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Ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Tokio 2020

El puntapié especial a la máxima cita deportiva arrancó a las 8 (hora argentina), con televisación de TV Pública y TyC Sports. Se trata de una versión reducida, producto del coronavirus, y se espera un mensaje de esperanza.
Viernes, 23 de julio de 2021 08:18

“¡Olé olé olé, cada día te quiero más!”: el grito de los deportistas argentinos en la ceremonia inaugural

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“¡Olé olé olé, cada día te quiero más!”: el grito de los deportistas argentinos en la ceremonia inaugural


Con Cecilia Carranza y Santiago Lange como abanderados, la delegación argentina ingresó en el estadio Olímpico. A pura emoción y entonando canciones típicas de cancha, los atletas argentinos tuvieron su fiesta al entrar en el estadio. “¡Olé, olé, olé, cada día te quiero más!”, entonaban.

 

Grecia, primera delegación en desfilar

Fiel a la costumbre olímpica, la delegación helénica fue la primera en ingresar al estadio Olímpico durante el desfile. Por detrás suyo, el equipo de refugiados. Más tarde, Islandia. La Argentina aparecerá en el noveno lugar. Un detalle: los protocolos sanitarios hacen que las delegaciones desfilen con un número reducido de atletas.

Anillos de madera, toda una novedad: Los cinco anillos olímpicos aparecieron en la ceremonia inaugural confeccionados íntegramente de madera. Fue después de un segmento en el que se evocó a ese elemento, tradicional en la cultura japonesa.

Suena el himno japonés

Una profunda emoción domina al estadio Olímpico mientras se entonan las estrofas del himno nacional de Japón. Lo sucede un momento de recogimiento para homenajear a quienes perdieron la vida durante la pandemia del coronavirus. Lo interpreta el actor Mirai Moriyama y tras su performance se convoca a un minuto de silencio.

Puntualmente a las 8:00, se inició la ceremonia inaugural distinta, que intentó representar lo ocurrido desde Río 2016 hasta este momento especial, con mención para la pandemia de coronavirus que obligó a la postergación por un año de estos Juegos Olímpicos.

Una alegoría del comienzo de todo fue el puntapié, con una semilla que da lugar a una planta que crece, fuegos artificiales fiel al estilo nipón y el recuerdo del momento en que, en Buenos Aires en 2013, se anunció a Tokio como sede.

Seguido de esto, aparecieron clips de todos los años de preparación de los atletas hasta 2020, cuando las luces se apagan y se mostraron las calles vacías de las ciudades más importantes del mundo, producto de la cuarentena obligatoria.

Enseguida, un atleta enchufó un cable enorme y empezaron a reactivarse las imágenes, ahora con los deportistas entrenando desde casa, utilizando su ingenio para simular de la mejor manera posible.

Luego del izamiento de la bandera de Japón, llegó uno de los principales detalles de la ceremonia: tras una presentación de percusión sobre madera, se "construyeron" los cinco anillos olímpicos y ocuparon la escena.

La particularidad es que esas gigantescas estructuras de cuatro metros de alto se realizaron con árboles de todo el mundo que fueron plantados en los Juegos Olímpicos de 1964, en la misma ciudad, cuando a todos los deportistas se les pidió que llevaran semillas de su país.

Tras el paso de una orquesta en vivo, llegó uno de los momentos más esperados que es el desfile de las delegaciones, con Grecia a la cabeza como siempre, y Argentina en el noveno lugar, ya que se tomó en cuenta el orden alfabético japonés, por ser anfitrión.

 

Un muro de alambre separa al público del estadio

Los tokiotas y el público en general no pueden acercarse a las entrañas del estadio. Deben conformarse con asistir desde afuera a la ceremonia inaugural. Un muro de alambres de hierro impide que los fanáticos lleguen hasta las puertas del estadio. Japoneses y simpatizantes en general hacen uso de cámaras de video, teléfonos celulares y máquinas de foto para captar lo que sucede en el estadio Olímpico.

Un comienzo dedicado a la pandemia del coronavirus

Atletas entrenándose en soledad, calles desiertas y el deporte en puntos suspensivos por la enfermedad que puso en jaque al mundo fueron las primeras imágenes que entregó la ceremonia. El estadio Olímpico se iluminó con fuegos artificiales y apareció Arisa Tsubasa, una enfermera que además es boxeadora y cuyo preolímpico fue suspendido por la pandemia. Así, se perdió los Juegos como deportista pero, de alguna manera, estuvo presente.

