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Caso Ginés: "Agustín no solo es adicto, también el único asesino de mi mamá"

María Fernanda Pérez Gine es una de las tres hermanas que apelarán el fallo dictado. El 27 de marzo de 2020 María Leonor Gine fue asesinada de 33 puñaladas por su nieto.
Jueves, 05 de agosto de 2021 02:17

Son cuatro hermanas, todas hijas de María Leonor Gine, la mujer de 70 años que fue salvajemente asesinada el 27 de marzo de 2020. El martes el Tribunal de la Sala III condenó a 19 años de prisión al autor del crimen, Agustín Morales, de 20 años, nieto de la víctima. Salvo María José, madre del condenado, las otras tres hermanas -María Fernanda, Marianela y Mercedes- decidieron junto a su abogado querellante apelar el fallo. "En nombre de mis hermanas, no por la madre de Agustín por supuesto, incluso por mi sobrino Lucas, que fue el primero en ver a mi madre sin vida, estamos todos de acuerdo en apelar el fallo porque sentimos que fue una decepción total", contó en una charla con El Tribuno María Fernanda Pérez Gine.

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Son cuatro hermanas, todas hijas de María Leonor Gine, la mujer de 70 años que fue salvajemente asesinada el 27 de marzo de 2020. El martes el Tribunal de la Sala III condenó a 19 años de prisión al autor del crimen, Agustín Morales, de 20 años, nieto de la víctima. Salvo María José, madre del condenado, las otras tres hermanas -María Fernanda, Marianela y Mercedes- decidieron junto a su abogado querellante apelar el fallo. "En nombre de mis hermanas, no por la madre de Agustín por supuesto, incluso por mi sobrino Lucas, que fue el primero en ver a mi madre sin vida, estamos todos de acuerdo en apelar el fallo porque sentimos que fue una decepción total", contó en una charla con El Tribuno María Fernanda Pérez Gine.

Agustín Morales fue condenado por el delito de homicidio calificado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación -adicto a las drogas-, en concurso real con violación de medidas sanitarias por la pandemia. Junto al autor del crimen también estaban imputados Federico Detzel y Tania Rocío Aguirre, el primero fue absuelto lisa y llana por el delito de homicidio calificado y por el beneficio de la duda por el delito de encubrimiento, mientras que la mujer fue absuelta lisa y llanamente por ambos encuadres legales. En el penúltimo día de audiencia, donde las partes tuvieron que alegar, a María Fernanda la tuvieron que sacar del Salón de Grandes Juicios porque no resistió seguir escuchando los fundamentos de los defensores de su sobrino.

"Me dio mucha impotencia escuchar tantas barbaridades, de mentiras que decían esos dos, yo entiendo que cada abogado tiene su estrategia pero fue una barbaridad de mentiras tanto del abogado Adet como de Morales", apuntó la mujer hija de la víctima. "Dijeron por ejemplo que no había constancia de los billetes extranjeros, cuando yo conté con mi mamá la cantidad de dólares y euros que tenía. Aguante hasta que no pude más", agregó. También criticó el pedido de inimputabilidad que los defensores del penado realizaron respecto a la "abusiva adicción" que tiene el joven desde temprana edad -12 o 13 años-. "Todos los estudios, psicológicos y psiquiátricos, dijeron que estaba cognitivamente perfecto, psicológica y psíquicamente también. Lo único que salió es que tiene una personalidad psicopática, que no es una enfermedad, como dijeron en el juicio, es algo que va a tener toda la vida".

Los defensores de Agustín Morales hicieron la diferencia entre un adicto crónico y un asesino, "es lo que me desbordó y me dio mucha impotencia, porque yo no estoy en contra de que se rehabilite a un adicto, porque le puede pasar a cualquiera tener a una persona en esa situación. Pero Agustín no solo es un adicto sino también el único asesino de mi mamá", expresó María Fernanda, quien no cree que la profunda adicción a las drogas que tiene el joven fuese lo que lo impulsó a perpetrar semejante asesinato. "Eso se comprobó y por eso es que vamos a apelar el fallo. Salieron con "justicia' tanto Detzel como Aguirre, fue Agustín quien llevó personas extrañas a la casa de su abuela, donde él estaba viviendo. Agustín le dijo a Detzel que la plata que estaba sacando era de un auto que había vendido y era de él".

En una de las audiencias, la más dolorosa por cierto, María Fernanda fue la única de la familia y prácticamente de la sala que se quedó en el momento que exhibieron la autopsia. "Vengo hace un año y dos meses junto a mi abogado viendo el ciento por ciento de cada una de las pruebas, las autopsias. Te podría definir una por una las puñaladas, los golpes que recibió mi mamá. De trabajar horas y horas, dejar a mi familia para hacer justicia por mi mamá", sostuvo. Salvo la madre de Agustín, con quien María Fernanda no tiene relación, después "mi familia quiso la perpetua, yo quiero que se cambie ese fallo y reciba la máxima pena. Desde lo que pasó con mi mamá dejó de ser mi sobrino y pasó a ser el asesino de ella".

   Familiares de la víctima tras escuchar el veredicto.
 

No sabe si su sobrino podría volver a matar    

- ¿Cree que Agustín sea capaz de volver a matar?
- Y la verdad no sé, soy totalmente sincera. Se lo dije a los padres de Agustín, es él quien mató a mi mamá.

Si bien María Fernanda se despoja del odio que en algún momento sintió, no sabe si en algún momento su sobrino, que le asestó 33 puñaladas sobre la madre, será capaz de no volver a cometer un acto semejante. Y eso “me llena de temor a mí y a mi familia”, expresó. Contó que en un primer momento fue tanto el dolor y el odio que no podía contemplar y ver el sufrimiento de su hermana, madre del asesino.    “Pero lo llegué a entender y la traté de ayudar, es más, les conté a ella y al padre de Agustín -Cristian Morales-, quien jamás se hizo cargo de su hijo, solo apareció en el último tiempo para ponerle dos abogados que pudieran hacer algo, a los dos les conté lo que íbamos a hacer con mi abogado en el juicio. No es odio lo que siento, es tristeza, decepción y mucha angustia”.
Con su hermana María José no se hablaban, durante el juicio lo hicieron porque “la sangre tira más”. “Durante el juicio la vi destrozada, nos hablamos porque la sangre es más fuerte. En un momento me acerqué a Agustín, le pedí permiso al guardia y llorando le supliqué que dijera la verdad, que por la familia debía decir toda la verdad. Y si esas dos personas que estaban ahí tuvieron algo que ver o no debía decirlo. ‘Tía no me acuerdo, no me acuerdo’, me respondió”. Esa respuesta como las últimas palabras que el imputado expresó en el juicio no hicieron eco en María Fernanda, quien se mantiene firme en señalar que no cree ni una palabra.    “El culpable de haber asesinado a mi mamá es Agustín, pero mi hermana -María José- y su padre, Cristian Morales, son responsables de no haber podido controlar. Porque sabemos que una persona así puede ser incontrolable, pero sí tenían la responsabilidad de no dejarlo en la casa de mi mamá, a pesar de que mi mamá pesaba que con amor podía ayudar a su nieto”, contó y agregó que mi hermana me llegó a decir: “Yo también tengo derecho a vivir”. Desde un primer momento que Agustín se quedó con su mamá sabían que era un riesgo.    
 

 

 

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