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Un geólogo argentino advierte que puede haber un tsunami en el sur del país

Jorge Rabassa, investigador del Cadic y el Conicet, asegura que “tarde o temprano”, un evento de esas características va a ocurrir en el Atlántico Sur, zona de riesgo sísmico donde se ubica la falla de Magallanes.
Martes, 16 de febrero de 2021 16:15

“Aunque muchos se nieguen a creerlo, las condiciones están dadas para que en algún momento se provoque un tsunami en el sur de la costa atlántica”, advirtió desde Ushuaia el investigador Jorge Rabassa. 
Y no es la primera vez que lo hace. Hace años que este científico, geólogo y doctor en Ciencias Naturales con tesis en la Fundación Bariloche y doctorado en la Universidad de New York les viene pidiendo a las autoridades que tomen medidas para morigerar el impacto que podría tener un maremoto sobre las ciudades que miran a la parte más fría del océano Atlántico. 
“Lo que intento es concientizar a las personas y a los gobiernos. Hay una gran ignorancia sobre el tema, pero yo sigo tratando de ayudar a crear conciencia: los sismos y tsunamis existen y son posibles en nuestro país. En 1898, Mendoza fue totalmente destruida por un terremoto y San Juan lo sufrió en 1944. No estamos haciendo fantasía científica, solamente decimos que estas cosas pasaron y pueden volver a ocurrir”, sentenció el investigador superior del Centro Austral de Investigación Científica (Cadic) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet). Ya hace unos meses sonaron algunas campanas cuando el paso Garibaldi, nada menos que el único camino rutero que cruza la cordillera camino a Ushuaia y el paso carretero más austral del planeta, sufrió un derrumbe de nieve que dejó incomunicada a Tierra del Fuego. 
Hasta ahí, un desprendimiento de nieve que tranquilamente podría formar parte del proceso de deshielo. Pero, ¿sería alocado pensar que aquella caída de nieve y rocas tuvo que ver con un movimiento sísmico?
“No, porque no muy lejos está el lago Fagnano, que es el más grande de Tierra del Fuego. Este lago se ha formado siguiendo la traza de una fractura conocida como la falla de Magallanes. Es un fragmento de corteza que al frotarse con otra porción puede liberar una energía tan potente como para provocar un terremoto. Esta es una de las fallas más activas del planeta: solo allí se generan entre diez mil y doce mil sismos por año. Y además es enorme: se extiende desde el Pacífico chileno hasta las Sándwich y Georgias del Sur”, le explicó Rabassa a Infobae.
El investigador ccontó que, en un período que abarca entre mil y seis mil años, se produjeron al menos tres tsunamis en la zona de Magallanes y Ushuaia. “Parece difícil de entender, pero en períodos geológicos no es una línea de tiempo inabarcable: no hay que pensarlo con la medida de tiempo que tiene la civilización moderna. El descubrimiento del estrecho de Magallanes tiene 500 años, pero hubo humanos en Tierra del Fuego en los últimos diez mil. Y esta falla de la que estamos hablando tiene 20 millones de años.”, especificó.
Aunque no hay que ir tan lejos para tener registro de un terremoto vivido en la zona. 
“El último ocurrió hace 71 años. En 1949 el estrecho de Magallanes y la costa occidente de Tierra del Fuego sufrieron un sismo de 7,9, uno de los más fuertes que existieron desde que se tienen instrumentos de medición en la Argentina”, rememoró Rabassa. 

