No paran de sorprender y crecer. Cuando la pandemia del coronavirus paralizó a casi todo el planeta, la combinación de ideas y deseos de superarse se convierten en el cóctel fundamental para mostrar el liderazgo. Por eso, en el norte de nuestra provincia, el Zenta Rugby Club, al no tener competencia, decidió volcar todo el esfuerzo a la renovación de sus instalaciones, a la espera de la reapertura deportiva.
“Esta pandemia y la cuarentena nos sirvió mucho para trabajar en las cuestiones edilicias del Zenta, porque en temporada de competencia nos enfocamos casi totalmente en competir, en los viajes tanto a la capital salteña como a Jujuy”, resaltó Juan Pablo Filtrín, el presidente de la entidad.
Y aclaró: “Este año no hemos tenido la necesidad de gastar en lo que es la logística a raíz del flagelo de la COVID-19. Entonces esto nos permitió invertir en la iluminación de la cancha Nº 2, construir un quincho exclusivo para los jugadores, erigir en total tres mástiles con sus respectivas banderas para enaltecer al club, la provincia y a nuestra patria, logramos hacer un mantenimiento completo de las “H” de las canchas de rugby, algo que no se hacía hace 20 años y nos pusimos al día en el mantenimiento del predio, que afortunadamente, siempre estuvo bien conservado”.
“Cabe destacar que todo esto se hizo gracias a la voluntad de los socios y la dirigencia, y las donaciones de chapas que recibimos del gerente del hospital de Orán, como así también al permanente respaldo por parte de la empresa Seaboard (ex-Tabacal) y la firma Ramón Tuma, como también de la Municipalidad”, destacó el dirigente.
Filtrín reconoció que “cuando comienza la competencia nuestro trabajo a full es la logística. Nos matan los viajes cada 15 días y vacían nuestras arcas”, aunque resaltó que “a comienzo de la pandemia decidimos que todo el esfuerzo debía centrarse ahora en la cuestión edilicia y nos pusimos en marcha rápidamente”.
Pero lo cierto es que el Zenta no fue ajeno al golpe societario que abarcó a casi todas las disciplinas. Si bien en la actualidad tiene cerca de 250 socios, los aportes se redujeron en un 80% a raíz de la crisis que causa la pandemia.
“La gente está esperando por horas que se abra completamente el club. Esta semana volvimos con las actividades y la presencia fue bastante alta, y eso te demuestra el amor por el club y el sentido de pertenencia. Volver al club es una alegría para los chicos, los padres y principalmente para los dirigentes. Se nos llena el alma”, destacó.
Finalmente el presidente aseguró que “tenemos un lindo grupo y muchos proyectos ambiciosos. Queremos ver si este año hacemos la pileta, que tanto anhelamos para tener abierto el club durante todo el año, porque queremos que el chico esté en el club no solo en temporada deportiva, sino que sea un lugar permanente de recreación en cualquier actividad”.
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No paran de sorprender y crecer. Cuando la pandemia del coronavirus paralizó a casi todo el planeta, la combinación de ideas y deseos de superarse se convierten en el cóctel fundamental para mostrar el liderazgo. Por eso, en el norte de nuestra provincia, el Zenta Rugby Club, al no tener competencia, decidió volcar todo el esfuerzo a la renovación de sus instalaciones, a la espera de la reapertura deportiva.
“Esta pandemia y la cuarentena nos sirvió mucho para trabajar en las cuestiones edilicias del Zenta, porque en temporada de competencia nos enfocamos casi totalmente en competir, en los viajes tanto a la capital salteña como a Jujuy”, resaltó Juan Pablo Filtrín, el presidente de la entidad.
Y aclaró: “Este año no hemos tenido la necesidad de gastar en lo que es la logística a raíz del flagelo de la COVID-19. Entonces esto nos permitió invertir en la iluminación de la cancha Nº 2, construir un quincho exclusivo para los jugadores, erigir en total tres mástiles con sus respectivas banderas para enaltecer al club, la provincia y a nuestra patria, logramos hacer un mantenimiento completo de las “H” de las canchas de rugby, algo que no se hacía hace 20 años y nos pusimos al día en el mantenimiento del predio, que afortunadamente, siempre estuvo bien conservado”.
“Cabe destacar que todo esto se hizo gracias a la voluntad de los socios y la dirigencia, y las donaciones de chapas que recibimos del gerente del hospital de Orán, como así también al permanente respaldo por parte de la empresa Seaboard (ex-Tabacal) y la firma Ramón Tuma, como también de la Municipalidad”, destacó el dirigente.
Filtrín reconoció que “cuando comienza la competencia nuestro trabajo a full es la logística. Nos matan los viajes cada 15 días y vacían nuestras arcas”, aunque resaltó que “a comienzo de la pandemia decidimos que todo el esfuerzo debía centrarse ahora en la cuestión edilicia y nos pusimos en marcha rápidamente”.
Pero lo cierto es que el Zenta no fue ajeno al golpe societario que abarcó a casi todas las disciplinas. Si bien en la actualidad tiene cerca de 250 socios, los aportes se redujeron en un 80% a raíz de la crisis que causa la pandemia.
“La gente está esperando por horas que se abra completamente el club. Esta semana volvimos con las actividades y la presencia fue bastante alta, y eso te demuestra el amor por el club y el sentido de pertenencia. Volver al club es una alegría para los chicos, los padres y principalmente para los dirigentes. Se nos llena el alma”, destacó.
Finalmente el presidente aseguró que “tenemos un lindo grupo y muchos proyectos ambiciosos. Queremos ver si este año hacemos la pileta, que tanto anhelamos para tener abierto el club durante todo el año, porque queremos que el chico esté en el club no solo en temporada deportiva, sino que sea un lugar permanente de recreación en cualquier actividad”.