imaginamos que era tan lindo. Esta noche (por anoche) vamos a la Guardia Bajo las Estrellas y a los fogones”, dijo María Antonia Guajardo que vino desde San Juan y lloraba viendo el paso de los jinetes uniformados.
El gran desfile urbano siguió en torno de la plaza y no pudo parar en la Catedral Basílica, donde están los restos de don Martín, porque las puertas estaban cerradas a causa del masivo corte de energía eléctrica.
Volvieron por Mitre mientras miles de cámaras y celulares registraban su paso. Doblaron nuevamente por Belgrano y siguieron rumbo al Paseo Güemes con destino final al Monumento.
En la marcha la música seguía, un xilofón a caballo, los vientos de metal y la percusión ambulante marcaba el paso permanentemente.
En el Monumento, de cara a la estatua de Güemes, los integrantes del cuerpo del Regimiento de Granaderos a Caballo rindieron su homenaje a don Martín Miguel de Güemes. Ese segundo momento emocionante fue vivido por otro centenar de afortunados. Muchos de los que estaban en la plaza siguieron a pie ese hecho inédito.
Banderas de Salta, de Argentina, una reconocida de los excombatientes de Malvinas y hasta pañuelos saludaron el retiro de los Granaderos. “Nosotros los seguimos en auto. Estuvimos en la plaza y en el monumento y nos dio muchas ganas de llorar el ver los Granaderos de San Martín en Salta”, dijo Marta Alicia, que andaba con su mamá Felisa Ramos por todo el centro tras los pasos de los soldados.
“Yo siempre tuve admiración por los Granaderos. Ahora que ellos vinieron a realizar su homenaje me abre el pecho de orgullo. Es un justo e histórico reconocimientos”, dijo Felisa que tiene 79 años y que andaba tan conmovida como cualquier niño.