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La economía, en su peor año con recesión, inflación y deuda

Fernández no logró dominar las variables económicas.
Jueves, 10 de diciembre de 2020 00:00

El primer año de la presidencia de Alberto Fernández será recordado como uno de los peores de la historia económica de Argentina, marcado por una pesada herencia de recesión, inflación y endeudamiento que, como un lastre, se hundió aún más por el golpe de gracia de la pandemia de COVID-19.

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El primer año de la presidencia de Alberto Fernández será recordado como uno de los peores de la historia económica de Argentina, marcado por una pesada herencia de recesión, inflación y endeudamiento que, como un lastre, se hundió aún más por el golpe de gracia de la pandemia de COVID-19.

El 10 de diciembre de 2019 Fernández tomó las riendas de una economía que arrastraba casi una década de estancamiento convertido en recesión desde 2018.

El "escenario base" también incluía los mayores niveles de inflación de los últimos 28 años, fuertes tensiones cambiarias, una deuda de 323.065 millones de dólares -equivalente al 89,4 % del producto interno bruto (PBI)-, desempleo en alza y cerca del 40 % de la población bajo la línea de pobreza.

El nuevo Ejecutivo, con un equipo económico integrado por expertos cercanos a Fernández y el académico Martín Guzmán, discípulo de Joseph Stiglitz, como ministro de Economía, había comenzado a tomar medidas de "emergencia" para contener la crisis cuando el coronavirus irrumpió.

Las estrictas medidas de aislamiento sanitarias decretadas por el Gobierno a finales de marzo prácticamente paralizaron la economía, dando paso a niveles estrepitosos e inéditos de caída en la industria y la construcción, desplome en el consumo, cierre de empresas y comercios, pérdida de empleos y aumento de la pobreza.

Según proyecciones del propio Ejecutivo, Argentina culminará este año con un derrumbe del 12,1 % en su PIB, un desempeño que, de concretarse, será el peor de los registros estadísticos del país.

"Ha sido un año crítico, nefasto para la historia económica de Argentina, pero se debe analizar en el contexto global, donde ninguna economía tuvo resultados positivos", dijo a Efe el economista Ignacio Carballo, investigador y profesor de la Universidad Católica Argentina y la Universidad de Buenos Aires.

De acuerdo con datos de la consultora Analytica, este año se perdieron en Argentina 22.000 empresas y 3,7 millones de empleos registrados e informales.

"No solo hay que ver la cantidad de empresas que la COVID-19 cerró sino además que el contexto macroeconómico generó que multinacionales se fueran de Argentina. Que las multinacionales abandonen el país cuando el mundo está en crisis quiere decir que el país está mal dentro de esta crisis global. Esa es una de las señales más críticas", observó Carballo. La emergencia sanitaria y económica llevaron al Gobierno a incrementar fuertemente el gasto público, lo que se tradujo en un notable deterioro de las cuentas públicas: Argentina cerrará 2020 con un déficit fiscal primario cercano al 8 % del PBI.

Esperando la vacuna con 40 mil muertos

Una mala gestión de la pandemia y la “salvación” puesta en una inyección.

Los grupos de riesgo, las víctimas de la pandemia.

Desde que comenzó la pandemia Argentina acumuló 1.469.919 casos positivos y un total de 40.009 muertes por la enfermedad. Durante el mismo período, el Presidente encabezó 18 anuncios referidos a las medidas sanitarias. La foto de cada uno sirve hoy como registro de cómo evolucionaron las relaciones de poder en el plano político, comenzando por un apoyo explícito de las fuerzas de la oposición que dio paso a una tríada Nación-Provincia-Ciudad, la cual mantuvo una tregua hasta que se desató el conflicto por la coparticipación, y dejando a su paso a un Rodríguez Larreta fortalecido al interior de un PRO que todavía no termina de reconstruirse. Pero vamos por partes.

El domingo 1 de marzo, mientras Alberto Fernández exponía cuáles serían los ejes de su gestión en la apertura de las sesiones ordinarias, un hombre de 43 años proveniente de Milán arribó a Buenos Aires con el virus. Para entonces, la enfermedad no era materia desconocida para el Gobierno, que venía manteniendo reuniones periódicas por el tema desde enero. Sin embargo, todavía no se preveían las dimensiones de lo que jefe de Estado preparó un discurso que tuvo como ejes la deuda externa, la reforma judicial y el aborto.

Días más tarde (precisamente el 12 de marzo) el Presidente encabezaba algo impensado: una segunda cadena nacional en la que anunciaba la emergencia sanitaria. Ese día Fernández realizó dos promesas. La primera de ellas era que todos los días se emitiría un parte con “información precisa” sobre la situación de la pandemia. La segunda, que el Estado iba a “acompañar a todos”.

El fin de año llega sin que, a pesar de las promesas oficiales, el país tenga precisiones sobre que vacuna se aplicará a la población.

Las estimaciones oficiales hablan de vacunar a millones de argentinos antes que termine el verano, pero hasta el momento no se ha firmado ningún contrato con proveedor alguno. 

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