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Secuestro de Giménez: declaró el líder de la banda

Mario Campos trató de desvincular a su hermano y a su tío y apuntó contra el otro acusado.
Domingo, 13 de noviembre de 2022 01:25

En la quinta semana de audiencias del juicio oral y público que se sigue por el secuestro extorsivo del empresario del transporte Víctor Giménez, el Tribunal Oral Federal 2 escuchó a Mario Campos, sindicado como el principal acusado.

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En la quinta semana de audiencias del juicio oral y público que se sigue por el secuestro extorsivo del empresario del transporte Víctor Giménez, el Tribunal Oral Federal 2 escuchó a Mario Campos, sindicado como el principal acusado.

El imputado junto a hermano Franco, su tío Héctor Rodríguez y Ezequiel Toledo, son juzgados por el delito de secuestro extorsivo, doblemente agravado por la edad de la víctima y por la participación de tres o más personas, en calidad de coautores.

Mario Campos y Toledo, además, deben responder por los delitos de resistencia y atentado a la autoridad, calificación que surge de la fuga y persecución que protagonizaron el 30 de noviembre del 2021, cuando se frustró el pago de cinco millones de pesos, en concepto de rescate.

Los cuatro acusados fueron detenidos entre el mismo día del secuestro y el siguiente, en el marco de una investigación entre el Área de Casos Complejos, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos y el fiscal penal 2 de la Provincia, Ramiro Ramos Ossorio.

Desde el 5 de octubre pasado, en tanto, se lleva adelante el juicio, en el que ya declararon numerosos testigos, de los cuales se destaca el testimonio de la víctima, quien aportó un relato conmovedor del rapto, el cautiverio y otras escenas violentas sufridas a manos de los acusados.

Frente a este relato y el de otros testigos, entre ellos los policías que realizaron las tareas de campo e inteligencia del caso, Mario Campos pidió declarar. Sin inmutarse en nada, el joven se sentó ante los jueces y reconoció su rol de líder de la banda.

Afirmó que todo fue para robarle la camioneta a Giménez y que su botín era una promesa de pago de un millón y medio que le había hecho un supuesto comprador, coartada con la cual buscó reducir la pesada escala penal que está en juego.

Cabe recordar que la fiscalía estimó un pedido de penas que van de 12 a 17 años de prisión. Semejantes números para los acusados, quienes -con excepción de Rodríguez- no pasan los 30 años, es lo que más preocupa a las defensas, en especial porque a lo largo del debate, la carga probatoria de la fiscalía no dejó resquicio para filtrar alguna duda.

Giménez, su hijo, los policías que investigaron el caso, los vecinos y la prueba documental, entre ella los mensajes entre dos de los acusados y otros informes, como el que da cuenta del perfil psicológico de cada uno, fueron totalmente adversos para los imputados y no hicieron más que reafirmar que, desde un inicio, el plan delictivo era secuestrar al empresario para pedir el pago de un rescate millonario. Ante la prueba producida en el debate, Campos no tuvo otra opción que ir por el mal menor a fin de reducir así el efecto de la acción penal, para lo cual asumió su responsabilidad e incriminó a Toledo para dedicar su mayor esfuerzo en ensayar un relato que favorezca a su hermano y a su tío.

Su narración dejó varios huecos, los que quedaron en mayor evidencia después del interrogatorio de la fiscalía. Fue en esas circunstancias, casualmente, en las que Campos se mostró más nervioso, al punto tal de descalificar a Giménez tratándolo de "mentiroso", cuando incurrió en contradicciones.

 

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