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"El Pepo" protagonizó una tragedia vial con un saldo de dos muertos

El cantante de cumbia volcó con la camioneta de conducía. Murieron dos de sus acompañantes. En tanto él y una corista se salvaron
Domingo, 21 de julio de 2019 01:07

El popular cantante de cumbia "El Pepo" resultó herido y dos personas murieron ayer al accidentarse la camioneta en la que viajaban en una ruta cercana a la localidad bonaerense de Dolores, y la Justicia pidió su detención preventiva. Según informaron fuentes policiales y judiciales, la fiscal de Dolores, Verónica Raggio, dispuso la detención preventiva para Rubén Darío "El Pepo" Castiñeiras, de 44 años, imputado por los delitos de "doble homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas".

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El popular cantante de cumbia "El Pepo" resultó herido y dos personas murieron ayer al accidentarse la camioneta en la que viajaban en una ruta cercana a la localidad bonaerense de Dolores, y la Justicia pidió su detención preventiva. Según informaron fuentes policiales y judiciales, la fiscal de Dolores, Verónica Raggio, dispuso la detención preventiva para Rubén Darío "El Pepo" Castiñeiras, de 44 años, imputado por los delitos de "doble homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas".

La fiscal dispuso la medida y que el cantante permanezca internado con custodia policial hasta que se aclare lo ocurrido en el accidente en el que murieron dos personas que lo acompañaban y una tercera resultó herida. "El Pepo", tuvo que ser trasladado al hospital San Roque de esa localidad bonaerense, al igual que la corista Romina Candias, de 28 años, que también viajaba en el vehículo. Las personas que fallecieron en la tragedia vial son el trompetista de la banda, Nicolás Carabajal, y el representante, Ignacio Abosaleh.

El accidente, según las fuentes, ocurrió en horas de la madrugada, cuando la camioneta que conducía "El Pepo" circulaba por la ruta provincial N§ 63, a la altura del kilómetro 8,5, en sentido hacia la Costa Atlántica. Según trascendió, el vuelco del vehículo se produjo cuando el cantante quiso esquivar algo que se le cruzó en el camino.

En la camioneta, una Honda CRV, iban al menos cuatro personas: el cantante, otros dos hombres y una mujer. El director del hospital San Roque de Dolores, Jorge Sepero, informó que el cantante tiene "traumatismos leves" y "escoriaciones en el rostro", por lo que estaba "fuera de peligro" y podría ser dado de alta de un momento a otro. Respecto a la joven, que también fue internada, el médico precisó en declaraciones a Radio Mitre que también estaba "fuera de peligro", pero con una "fractura" en una pierna.

El accidente se produjo en el paraje Sol de Mayo y al momento del impacto la visibilidad se habría encontrado reducida por niebla, señalaron los informantes. En un video que publicó el portal Crónica se puede ver al músico después del accidente y en el que se lo escucha decir: "Yo no manejaba, iba manejando Nacho, el pibito que está muerto ahí". Sin embargo, existen sospechas de que sus dichos no se ajustarían a la verdad

Trascendió que "El Pepo" y sus tres acompañantes viajaban hacia la costa atlántica, donde se iban a presentar en San Bernardo y Villa Gesell. Los peritos en accidentología tratan ahora de determinar las causas del trágico vuelco. Al mismo tiempo, la Justicia dispuso el chequeo de las cámaras de seguridad para determinar quién conducía camioneta al momento del accidente. El cantante se cubrió diciendo que él no lo hacía, con el propósito de deslindar responsabilidades.

Un adicto total

El popular cantante de cumbia es un adicto a muchas cosas: al fútbol, a la música y a las drogas. Cuando no era nadie, Pepo siempre estaba rodeado de amigos. Primero los del club Racing, del que es fanático, y la escuela, a quienes se agregaron los del barrio, los de la cancha y los amigos de los amigos de los amigos.

Carismático, simpático y entrador, se hacía querer por todos. Hasta que, como cantó alguna vez "el diablo se adueñó de mis pulmones". Según la agencia Infobae, algún mal "bicho disfrazado de amigo", las ganas de experimentar, la seducción de andar por la cornisa, vaya a saber qué fue lo que hizo que ese chico deportista quisiera cambiar su mundo relativamente tranquilo por otro de fácil ingreso y dudosa salida: el de las adicciones.

Su vida reflejada en un filme

Cuando falleció su padre, Pepo sintió la tristeza de la pérdida pero la alegría de que Jorge Castiñeiras lo viera recuperado tras la salida de la cárcel por los delitos que había cometido. En medio del dolor por la irreparable tuvo fuerzas para cumplir el último deseo de su papá: esparció sus cenizas detrás de uno de los arcos de la cancha del club de sus amores: Racing Club.

Su vida y su historia se reflejaron en la película “Pepo, la última oportunidad”, en la que se muestra su caída y redención. “Uno cuando está mal no aspira a nada, lo único que aspira es falopa”, señala Infobae, al hacer un raconto de su vida. “Cuando uno está bien puede empezar a soñar, haciendo cosas de a poquito”, aseguró en la presentación Pepo, al señalar que atravesó tiempos de pesadillas y volvió a soñar. 

Siempre a su manera. Porque como escribió: “Aceptame, rechazame, pero no quieras cambiarme. Sé que mi estilo de vida no se parece a tu vida pero ¿qué le puedo hacer? Yo soy así”.

Condenado por robo a mano armada

Estuvo preso más de 6 años. Delinquía porque gastaba más de lo que ganaba.

 “El Pepo” Castiñeiras

La droga y las diversiones fueron siempre el “talón de Aquiles” de “El Pepo”. Así fue como en sus comienzos, aun cuando ganaba mucho gastaba la plata en noches caóticas y descontroladas. Entonces comenzó a robar con armas, hasta que un día en el barrio porteño de Flores lo detuvieron por asaltar a un supermercado chino. Lo condenaron a seis años y diez meses de prisión.

Los primeros tres años preso se sumergió en una gran depresión que intentaba esquivar consumiendo. “No veía salida, no veía otra cosa que consumir. Hasta que empecé a ver otra cosa: vi una luz allá y me aferré a esa luz que, en mi caso, se llamó Víctor Hortel. Ellos hicieron un lindo proyecto para la población carcelaria de los penales federales. Me dieron la oportunidad de armar un taller, un grupo de música. Y eso me fue enderezando”, contó.

Luego lo trasladaron a otro módulo para que pudiera hacer música. Organizó un casting entre los detenidos y armó un grupo al que bautizó “Bien de abajo”. Empezaron con un teclado y luego les facilitaron más instrumentos. Organizaban minirrecitales para mostrar a las familias lo que hacían. 

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