La pandemia ha dejado al descubierto realidades de frontera que son de exclusiva competencia política y que necesitan urgente resolución.
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La pandemia ha dejado al descubierto realidades de frontera que son de exclusiva competencia política y que necesitan urgente resolución.
Más allá de las emergencias sanitarias y el necesario control que se impone en las zonas fronterizas, resulta necesario atender la situación de cientos de familias salteñas que se ubican en esos lugares castigados desde hace mucho tiempo por la distancia y la falta de infraestructura.
Para el caso de las poblaciones ubicadas entre Madrejones y Baule, que dependen de un servicio tan costo como irregular, como lo es el helicóptero de Defensa Civil, las soluciones aparecen cercanas a partir de caminos abiertos por las empresas petroleras que operan en la zona y que dejan a poca distancia las comunicaciones con esos parajes.
Una de esas alternativas terrestres se plantea desde Mosconi, por la ruta 142, en un camino abierto por la empresa Panamerican Energy hasta una base petrolera. Desde allí hasta la zona de Madrejones en la frontera, unos 30 kilómetros, se necesitan abrir caminos y seguramente someter esos inmuebles a un proceso de expropiación que demanda tiempo y dinero para el Estado. El intendente de Mosconi, Isidro Ruarte, manifestó hace unos días su intención de formalizar esta vía antes que termine su mandato.
Pero una alternativa que aparece válida a este proyecto se ubica unos kilómetros más hacia el sur, por la ruta 141 que parte desde Coronel Cornejo y se interna hacia el oeste en las sierras de San Antonio.
Esta ruta se complementa hasta la zona de frontera con la traza de una huella vieja de unos 5 kilómetros por el paraje El Albarrobito que se extiende hasta el río Grande de Tarija. Un dato adicional y absolutamente categórico es que estos terrenos ya fueron donados por una familia del lugar para permitir la comunicación en forma directa de los pobladores con la ruta nacional 34.