En la décima mañana de paro de los trabajadores de la educación en la provincia y con 12 días de acampe, cortes de rutas y movilizaciones, la presión para el Gobierno y para los docentes parecía no tener fin ayer. Desde temprano se percibía que estaban tan tensas las negociaciones que ya nadie sabía hasta cuándo se podrían sostener.
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En la décima mañana de paro de los trabajadores de la educación en la provincia y con 12 días de acampe, cortes de rutas y movilizaciones, la presión para el Gobierno y para los docentes parecía no tener fin ayer. Desde temprano se percibía que estaban tan tensas las negociaciones que ya nadie sabía hasta cuándo se podrían sostener.
En el centro capitalino fue otra mañana de manifestaciones de miles de docentes a los que se sumaron padres y alumnos autoconvocados.
ATE, Sitepsa (Sindicato de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Salta), la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Psicopedagogos, profesores de las instituciones educativas privadas y del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), que se había concentrado en la esquina de San Martín y Buenos Aires, se sumaron a los reclamos.
También llegaron los trabajadores de maestranzas de las escuelas.
Grupos de Tartagal, San Antonio de los Cobres, Salvador Mazza, Rosario de Lerma y Campo Quijano, entre otras localidades, hicieron sentir su presencia con banderas y pancartas.
Entre los docentes se mezclaron grupos de “Alumnos Autoconvocados” con carteles que decían “Soy la suma de todos los docentes que pasaron por mi vida” y “Sin docencia no hay futuro”.
Lo llamativo estuvo ayer en la columna de “Padres Autoconvocados”, que participaron con una sola bandera y con pancartas que rezaban “Mamás en apoyo a la lucha docente”.
La movilización siguió el itinerario que ya se hizo habitual, cuando pasaron casi dos semanas de paros, marchas y manifestaciones docentes.
La columna salió de la plaza por la calle Balcarce hasta Belgrano y luego hasta el paseo Güemes. “Somos la docencia mal pagada, si el Gobierno nos quiere en las aulas entonces que pague un sueldo mejor”, cantaban los maestros a viva voz.
La marea humana siguió por la avenida Bicentenario, luego por la calle Boedo en dirección hacia la zona de la terminal. Después doblaron por la avenida Yrigoyen y avanzaron por San Martín hasta la calle Buenos Aires, donde doblaron para finalmente volver a la plaza 9 de Julio.
En la zona de los mástiles el acampe estaba firme. Cada día se fueron sumando tiendas sobre el césped del espacio verde.
“La propuesta del Gobierno es superadora, pero iguala el índice de inflación. No es mala, pero tampoco buena”, dijo la delegada Catalina Guerra.
Los docentes insistieron en uno de los principales puntos del reclamo hasta ayer, que era el no descuento de los días de paro y que se garantizara que no habría sanciones para los que se sumaron a las medidas de fuerza. Las versiones indicaban que el Ministerio de Educación sería más flexible si en la asamblea de delegados de ayer a la tarde se resolvía levantar el paro.
En representación de los padres habló una madre que no quiso dar su nombre. Dijo, sin micrófono, y al frente del Cabildo: “Queremos a nuestros niños y niñas en las escuelas con docentes bien pagados. Ver a nuestros maestros en las calles nos causa gran dolor”.
Los padres autoconvocados dieron una vuelta más a la plaza 9 de Julio sobre el final de la mañana y se sumaron muchos vecinos que pasaban por el lugar.