Los últimos días ha sido intenso el transitar de los salteños por el centro para comprar los sahumerios que, encendidos, habrán de comenzar temprano hoy a dar identidad a un mes de agradecimiento con su presencia en el aire. Es parte del paisaje del invierno salteño y de gran parte de la región.
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Los últimos días ha sido intenso el transitar de los salteños por el centro para comprar los sahumerios que, encendidos, habrán de comenzar temprano hoy a dar identidad a un mes de agradecimiento con su presencia en el aire. Es parte del paisaje del invierno salteño y de gran parte de la región.
Las distintas localidades de la provincia, la capital en sus barriadas se unen en una ceremonia que agradece a la Pachamama y le ofrenda bebidas y alimentos, a la vez que se une en un encuentro familiar. En la zona andina, la ceremonia tradicional ofrenda alimentos y bebidas, cigarrillos y hojas de coca a la tierra al tiempo que le agradece por las cosechas y los rebaños.
En agosto se reafirman los vínculos de los pueblos que habitan la región con una memoria y cosmovisión que trasciende las fronteras y tiempos. Precisamente por ello, en el centro de Residentes Vallistos y Puneños, en Villa Primavera, se va a llevar a cabo la 41 edición del Homenaje a la Pachamama. Severo Báez, Rafaela Gaspar y sus hijos, en un año que sigue siendo atípico, harán la corpachada (el convite a la tierra) a las 15, en una ceremonia familiar.
Viviana Báez, en comunicación con El Tribuno, dijo: “Este año, reunidos con mis hermanos, decidimos que va a haber venta de comidas regionales desde las 11 hasta las 14.30. A esa hora ya queda solo la familia y hacemos la ceremonia”. El contexto sanitario ha determinado esta forma.
“Este año la ceremonia la vamos a hacer nosotros, mi mamá, mi papá y los 14 hermanos, cada uno tiene su pareja y ahí somos 28, más los nietos y los biznietos y ya somos muchos. Va a ser el primer año que vamos a rendir homenaje solo la familia”, dijo Báez. La web de El Tribuno transmite la ceremonia a las 15.
Homenaje urbano
Raúl Ramos Almendares es el creador y coordinador del Homenaje Urbano a la Madre Tierra, que se hace desde hace 20 años en el Centro Cultural Holver Martínez Borelli, de la Universidad Nacional de Salta.
“Coincidiendo con lo que dice el escudo de la UNSa, ‘Mi sabiduría viene de esta tierra’, nos hemos reunido todos estos años en el Centro Cultural. Hay exposiciones, conferencias, y al cierre se hace un homenaje universitario, en Castañares”, dijo. Durante la semana, informarán las actividades que comenzarían el viernes 6.
Sobre el sentido de los homenajes, señaló: “Estamos tratando de tomar distancia de la palabra ‘creencia’ para acercarnos a la palabra conocimiento, porque los conocimientos que tenían nuestros antiguos eran muchos. El europeo no se encontró con pueblos ignorantes, ese argumento solo justificó la conquista. Revalorizamos el conocimiento que tenían y tienen nuestros pueblos”.
“Nuestros antiguos cuando hacían la Pachamama estaban manifestando una relación estrecha y de respeto del hombre a la tierra”, agregó.
“Es una cosmovisión, el ambiente de fiesta por supuesto que lo tiene, nos alegramos de concluir un ciclo y de iniciar otro. Pero, además, tenemos que mirar que esa ceremonia tiene un contenido. Un padre, en la intimidad de una casa, le está legando un compromiso a su hijo. Hacer esa ofrenda es un legado, le está enseñando a los más chicos de la familia a respetar y a tener un equilibrio con la tierra, con la Pachamama”, dijo, y sumó: “Hoy se habla desde lo científico, lo ecológico, se hace un juramento en 4º grado para cuidar al planeta... Bueno, eso mismo es lo que nuestros antiguos legaban a los más chicos”.