Mientras el país y la provincia se aprontan para unas elecciones (a nivel nacional, bastante traumáticas) que cambiarán el clima político, el campo se pregunta si el futuro será predecible o si pueden recrudecer viejas pesadillas como las del enfrentamiento de 2008.
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Mientras el país y la provincia se aprontan para unas elecciones (a nivel nacional, bastante traumáticas) que cambiarán el clima político, el campo se pregunta si el futuro será predecible o si pueden recrudecer viejas pesadillas como las del enfrentamiento de 2008.
"El campo y la ciudad son partes de un todo, que es la Nación. Cada uno aporta lo suyo y un país solo puede desarrollarse si se mantiene el equilibrio", explicó ayer el presidente de Prograno, Lucas Norris, al anunciar la jornada que se realizará el viernes, organizada por la entidad y por la Asociación de Semilleros Argentinos.
"El campo es nada más que un eslabón de la gran cadena productiva que involucra a todos los argentinos, y las condiciones para su existencia misma radican en la garantías jurídicas y políticas que alienten inversiones a muy largo plazo" dijo.
La IV Jornada Anual Campo y Ciudad será en el Hotel Sheraton, el jueves, a partir de las 8.40. Será inaugurada por el presidente de la Jornada, Leandro Carrizo, el presidente de ASA, Alfredo Paseyro y el titular de Prograno, Lucas Norris. La agenda abordará los aspectos productivo, educacional y comunicacional, e incluirá un capítulo sobre la mujer.
Los disertantes invitados son el economista Marcelo Capello (IERAL), la genetista Gabriela Levitus (Argenbío), la experta Fabiana Malacarne (ASA), las educadoras Millie Buchanan y Paula Scardilli, el politólogo Carlos Fara, el periodista Matía Longoni, y los expertos en comunicación institucional agropecuaria Eduardo Reina, Pilu Giraudo y Jorgelina Traut.
El lema "El Campo y la Ciudad Consolidando la Argentina que se Viene", pone en evidencia las preocupaciones de la actividad rural. "El campo es una actividad con dinámica propia, y que necesita plazos y tiempos. Sin esas condiciones es inimaginable la inversión rural, que requiere para la incorporación de una determinada tecnología, otro tanto para adecuarse a ella, y por eso es inimaginable si alguien cree que se puede cambiar de rumbo en forma caprichosa. El campo no responde ya al modelo agroexportador clásico, que vendía granos sin valor agregado; hoy el valor lo incorpora la genética, la misma siembra y cada paso del proceso tienen un aporte tecnológico", enfatizó Norris.
"Hoy hay un campo moderno, que viene consolidando buenas prácticas agronómicas de acuerdo a las normas ambientales globales. El campo es el primer interesado en cuidar el medio ambiente, porque sabe que en eso se pone en juego su propio futuro", añadió el titular de Prograno. Y con respecto a ciertas caricaturizaciones de los grupos ambientalistas opinó que "todos los extremismos son malos y no conducen a ninguna parte".
La jornada apuntará con firmeza a una estrategia comunicacional destinada a acercar al ciudadano del campo con el de la ciudad. "El campo de Salta debe estar seguro de que se seguirá avanzando con plantas de acopio, frigoríficos y mejoras constantes con la mirada a varias décadas por delante", dijo. "Necesitamos estabilidad y previsibilidad para la construcción de un país en serio. No podemos estar expectantes sobre si un cambio de gobernantes va a significar un cambio en las políticas".
En un contexto de amenazas y hechos de violencia, como los ataques a los silos con cereal en la llanura pampeana y las advertencias del piquetero kirchnerista Pablo Grabois, acerca de expropiaciones políticas y límites al derecho a la propiedad agraria basados en ocurrencias sin sustento técnico, el presidente de la jornada, Leandro Carrizo reconoció que "hay temor por lo que pueda venir" al referirse a la posibilidad de que el kirchnerismo vuelva a intentar políticas de confrontación como hace once años. En general, el campo recuerda con sabor amargo aquellas jornadas de conflicto por las retenciones, cuando se acusaba a los ruralistas de actuar con "ánimo destituyente", se proponía a los pastores de la economía subsistencia como "el campo del futuro" y se bloqueaban las exportaciones en un proceso que hizo caer al país del cuarto al décimo cuarto lugar como proveedor de carne va cuna en el mundo.