“La roba maridos”, infidelidad, poliamor, parejas libres. Los conceptos y definiciones sobre las formas de relacionarse en pareja, en la actualidad son cientos, como cientos de gustos y personas existen. Cada uno elige lo que más disfruta, lo que menos daño le genera, o lo que -simplemente- los hace más felices. Pero cuando se está en pareja, el diálogo y los acuerdos de convivencia se pueden romper, sobre todo cuando una de las partes, no conocía los verdaderos deseos de su par.
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“La roba maridos”, infidelidad, poliamor, parejas libres. Los conceptos y definiciones sobre las formas de relacionarse en pareja, en la actualidad son cientos, como cientos de gustos y personas existen. Cada uno elige lo que más disfruta, lo que menos daño le genera, o lo que -simplemente- los hace más felices. Pero cuando se está en pareja, el diálogo y los acuerdos de convivencia se pueden romper, sobre todo cuando una de las partes, no conocía los verdaderos deseos de su par.
Y así surgen historias como las de Florencia Peña con el denominado “poliamor”, o historias como las de China Suárez, de “amor libre” u otras como la de Wanda e Icardi, que no dudó en usar el concepto “roba maridos”.
En diálogo con El Tribuno, Carina Salas, licenciada en Psicología expresa que estos temas son muy interesantes de analizar, sobre todo desde la psicología. “Cuando se habla de “me robo el marido” hay que establecer una diferencia entre lo que es amor como un sentimiento saludable, agradable, adaptativo y funcional, a pensar el amor malentendido como posesión”, advierte la psicóloga.
Salas destacó que se puede analizar y pensar esto, cuando se piensa al otro como una posesión se siente miedo a perder lo que uno considera como propio, lo que considera que se posee o se considera que se debe poseer. “Acá juega el otro como una posesión. Este es un tema sumamente delicado en las relaciones, porque se desdibuja al otro como persona”, alertó la profesional.
El engaño y... ¿Quién es el culpable?
Otro punto para analizar en estos casos, es la infidelidad. “Cuando la persona que es la engañada en estos triángulos amorosos, siente culpa de esta situación de infidelidad, es muy peligroso”, agregó Salas que recordó que cuando se habla de un triángulo amoroso se está hablando de las participación de 3 personas. Muchas veces, estas personas actúan en situaciones de malestar y dolor. Ese malestar va a recaer y socialmente está puesto, en la figura de la amante y no del infiel. “Al final de cuentas, la persona que fue infiel es quien violó el acuerdo de pareja”, alertó Carina Salas, al esclarecer sobre quiénes caen las culpas en una situación de infidelidad.
“Hay que considerar que cuando una persona decide involucrarse en una relación triangular, debe hacerse responsable de sus decisiones. Uno no elige de quién enamorarse pero si se elige con quién sostener una relación de pareja”, explicó.
Y porqué a veces las personas en relaciones que no son adaptativas y que incluso no hay respeto ni acuerdos que se puedan establecer en cuanto a la comunicación, es una pregunta que deben hacerse la momento de elegir una pareja. “Es muy probable que este tipo de situaciones tienen que ver con una historia personal que los lleva a elegir un determinado tipo de pareja y no otras”, expresó Salas al referirse a esta situaciones que a veces no se hablan pero se sobre entienden o por lo menos así se creen.
En resumen, no hablar de ciertos temas para evitar el momento de análisis y discusión y dejar que simplemente las cosas pasen, incluso la falta de compromiso y respeto.
“La responsabilidad afectiva en una relación de pareja se debe basar en el respeto, reciprocidad, e independencia en el tipo de vínculo que se estableció. Se debe tender a una relación simétrica, y de cuidados mutuos”, explicó.
Amor libre, ¿existe?
Cuando se habla de este concepto de relación, Salas advierte que se debe pensar en una relación de igualdad, en la practica de la sexualidad y en el amor. “Se debe dar una plena libertad, conformes a los intereses mutuos. Estos no significa actividades sexuales promiscuas o amor sin compromiso. Es todo lo contrario. Para que pueda existir amor libre, los miembros de la pareja deben basar los acuerdos en el respeto, el reconocimiento de las necesidades de ambos y en las responsabilidades por los actos”, advierte y aclara la psicóloga.