Una maestra jubilada donó ropa y calzados al comedor comunitario infantil Sueños y Esperanzas, ubicado en el humilde barrio Santa Ana. La acción solidaria forma parte de un proyecto social que ya tiene varios años y que es encabezado por Emma Castro, docente que dejó las aulas hace tiempo y que enfoca sus energías a rescatar ropa y calzado en buen estado para ser donados a los chicos que más necesitan.
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Una maestra jubilada donó ropa y calzados al comedor comunitario infantil Sueños y Esperanzas, ubicado en el humilde barrio Santa Ana. La acción solidaria forma parte de un proyecto social que ya tiene varios años y que es encabezado por Emma Castro, docente que dejó las aulas hace tiempo y que enfoca sus energías a rescatar ropa y calzado en buen estado para ser donados a los chicos que más necesitan.
Hay gente que no se rinde, y se da vuelta con lo poco que tiene, con el único objetivo de alimentar a sus pares, seres indefensos que necesitan lo primordial, comida, vestimenta, contención y educación.
Doña Mirta Salvatierra, es la encargada de cocinar y alimentar a los más de treinta niños que van al lugar. Al comedor Sueños y Esperanzas acuden niños a partir de un año, de bajos recursos. El viernes recibió a Emma Castro, la maestra jubilada, que acudió al comedor llevando ropa de abrigo y calzados a los pequeñitos.
Luego de entregar las donaciones, la maestra expresó a El Tribuno que "visitamos este comedor para hacer entrega de una partida de ropa y calzado en excelentes condiciones. Lamentablemente pude comprobar la precariedad del lugar adonde comen los niños, cocinan al aire con leña a pesar de inclemencias climáticas".
Un encuentro
Emma también señaló que "estoy muy emocionada de conocer a Mirta, quien se levanta todos los días a las seis de la mañana para buscar leña en el río, que está ubicado a pocos metros. Realmente es admirable su labor y el amor con que hace todo esto".
La exdocente, desde hace más de cuarenta años decidió ponerse en campaña para juntar ropa y calzados, acondicionarlos, y entregarlos en zonas de escasos recursos.
"El proyecto Un recreo para el corazón, se lleva a cabo hace mucho años con mucho esfuerzo y compromiso, ayudando a personas con necesidades urgentes de ropa de segunda mano pero en excelentes condiciones", expresó.
"Con este aporte se solucionan por lo menos un poco de estas problemáticas sociales que crecen cada vez más debido a la situación económica y a la falta de trabajo que genera más pobreza y crecen de este modo los sectores más vulnerables".
Con respeto al proyecto, Castro, dijo que "los principales beneficiados son los niños, ancianos y madres. Este proyecto es para solidarizarnos con el prójimo, por eso queremos agradecer la confianza y colaboración de familiares, vecinos, profesionales de nuestro medio colegas docentes activos y pasivos".