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A cincuenta años del retorno del general Perón a la Argentina

Un día como hoy pero de 1972, Perón regresaba al país luego de 17 años de exilio. Eran las 11.08 de la mañana cuando el avión "Giuseppe Verdi", de Alitalia, tocó pista en el aeropuerto deEzeiza.
Jueves, 17 de noviembre de 2022 02:25

El 20 de septiembre de 1955 el expresidente había abandonado formalmente el territorio nacional al ser obligado a abandonar el país. Se embarcó en la cañonera "Paraguay" de la Armada Paraguaya que estaba apostada en el puerto de Buenos Aires para su arreglo. Luego que el presidente de facto, general Eduardo Lonardi, le brindara garantías personales, Perón pasó a la cañonera "Humaitá", también de la Armada Guaraní, para que lo llevara a Asunción. Pero cuando estaba a punto de zarpar, el gobierno argentino le prohibió utilizar la vía fluvial "por temor dijo- que su viaje despertara simpatías o se causare ataques al buque". Por esto, Perón debió permanecer en la "Humaitá" hasta el 3 de octubre, cuando un hidroavión paraguayo lo llevó definitivamente al exilio. En esos trámites oficiales fue acompañado por el canciller del gobierno de facto, el diplomático Mario Amadeo, que a poco fue encarcelado cuando el general Aramburu derrocó a Lonardi el 13 de noviembre de 1955.

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El 20 de septiembre de 1955 el expresidente había abandonado formalmente el territorio nacional al ser obligado a abandonar el país. Se embarcó en la cañonera "Paraguay" de la Armada Paraguaya que estaba apostada en el puerto de Buenos Aires para su arreglo. Luego que el presidente de facto, general Eduardo Lonardi, le brindara garantías personales, Perón pasó a la cañonera "Humaitá", también de la Armada Guaraní, para que lo llevara a Asunción. Pero cuando estaba a punto de zarpar, el gobierno argentino le prohibió utilizar la vía fluvial "por temor dijo- que su viaje despertara simpatías o se causare ataques al buque". Por esto, Perón debió permanecer en la "Humaitá" hasta el 3 de octubre, cuando un hidroavión paraguayo lo llevó definitivamente al exilio. En esos trámites oficiales fue acompañado por el canciller del gobierno de facto, el diplomático Mario Amadeo, que a poco fue encarcelado cuando el general Aramburu derrocó a Lonardi el 13 de noviembre de 1955.

Peregrinaje

Con el paso de los días, la estadía de Perón en Paraguay se hizo cada vez más difícil. El gobierno argentino presionaba con cualquier pretexto aduciendo que el expresidente no cumplía con las condiciones de un exiliado político ya que no dejaba de hacer declaraciones al periodismo internacional. En efecto, el 8 de octubre, un corresponsal de NBC (National Broadcasting Company, EE.UU.) le preguntó a Perón cómo haría para regresar a su país, "¿Yo? Nada en absoluto. Todo lo harán mis enemigos".

Y así fue que ante la incómoda situación que vivía el gobierno paraguayo y sumado a ello la presencia de sicarios que querían asesinarlo, Perón abandonó el Paraguay el 2 de noviembre. Un avión de ese país lo llevó a Panamá, donde vivió casi dos años. Allí conoció a María Estela Martínez y además, fue víctima de un intento de asesinato desmantelado a tiempo por el gobierno panameño. Este hecho derivó en un grave conflicto diplomático entre Panamá y nuestro país.

En junio de 1956, Panamá fue sede de una cumbre de jefes de Estados americanos y entre ellos asistieron los presidentes norteamericano Dwight Eisenhower y el argentino de facto Pedro Aramburu. Fue entonces que a pedido del gobierno anfitrión Perón se mudó a Nicaragua y en agosto a Caracas, Venezuela.

En enero de 1958, previo a las elecciones en la Argentina, Perón debió abandonar Caracas y recaló en República Dominicana donde vivió hasta enero de 1960, cuando se mudó a España. Primero en Torremolinos, Málaga, luego en "El Plantío", en las afueras de Madrid y más tarde en "El Viso". El 15 de noviembre de 1961 se caso con María Estela "Isabel" Martínez y a poco el matrimonio se radicó en el naciente barrio Puerta de Hierro, inmueble que bautizó "Quinta 17 de Octubre". Allí vivió hasta su regreso definitivo a la Argentina.

Retorno II

El diario El Tribuno fue el único medio del interior del país que cubrió las alternativas del regreso de Perón a la Argentina. Para esa misión, el director Roberto Romero designó al periodista Luciano Tanto. Este corresponsal siguió los pasos de Perón desde que arribó de Madrid, el 15 de noviembre, hasta que abordó en Fiumicino el DC-8 "Giuseppe Verdi" de Alitalia, rumbo a la Argentina.

"El general Perón escribe Tanto-, se encontraba alojado en el hotel "Palazzo" de Verabró, situado en plena zona de la Roma antigua, al pie del Palatino y muy cerca del templo de Veja y el arco de Jano. Inició (Perón) su segundo día en Roma estableciendo numerosos contactos con Buenos Aires y Madrid. En el día de la fecha (16/11), todos los diarios italianos dedicaron abundante espacio a la presencia de Perón. El "Corriere Della Sera" comentó en media página la vida del líder, reseñando su ascenso político y retratando las figuras de Eva Perón e Isabel Martínez. Por su parte, los diarios romanos ofrecían amplias crónicas y anticipaban los resultados que podría tener este histórico regreso a la Argentina, después de tantos años y en momentos tan particularmente dramáticos para su nación".

