Anoche falleció el ingeniero Gilberto Enrique Oviedo, ministro de la Producción y el Empleo de Salta a partir de 1995, durante el gobierno de Juan Carlos Romero. De ese modo formó parte de uno de los mayores proyectos de transformación de la provincia, a los que aportó su talento profesional, su mirada innovadora y una notable capacidad de trabajo.
Oviedo se había graduado como ingeniero civil en la Universidad Nacional de Córdoba. Muy joven, fundó la constructora Dinarco, especializada en viviendas, gasoductos y obras hídricas. Esa era su especialización, que le mereció reconocimiento a nivel nacional. La empresa realizó innumerables obras en Salta y en Jujuy, además de participar de sociedades para proyectos en distintos lugares de la Argentina. Fue una de las más activas constructoras de viviendas populares y Oviedo, a su vez, mantuvo una intensa actividad como directivo de las cámaras de la construcción salteña, jujeña y de la Nación.
Desde 1991 asesoró a Romero en el Senado de la Nación. Como ministro, a partir de 1995, ofreció su experiencia profesional y su dinámica para organizar equipos de trabajo y para diseñar un plan de reforma global del Estado, que incluía fórmulas de cooperación entre el sector público y el privado para la ejecución de obras y para la administración de servi cios básicos.
En ese plan se destaca la transformación total del sistema de vías rápidas, que incluyó el acceso a Güemes, la circunvalación y las grandes avenidas en el área de la ciudad capital y así como rutas estratégicas para el desarrollo productivo del interior provincial.
Oviedo fue uno de los grandes impulsores de la construcción del Paso de Sico, para lo cual trabó fuertes vínculos con funcionarios y empresarios chilenos, con la expectativa de dar salida a la producción del Norte Grande por el megapuerto de Mejillones. Su mirada estratégica fue dinamizadora del proyecto que impulsaba el gobernador Romero y que abarcaba tanto el área social, en la que se destacan 21.000 viviendas construidas y entregadas, la creación de 14 hospitales y mejoras y modernización en centros de salud de todos los departamentos.
De mentalidad emprendedora, sostenía que era necesario transformar profundamente la provincia y ubicarla en una posición expectante como productora, generadora de empleo y exportadora.
De carácter férreo y absolutamente compenetrado de la idea de que Salta debía ser protagonista de su propio futuro, sin esperar la ayuda discrecional y condicionada del poder central, su nombre queda asociado a una etapa excepcional en la proyección y el despegue económico de la provincia.
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Anoche falleció el ingeniero Gilberto Enrique Oviedo, ministro de la Producción y el Empleo de Salta a partir de 1995, durante el gobierno de Juan Carlos Romero. De ese modo formó parte de uno de los mayores proyectos de transformación de la provincia, a los que aportó su talento profesional, su mirada innovadora y una notable capacidad de trabajo.
Oviedo se había graduado como ingeniero civil en la Universidad Nacional de Córdoba. Muy joven, fundó la constructora Dinarco, especializada en viviendas, gasoductos y obras hídricas. Esa era su especialización, que le mereció reconocimiento a nivel nacional. La empresa realizó innumerables obras en Salta y en Jujuy, además de participar de sociedades para proyectos en distintos lugares de la Argentina. Fue una de las más activas constructoras de viviendas populares y Oviedo, a su vez, mantuvo una intensa actividad como directivo de las cámaras de la construcción salteña, jujeña y de la Nación.
Desde 1991 asesoró a Romero en el Senado de la Nación. Como ministro, a partir de 1995, ofreció su experiencia profesional y su dinámica para organizar equipos de trabajo y para diseñar un plan de reforma global del Estado, que incluía fórmulas de cooperación entre el sector público y el privado para la ejecución de obras y para la administración de servi cios básicos.
En ese plan se destaca la transformación total del sistema de vías rápidas, que incluyó el acceso a Güemes, la circunvalación y las grandes avenidas en el área de la ciudad capital y así como rutas estratégicas para el desarrollo productivo del interior provincial.
Oviedo fue uno de los grandes impulsores de la construcción del Paso de Sico, para lo cual trabó fuertes vínculos con funcionarios y empresarios chilenos, con la expectativa de dar salida a la producción del Norte Grande por el megapuerto de Mejillones. Su mirada estratégica fue dinamizadora del proyecto que impulsaba el gobernador Romero y que abarcaba tanto el área social, en la que se destacan 21.000 viviendas construidas y entregadas, la creación de 14 hospitales y mejoras y modernización en centros de salud de todos los departamentos.
De mentalidad emprendedora, sostenía que era necesario transformar profundamente la provincia y ubicarla en una posición expectante como productora, generadora de empleo y exportadora.
De carácter férreo y absolutamente compenetrado de la idea de que Salta debía ser protagonista de su propio futuro, sin esperar la ayuda discrecional y condicionada del poder central, su nombre queda asociado a una etapa excepcional en la proyección y el despegue económico de la provincia.