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“Aunque muchos se nieguen a creerlo, las condiciones están dadas para que en algún momento se provoque un tsunami en el sur de la costa atlántica”, advirtió desde Ushuaia el investigador Jorge Rabassa. 
Y no es la primera vez que lo hace. Hace años que este científico, geólogo y doctor en Ciencias Naturales con tesis en la Fundación Bariloche y doctorado en la Universidad de New York les viene pidiendo a las autoridades que tomen medidas para morigerar el impacto que podría tener un maremoto sobre las ciudades que miran a la parte más fría del océano Atlántico. 
“Lo que intento es concientizar a las personas y a los gobiernos. Hay una gran ignorancia sobre el tema, pero yo sigo tratando de ayudar a crear conciencia: los sismos y tsunamis existen y son posibles en nuestro país. En 1898, Mendoza fue totalmente destruida por un terremoto y San Juan lo sufrió en 1944. No estamos haciendo fantasía científica, solamente decimos que estas cosas pasaron y pueden volver a ocurrir”, sentenció el investigador superior del Centro Austral de Investigación Científica (Cadic) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet). Ya hace unos meses sonaron algunas campanas cuando el paso Garibaldi, nada menos que el único camino rutero que cruza la cordillera camino a Ushuaia y el paso carretero más austral del planeta, sufrió un derrumbe de nieve que dejó incomunicada a Tierra del Fuego. 
Hasta ahí, un desprendimiento de nieve que tranquilamente podría formar parte del proceso de deshielo. Pero, ¿sería alocado pensar que aquella caída de nieve y rocas tuvo que ver con un movimiento sísmico?
“No, porque no muy lejos está el lago Fagnano, que es el más grande de Tierra del Fuego. Este lago se ha formado siguiendo la traza de una fractura conocida como la falla de Magallanes. Es un fragmento de corteza que al frotarse con otra porción puede liberar una energía tan potente como para provocar un terremoto. Esta es una de las fallas más activas del planeta: solo allí se generan entre diez mil y doce mil sismos por año. Y además es enorme: se extiende desde el Pacífico chileno hasta las Sándwich y Georgias del Sur”, le explicó Rabassa a Infobae.
El investigador ccontó que, en un período que abarca entre mil y seis mil años, se produjeron al menos tres tsunamis en la zona de Magallanes y Ushuaia. “Parece difícil de entender, pero en períodos geológicos no es una línea de tiempo inabarcable: no hay que pensarlo con la medida de tiempo que tiene la civilización moderna. El descubrimiento del estrecho de Magallanes tiene 500 años, pero hubo humanos en Tierra del Fuego en los últimos diez mil. Y esta falla de la que estamos hablando tiene 20 millones de años.”, especificó.
Aunque no hay que ir tan lejos para tener registro de un terremoto vivido en la zona. 
“El último ocurrió hace 71 años. En 1949 el estrecho de Magallanes y la costa occidente de Tierra del Fuego sufrieron un sismo de 7,9, uno de los más fuertes que existieron desde que se tienen instrumentos de medición en la Argentina”, rememoró Rabassa. 

Para Rabassa las condiciones están dadas para que algún día haya un tsunami en esta zona.


Sobre si posible que se repita un fenómeno sísmico con el mismo epicentro expresó que sí. “Tarde o temprano es altamente probable que haya un tsunami en Tierra del Fuego y Santa Cruz, en el atlántico sur. ¿Qué consecuencias puede tener? Habrá que ver el epicentro de la liberación de energía para observar el daño efectivo que pueda causar. Sacando Mendoza y San Juan, Tierra del Fuego está considerada la tercera provincia en actividad sísmica”, señaló.
Consultado acerca de si hay manera de prever cuándo podría ocurrir este evento catastrófico, respondió negativamente. “No tengo manera de decir cuándo podría suceder. Pero no es un problema nuestro, en ningún lugar del planeta se puede prever. Lo que importa es identificar las fracturas de las cortezas terrestres que podrían generarlo. Si el terremoto se produce en el mar, la onda sísmica provoca grandes movimientos de aguas oceánicas que, cuando llegan a la costa, destruyen ferozmente todo lo que encuentran. Son masas de agua de enorme fuerza y magnitud. Los videos de los últimos tsunamis son más que gráficos para entender la situación”, afirmó.

Las más afectadas

Sin embargo, Rabassa adujo que no todas las ciudades costeras del sur del país se verían afectadas de la misma manera si se produjera ese tsunami: “Al haber una costa poco elevada respecto del nivel del mar, a esa masa que viene impulsada por tsunami le es muy fácil inundar grandes áreas. Río Grande y Rio Gallegos se verían muy afectadas, tanto por su ubicación cercana a la falla de Magallanes como por lo bajo de sus costas. Río Gallegos cuenta con una gran barra arenosa. En el caso de un sismo o tsunami, esa cresta de arena semisumergida actuaría como una estructura de defensa que absorbería parte de esa energía. En Río Grande, esa cresta costera no existe, lo que implica una mayor preocupación”.

Medidas de prevención

Acerca de las medidas de prevención que podrían tomarse en las ciudades ante un probable tsunami, Rabassa señaló: “Hay que crear una conciencia sísmica, que en nuestro país solo existe en Mendoza y San Juan. Hay gente que se ríe de esto”.

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