 

Cuenta regresiva para el inicio de la ceremonia

La transmisión oficial entró en la cuenta regresiva rumbo al inicio de la fiesta de apertura en el estadio Olímpico de Tokio, con todo preparado y listo.

 

Protestas en las afueras del estadio contra los Juegos

El evento deportivo en plena pandemia de coronavirus provocó el descontento de la mayoría de los japoneses, que se opusieron a la realización de los Juegos y a la millonaria inversión realizada por el gobierno. Antes de la ceremonia hubo manifestantes que se autoconvocaron en las afueras del estadio Olímpico para expresar su postura contra la cita ecuménica del deporte olímpico en la capital japonesa.

La llegada de los atletas argentinos al estadio

El Comité Olímpico Argentino (COA) publicó un video con la llegada de la delegación albiceleste al estadio Olímpico de Tokio, donde en minutos comenzará la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Allí se ve a los deportistas entonando el clásico canto de “Vamos, vamos, Argentina...vamos, vamos, a ganar”. Todos están vestidos con la indumentaria oficial y se los ve en uno de los pasillos internos del estadio.

Fuente: La Nación

Desde las 8 (hora argentina), y con transmisión de TV Pública y TyC Sports, la ceremonia inaugural será el puntapié oficial para los Juegos Olímpicos de la pandemia.

 

“¿Se podrá usar la diplomacia olímpica para mostrar solidaridad en la lucha contra el Covid?”, se preguntaron ayer en The Japan News. Con la presencia confirmada de Emmanuel Macron (París 2024 lo obliga a estar) y la primera dama estadounidense Jill Biden, en el periódico nipón editorializaron sobre la presencia de líderes de más de 15 países y la posibilidad de aprovechar Tokio 2020 como punto de encuentro de la comunidad internacional. “Más allá de los Juegos, podrían trabajar en conjunto para proveer de vacunas a países en desarrollo o promover la vacunación de la población joven”. Desde el miércoles, el primer ministro Yoshihide Suga logró cargar parte de su agenda e inició una maratón de reuniones de tres días para poder acercar a las partes.


Con capacidad para 68 mil espectadores, solo 950 personas tienen el pase asegurado para las tribunas del renovado estadio Olímpico, entre dirigentes, oficiales y medios. Todo bajo un estricto control. A ese grupo se sumarán los artistas y los atletas, aunque con un detalle no menor: la fiesta de otros tiempos ahora será con menos color. Todas las delegaciones se presentarán en formato reducido, con menos deportistas y sin entrenadores. Todo sea para extremar los cuidados justo antes de entrar en acción. Y en días donde ya son 87 los infectados entre atletas, miembros de delegaciones y periodistas. República Checa, por ejemplo, entró en alerta porque tiene seis casos, y podrían ser más ya que varios integrantes del equipo compartieron el mismo vuelo chárter y los vehículos oficiales de Tokio 2020. A nivel social, los números también impactan: el último día antes de los Juegos, el área metropolitana reportó 1979 nuevos casos de coronavirus, con un crecimiento del 55% en la comparación intersemanal y en valores de la última ola invernal.

En los pasillos de los centros de prensa, parte de la familia olímpica se pregunta si serán los peores Juegos de la historia. Y la respuesta parece estar en que todo irá cambiando cuando la actividad marque el ritmo y corra de eje el tema sanitario, y que no serán los peores, pero quizás uno de “los más tristes”. La previa y el contexto no colaboraron para centrarse en lo deportivo. En las últimas horas fue despedido Kentaro Kobayashi, el director del equipo creativo de la ceremonia de apertura, por una broma en el pasado sobre el Holocausto. Un comentario repudiado por todos los estamentos. Por otra parte, el músico Keigo Oyamada presentó su renuncia tras admitir que hace muchos años intimidaba a chicos con discapacidad. Esta renuncia se produjo después de días de controversia sobre sus confesiones en revistas publicadas en la década de 1990, en las que Oyamada se jactaba de acosar a compañeros en su infancia.

