Gustavo Carrizo, presidente del IPV, dialogó con El Tribuno sobre las proyecciones técnicas y el rol social que cumple actualmente uno de los organismos estatales con mayor demanda en la provincia.
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Gustavo Carrizo, presidente del IPV, dialogó con El Tribuno sobre las proyecciones técnicas y el rol social que cumple actualmente uno de los organismos estatales con mayor demanda en la provincia.
¿Como se conjuga la demanda habitacional con la crisis económica?
Hoy trabajamos al lado de un presupuesto que lo tenemos en forma relacionada a Nación y también con fondos propios de Provincia. Pasamos de un presupuesto anual de 1.700 millones de pesos a 17 mil millones y eso es en gran parte por la visión del Gobierno nacional que adoptó un Ministerio de Vivienda y ojalá que no cambie en el tiempo y que sea una política permanente. Al tratarse de un ministerio el tema adopta una envergadura y un tratamiento integral para abordar la política habitacional. Pero más allá de eso, hacemos mucho eco en el recupero de ese presupuesto. No hemos venido trabajando con la gimnasia necesaria. Vamos municipio por municipio y hay gente que quiere ponerse al día y pagar su cuota.
Sin embargo la morosidad sigue siendo alta...
Actualmente está en 41,8% y el año pasado estaba en 49%. Pero hay un factor que se debe analizar: hay planes con cuotas de 100 pesos y por más que bajemos la morosidad en esa franja, ese valor no otorga la tasa de retorno necesaria para avanzar en las construcciones de nuevas viviendas. Existe un alto índice de morosidad de las cuotas de 100 pesos, pero si lo bajás, eso no te sirve para completar el recupero y reinvertir.
¿Cómo se analiza la conducta de los que no pagan la cuota de su vivienda social?
Yo diría que se trata de una cuestión casi cultural por aquello de pensar que al ser vivienda social no se deben pagar. Pero trabajamos en el terreno para cambiar ese concepto por uno de solidaridad y tratando de convencer a los beneficiarios que deben pagar para que sigamos construyendo casas. Muchos vecinos quieren pagar la cuota y por eso apuntamos a estar presentes permanentemente en el terreno.
¿Por qué después de cuatro décadas la cantidad total de casas que construyó el IPV es igual al déficit actual?
El crecimiento demográfico en la Argentina es del 1 por ciento y no estuvimos a la altura de la demanda que genera ese crecimiento. Con este avance, el mundo nos lleva puesto y ahora tenemos que desarrollar a cinco años lo que antes calculábamos en diez. El crecimiento demográfico es total. La densidad poblacional aumentó un 50% en los últimos años y lamentablemente nosotros siempre fuimos por detrás de la demanda.
¿Se piensa cambiar el sistema constructivo de las viviendas?
Es algo que está en análisis. Las vivienda siempre se van transformando de acuerdo a las necesidades sociales, de acuerdo al suelo, a la superficie. La vivienda social fue cambiando pero siempre con la visión ser más cómoda para la vida, con nuevos materiales y plazos de construcción. Hay sistemas como la construcción en seco que permitiría bajar el tiempo de edificación de una vivienda de 16 meses a tan solo 8, es decir a menos de un año.