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San Miguel, una apuesta valiente y loable en tiempos de crisis

El Club Social y Deportivo Mercado San Miguel, recientemente afiliado a la Liga Salteña, es el producto de años de esfuerzo de un nutrido puñado de socios que gestó un predio de ensueños para la contención de cientos de chicos. 
Lunes, 23 de noviembre de 2020 01:55

Allí, donde nace un club de fútbol, nacen con él nuevos sueños, proyectos e ilusiones de niños, niñas y jóvenes que comienzan a sentirse contenidos, valorados, respetados, y una demanda satisfecha de pertenecer, de sentirse incluidos en tiempos difíciles, donde la sociedad parece condenar a muchos de ellos a la exclusión antes de tiempo.

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Allí, donde nace un club de fútbol, nacen con él nuevos sueños, proyectos e ilusiones de niños, niñas y jóvenes que comienzan a sentirse contenidos, valorados, respetados, y una demanda satisfecha de pertenecer, de sentirse incluidos en tiempos difíciles, donde la sociedad parece condenar a muchos de ellos a la exclusión antes de tiempo.

Allí, donde emerge una nueva institución deportiva, renace la esperanza incluso de una sociedad más justa, donde son precisamente las entidades las que reemplazaron tantas veces el rol del Estado para brindar la contención, tan necesaria en la pospandemia, donde la avidez de los chicos por reencontrarse con la pelota es infinita.

Mucho antes que el coronavirus sea una realidad que despedace las agendas de trabajo, pero con ese fin claro, nació el Club Social y Deportivo Mercado San Miguel, una institución que si bien se viene gestando desde hace 7 años, cuando el Gobierno provincial, en su gestión anterior, le cedió a la Fundación Mercado San Miguel el predio en comodato en la zona oeste alta, que rápidamente comenzó a cobrar vida con el trabajo incansable de los socios y de la familia Muratore, la cabeza visible del ambicioso proyecto; fue precisamente en este 2020 de la pandemia que tomó el impulso mayor al obtener el reconocimiento al trabajo de la Liga Salteña de Fútbol, que le concedió la afiliación definitiva al ente rector del fútbol local. La osadía de seguir apostando en tiempo pandémico, donde pocos son los que se animan a asumir riesgos y muchos los proyectos que quedan truncos, realza de valor y la importancia de jugársela por los chicos, pero también de motorizar el anhelo de comenzar a escribir la historia del fútbol salteño con un club que también aspira a competir, y a meterse en el próximo Regional Amateur.

El inmenso predio de casi 6 hectáreas de la flamante entidad de la Liga puede verse al lado del complejo Los Profesionales. En la parte de arriba de la loma está el ingreso, con la cancha de Fútbol 5 en funcionamiento y otra pronta a ser inaugurada (ya está la alfombra sintética para ser colocada), el quincho, los vestuarios, la piscina y el salón de eventos. Y en la bajada se aprecia el alma del predio: la cancha principal que luce un césped impecable. Allí se están construyendo los vestuarios para local, visitante, árbitros y donde próximamente se encarará la construcción de las tribunas, un túnel de acceso para los protagonistas, y está en obra la incipiente cancha auxiliar para entrenamientos, para poder oficiar allí prontamente de local en las competencias liguistas venideras.
 

El orgullo del presidente y de los socios

Al presidente de San Miguel, Ángel Muratore, quien se calzó la “10” y el club al hombro sin descuidar ningún detalle, y a los socios, les llevó 7 años solidificar su base: la infraestructura que ya posee, y la masa societaria de base, que son los 490 puesteros del Mercado San Miguel, quienes ayudaron a concretar el sueño. Y mientras la obra no se detiene, los esfuerzos ahora están concentrados en la presentación de las siete categorías masculinas y las dos femeninas que le exige la Liga para competir.

En ese trabajo están abocados Sergio “Tahuichi” Albornoz, el coordinador general del fútbol en San Miguel, quien a su vez será el DT de la primera, y el profe Gabriel Pastore, quienes se están encargando de tomar los currículums de los técnicos, seleccionar el personal, captar valores y poner en acción a los más de 100 chicos que ya forman parte del selectivo que les dará forma a las categorías.

“Ver hoy, después de 7 años en los que no había nada, a un club plagado de chicos que juegan felices a la pelota y encuentran acá un lugar que les pertenece, no tiene precio. Nos sorprendió la convocatoria que tuvimos y tenemos todos los días, chicos que vienen con sus padres de todos los barrios aledaños de la zona oeste con ganas de ponerse esta camiseta. Ahora estamos abocados a presentar un buen proyecto para las inferiores, la primera y el femenino. Nos sorprendió ver que en la primera convocatoria que hicimos se acercaran más de 130 chicos, solo en una semana”, dijo con orgullo el titular del club, Ángel Muratore.
 

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