El viernes por la noche la localidad jujeña de Yuto quedó perpleja, conmocionada con un doble crimen aberrante. Dos hermanas, Pamela y Ramona Gorosito, fuero brutalmente asesinadas con un arma de fuego. En el violento hecho de sangre la madre de las jóvenes, Graciela Segundo, también sufrió heridas y tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital. A partir del doble femicidio Javier Reinaldo Broy logró fugarse para llegar a la localidad salteña de Luis Burela, donde anoche fue capturado por efectivos de esta provincia.
El viernes pasado el sujeto acusado del doble femicidio irrumpió en horas de la tarde en la casa de su expareja, Pamela Gorosito (23), a quien amenazó con matarla, a raíz de ese episodio la joven volvió a denunciarlo por violencia de género. Sin embargo, y pese a haber una nueva denuncia en su contra, el agresor regresó ese mismo día, cerca de las 22, al barrio Sur de la localidad de Yuto y ultimó de un disparo a la joven, madre de dos niños de 3 y 6 años.
En medio de la masacre Broy también disparó y mató a su excuñada, Romana (27), e intentó asesinar a su exsuegra, quien pese al daño recibido y tras ser internada de urgencia pudo sobrevivir. Según fuentes judiciales, el femicida había sido denunciado por violencia de género en diciembre pasado por su expareja.
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El viernes por la noche la localidad jujeña de Yuto quedó perpleja, conmocionada con un doble crimen aberrante. Dos hermanas, Pamela y Ramona Gorosito, fuero brutalmente asesinadas con un arma de fuego. En el violento hecho de sangre la madre de las jóvenes, Graciela Segundo, también sufrió heridas y tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital. A partir del doble femicidio Javier Reinaldo Broy logró fugarse para llegar a la localidad salteña de Luis Burela, donde anoche fue capturado por efectivos de esta provincia.
El viernes pasado el sujeto acusado del doble femicidio irrumpió en horas de la tarde en la casa de su expareja, Pamela Gorosito (23), a quien amenazó con matarla, a raíz de ese episodio la joven volvió a denunciarlo por violencia de género. Sin embargo, y pese a haber una nueva denuncia en su contra, el agresor regresó ese mismo día, cerca de las 22, al barrio Sur de la localidad de Yuto y ultimó de un disparo a la joven, madre de dos niños de 3 y 6 años.
En medio de la masacre Broy también disparó y mató a su excuñada, Romana (27), e intentó asesinar a su exsuegra, quien pese al daño recibido y tras ser internada de urgencia pudo sobrevivir. Según fuentes judiciales, el femicida había sido denunciado por violencia de género en diciembre pasado por su expareja.
Personal policial de la subcomisaría de El Dorado, de Apolinario Saravia, tras recibir el alerta de los vecinos de Burela se trasladó hasta la casa de la familia del doble femicida y con la autorización de los propietarios procedieron a su detención.
Pamela y sus hijos estaban viviendo en Salta, ese fin de semana largo habían regresado a la localidad de Yuto para visitar a sus padres.
A partir de esa noche del Viernes Santo personal de la Brigada de Investigaciones de Jujuy se abocó a la búsqueda del femicida, más de 300 efectivos policiales de la vecina provincia se desplegaron para patrullar las zonas de Yuto, Vinalito y El Talar, en pos de la captura. Anoche, cerca de las 20, el sujeto fue interceptado por efectivos salteños en Burela, localidad donde tiene familia e intentaba esconderse.
La captura
Fuentes policiales consultadas por El Tribuno señalaron que Javier Broy se trasladó hasta Salta ayer por la tarde, al parecer llegó a Burela a través del campo. En esa localidad trató de esconderse en la casa de su familia.
Desde el aberrante doble femicidio la Policía de Salta fue alertada y puso recursos en todos los sectores que limitan con Jujuy, controles que tenían como objetivo la captura de Broy. “Sobre todo el personal de la Unidad Regional 5, dado que contaban con la información de que el femicida tiene familia en Burela”, dijo una fuente.
Al observar al sujeto buscado, vecinos de esa localidad alertaron a los policías, quienes lograron aprehender y detener al doble femicida. La familia del agresor en ningún momento intentó evitar su captura, abrieron las puertas de la casa desde donde salió esposado.
Sin consuelo y conmocionada
La madre de las jóvenes asesinadas, Graciela, y su esposo se salvaron de milagro. Tras la masacre sufrida en Yuto, la mujer señaló: “No pudimos hacer nada para salvarlas. Estábamos por dejar a mi otra hija en casa de mi mamá, por lo que ella (por Pamela) se quedó sola y este hombre aprovechó para entrar a mi casa”. Frente a tanto dolor, Graciela apuntó: “Él nos hizo mucho daño, destruyó toda mi vida, la vida de mis hijos, de mis nietos, estamos todos destruidos. Es muy duro lo que estamos pasando”.