En Salta no hay transmisión comunitaria del coronavirus, lo que permite mantener cierto "status de normalidad". Sin embargo, en las últimas dos semanas se dieron algunas señales de alerta que llevaron al gobernador Gustavo Sáenz a tomar la decisión de restringir la circulación en lugares clave, como las peatonales y los centros comerciales.
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En Salta no hay transmisión comunitaria del coronavirus, lo que permite mantener cierto "status de normalidad". Sin embargo, en las últimas dos semanas se dieron algunas señales de alerta que llevaron al gobernador Gustavo Sáenz a tomar la decisión de restringir la circulación en lugares clave, como las peatonales y los centros comerciales.
La confirmación de casos en localidades del norte provincial, el estado de alerta por la falta de controles en la frontera con Bolivia y la vuelta a fase uno en Jujuy, donde el domingo Gerardo Morales informó que ya hay circulación local de COVID-19, fueron el disparador para volver a controlar el flujo de gente que transita por las calles.
Desde ayer el centro salteño amaneció nuevamente vallado y solo podían ingresar los que tenían DNI finalizado en número par. Hoy lo podrán hacer los que tengan documento terminado en cifra impar.
Quienes transitaron las últimas semanas por el centro capitalino observaron que el movimiento de gente era cada vez mayor. El Tribuno recorrió ayer el microcentro salteño y pudo chequear que hubo mucha menos gente en la calle. Los estrictos controles policiales en las peatonales cumplieron su objetivo y lograron reducir el flujo de gente. También hubo uniformados que recorrieron la zona para evitar que hubiera más personas que las permitidas adentro de los comercios e impedir los amontonamientos.
Los oficiales que realizaban los controles, expresaron a este medio que los retenes policiales le cortaron el paso a mucha gente que tenía documento con terminación impar. Expresaron que el principal motivo de esta situación fue que la gente desconocía que regía la restricción que había anunciado el gobernador el domingo a la noche.
Poca gente
José Díaz, quien está a cargo de la zapatería masculina Batistella, ubicada en la peatonal Alberdi, contó que se veía mucha gente en la calle hasta la semana pasada. "Era un mundo", expresó.
"Ahora veo que están más organizados en cuanto a la circulación. En el local estamos con la restricción par/impar y hasta ahora fue una mañana normal, por lo menos la cantidad de gente que entró fue similar. Lo que sí se ve es que no hay gente amontonada en la peatonal", expresó José Díaz.
El encargado destacó que gracias a la medida que restringe la circulación ya no hay gente en la entrada del negocio aguardando ser atendida. Explicó que, en muchos casos, los clientes se enojaban porque les pedían esperar afuera. "Me gustó que haya controles, está todo vallado el centro. Me parece bien la medida, porque estaba un poco desbordado", expresó, y agregó que "ahora está mas organizado".
Desde que empezó la pandemia las ventas cayeron notoriamente. José Díaz afirmó que en mayo se vendió un 60% menos. En junio se recuperó un poco y la baja fue del 40%
El Tribuno también consultó a otros encargados de locales comerciales y todos coincidieron que la circulación fue mucho menor a la que había en semanas anteriores. Por lo que se pudo observar, todos tenían que mostrar el DNI para ingresar.
Esta situación también provocó que bajen un poco las compras. Desde algunos comercios contaron que miraban con algo de preocupación la medida porque habían concretado dos o tres ventas durante la mañana. Repetían que esperan que se normalice la situación porque, de lo contrario, "muchos negocios van a empezar a tener problemas".
Fuera de las peatonales
Los retenes estaban en el ingreso de las peatonales. La mayor circulación se vio en las calles que quedaron afuera del control policial. Según pudo observar este medio, se produjeron aglomeraciones en los ingresos a los bancos y en las empresas de telefonía celular.
Afuera de esos edificios había cola y la gente no respetaba el distanciamiento que piden desde hace meses las autoridades sanitarias. El "gran relajamiento de la sociedad", al que se refirió Gustavo Sáenz el domingo a la noche, ayer se seguía percibiendo en los lugares donde no había control policial.