Entrevista frustrada

"El Tribuno cuenta el enviado especial- intentó ponerse en contacto durante la mañana con allegados de Perón. La idea era entrevistarlo pero fue imposible. Al mediodía se anunció para la tarde una conferencia de prensa a realzarse en uno de los salones del "Gran Hotel", el mismo que había alojado a Eva Perón en su gira por Europa en 1947".

Según el enviado de El Tribuno, la conferencia de prensa fue un fracaso dada la euforia de sus seguidores. Perón solo pudo dedicarle al periodismo unas cuantas frases de despedida. "Fue entonces que se produjo un gran tumulto, donde todos luchaban por lograr sus últimas palabras y captar una imagen, hasta que intervino la policía italiana que puso orden y se llevó a Perón hasta un lugar seguro".

Pese al tumulto, El Tribuno pudo, muy brevemente, acceder al expresidente: "Solo la casualidad, más que el oficio cuenta Tanto-, permitió que fuera El Tribuno el último contacto de la prensa con Perón antes de partir al aeropuerto de Fiumicino". Aun disgustado por la avalancha, dijo a nuestro enviado "que ya estaba todo dicho y que solo quedaba emprender el retorno".

El viaje

Cuando eran la 0.26 de la madrugada (hora argentina) el "Giuseppe Verdi" despegó del aeropuerto Fiumicino, con el general Perón a bordo. Lo acompañaban 125 partidarios de todo el país, además de empresarios, artistas, periodistas, dirigentes políticos, deportistas y gremialistas. A las 4.05 la aeronave hizo una escala técnica en Dakar. De inmediato la máquina fue rodeada por fuerzas de seguridad mientras desde las ventanillas del avión se podía ver un ejército de militares, periodistas y fotógrafos que disparaban sus flashs.

"Y cuando hombres y mujeres grandes y de rostro curtido lloraban sentidamente, el júbilo trocó en una sola exclamación: ¡Peron! ¡Perón!" en las instalaciones de ATE. Ese fue el clima que se vivió en Salta tras el retorno del líder luego de 17 años de exilio.

Minutos después la máquina retomó vuelo a Buenos Aires para arribar a las 11.08 de la mañana del 17 de noviembre, cuando una intensa lluvia caía sobre el aeropuerto de Ezeiza. A las 11.20 Perón asomó por la puerta delantera y comenzó su descenso seguido por su esposa Isabel y Cámpora. Al pie, lo esperaba José Rucci quien paraguas en mano trataba de protegerlo de la lluvia. Desde allí saludó a los 300 integrantes del comité de recepción ubicados en el espigón del aeropuerto y también a los que seguían su arribo por TV. Segundos después, Perón fue en automóvil hasta el hotel del aeropuerto donde lo esperaba un comité de recepción, con tres salteños: Juan Carlos Cornejo Linares, Armando Caro y Pedro González.

La fiesta en Salta en la sede de ATE

Como ocurrió en todas las ciudades del país, en Salta el peronismo local celebró jubilosamente el regreso de Perón. El Tribuno en un suplemento especial dijo: "Un cielo gris preanunciaba una leve llovizna cuando en los barrios suburbanos comenzaron a asomar las primeras banderas. Era la adhesión de los núcleos populares a la jornada que se iba a vivir en plenitud, sobre el mediodía. Las calles constantemente patrulladas por las fuerzas del Ejército y la Policía, con reforzadas vigilancias, certificaban la presencia de un férreo operativo. De pronto, pasadas las 8 de la mañana se advirtió que desde distintos puntos de la ciudad, convergían hacia la zona sur hombres, mujeres y jóvenes portando cartelones y banderas con gran alegría. Marchaban hacia la sede de ATE, donde se iba a realizar el acto organizado por el Movimiento Nacional Justicialista de Salta, para celebrar el retorno de su líder".

A las 10 de la mañana, los periodistas de El Tribuno destacados en ATE informaron que en la sede gremial ya se había concentrado una muchedumbre que superaba las dos mil personas. En las adyacencias se advertía que efectivos del Ejército y de la Policía con canes, habían instalado un cinturón de seguridad alrededor del sindicato. En tanto, puertas adentro, cada vez se escuchaba con más frecuencia la marcha "Los Muchachos Peronistas".

La primera conmoción de la multitud fue a las 11 de la mañana cuando los altavoces anunciaron que el avión de Alitalia, ya sobrevolaba territorio argentino. Entonces el palco ubicado en el patio de ATE comenzó a ser ocupado por el peronismo local. El primero en tomar ubicación fue el presidente del Consejo Provincial, Dr. Ernesto F. Bavio, siguiéndole los más destacados dirigentes de las tres ramas del peronismo salteño.

La segunda conmoción de la multitud, ahora calculada en más de 4 mil personas, fue cuando los altavoces anunciaron que el avión sobrevolaba el aeropuerto de Ezeiza. La multitud estalló en fervorosas manifestaciones de alegría mientras el Dr. Ricardo Falú tomando el micrófono dijo: "Hoy es el día del triunfo definitivo: en lo político, en lo social y en lo económico".

Instantes después, de nuevo los altavoces conmovieron a la concurrencia que desbordaba la capacidad del local. Anunciaron que el General Perón ya estaba en tierra argentina. El Dr. Horacio Bravo Herrera alcanzó a decir: "En este momento pisa tierra argentina el General Perón", pero al intentar continuar su alocución la multitud comenzó a vivar al expresidente mientras agitaba carteles, banderas y la gente se abrazaban jubilosamente. 

 

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