Pero los valores japoneses van por otro lado. La sociedad de la paciencia, la planificación a largo plazo y la resiliencia prepara la ceremonia en secreto, guardando detalles bajo siete llaves. Aunque no sorprenderá algún mensaje de esperanza o reconstrucción. Un recado entrelíneas, sutil. Al mejor estilo nipón. En Tokio 1964, el joven Yoshinori Sakai fue el encargado de encender la llama olímpica. Sakai tenía 19 años y había nacido en Hiroshima, el 6 de agosto de 1945. Dos horas después de que el Enola Gay dejara caer la primera de las dos bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre territorio japonés. Ahora, los Juegos empezaron en Fukushima -la prefectura afectada por el tsunami y el desastre nuclear en 2011- y se reconfiguraron en un Tokio que espera aprovechar la vidriera olímpica. Eso sí, que nadie espere la palabra “celebración”. El discurso que pronunciará el emperador Naruhito evitará una expresión que quedaría fuera de contexto.


Tras una espera de cinco años, los Juegos inician un nuevo camino. La cita que nunca se canceló en tiempos de paz, sólo aceptó una postergación. ¿Hay chances de una cancelación? Se calcula que dar de baja Tokio 2020 podría tener una penalización de 6 mil millones de dólares, que sumados a los 13 mil millones ya invertidos dejarían a los organizadores en una comprometida situación. El show se pone en marcha, mientras se potencian los controles, el monitoreo y el cruce de información para amortiguar el impacto del coronavirus entre deportistas, dirigentes, oficiales, voluntarios y periodistas. En Japón esperan que, al menos, el esfuerzo valga la pena.


* 11.091
Serán los atletas que participarán en Tokio 2020.

* 950
El máximo de espectadores que tendrá la ceremonia inaugural en el estadio Olímpico de Tokio debido a las prevenciones. En realidad, la capacidad total es de 68.000 espectadores y fue construido con madera de cedro y madera de las 47 prefecturas (provincias) de Japón.

* 9
Las prefecturas que albergan sedes (Tokio, Chiba, Saitama, Kanagawa, Shizuoka, Ibaraki, Fukushima, Miyagi y Hokkaido).

* 33
La cantidad de deportes que compone el calendario. Cuatro debutan en el mundo olímpico (escalada deportiva, surf, skate y karate), mientras que regresa el béisbol, que formó parte entre 1992 y 2008.

* 339
Las pruebas que integran el programa deportivo.

* 50%
El porcentaje de participación femenina, lo que convierte a Tokio 2020 en los Juegos con mayor paridad de género.

* 181
La cantidad de atletas de la delegación argentina: 124 son hombres (68.50%) y 51, mujeres (31.49%), con participación en 26 deportes.

* 66 años
La edad de la amazona australiana Mary Hanna, la deportista más veterana de estos Juegos. La más joven, que batirá el récord de precocidad, será la palista Hend Zaza, siria de 12 años.

* 85%
La proporción de atletas y otros miembros de las delegaciones que fueron vacunados.

* 207
Los comités olímpicos presentes en los Juegos, que surgen de 193 países.

* 5000
Las medallas fabricadas con 78.985 toneladas de material reciclado, producto de los 6.210.000 celulares donados para crear las medallas de oro, plata y bronce.

* 11
El número de medallas que se otorgan el primer día pleno de acción, el sábado 24.

* 34
El número de eventos que tendrán lugar el ‘Súper sábado’ (7 de agosto). Es la jornada con mayor número de eventos de los Juegos

* 55%
El porcentaje de la población, en una encuesta de más de 1400 personas, que puso en duda el éxito de los Juegos. Dos tercios creen que será imposible controlar la pandemia durante su realización. No se había visto un apoyo popular tan pobre desde Atenas 2004. Se recogieron más de 140.000 firmas para que se cancele el evento.

* US$ 15.400 millones
El costo oficial de la organización de Tokio, sumados los gastos por la postergación y la inversión en seguridad sanitaria. Respecto del presupuesto original para 2020, hubo un aumento de 2800 millones, con lo que serán los Juegos más caros de la historia.

* US$: 4.000 millones
Lo que se ahorró el Comité Olímpico Internacional (COI) como rembolso por los derechos de televisación internacional en caso de que los Juegos se hubieran suspendido.

* US$ 549 millones
El dinero a repartir entre los más de 200 comités nacionales en concepto de pagos solidarios y otros ítems.

* US$ 6000 millones
La penalización que tendría el Comité Organizador si decidiera cancelar los Juegos por su cuenta. Ya perdieron algo más de 1.300 millones por la ausencia de público y el impacto potencial que iba a tener en la ciudad por la presencia cercana al millón de turistas nacionales e internacionales.

* 1964
El año en el que Tokio fue la sede de los Juegos Olímpicos por última vez.

Fuente: La Nación

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