La utilización de drones, a través de las cámaras RGB multiespectrales y térmicas, aporta información valiosa para la toma de decisiones del sistema productivo.
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La utilización de drones, a través de las cámaras RGB multiespectrales y térmicas, aporta información valiosa para la toma de decisiones del sistema productivo.
Algunas de las aplicaciones prácticas en sistemas extensivos son las mediciones del grado de cobertura (en porcentaje de superficie), disponibilidad u oferta forrajera y tasa de crecimiento. A la par, se obtienen indicadores de calidad de pasturas y cultivos e información crítica para el control del stand de plantas, la predicción de rendimientos, seguimiento de riegos, supervisión de canales (limpieza, estado y mantenimiento), monitoreo de represas, tanques australianos, represas y bebederos, además del relevamiento topográfico para evaluar pendientes y escorrentías, el conteo de cabezas y comportamiento en pastoreo y arreos (control por potrero).
Algunas de las utilidades descriptas pueden ser realizadas a partir del uso de imágenes satelitales tomadas a diferentes escalas en el terreno.
Además, los drones pueden ser utilizados en sistemas intensivos de alimentación a corral para el conteo de cabezas, la detección de problemas metabólicos asociados a la dieta (acidosis), la lectura de comederos (en 2D ó 3D), control de la temperatura corporal de los animales (estrés o enfermedades), supervisión de instalaciones (bebederos, comederos, tranqueras, alambres), relevamiento planialtimétrico para evaluar pendientes y escorrentías (MDS), cubicación de sistemas de almacenamiento de forrajes conservados (silo puente) y comportamiento en corrales, entre otras tantas aplicaciones.
Otros tipos de drones ofrecen aplicaciones selectivas o totales (lotes sucios, malezas, renovales) y datos sobre la penetración de insecticidas, funguicidas y herbicidas, fertilizantes líquidos (foliares) y sólidos (suelo), siembras aéreas de pasturas sobre rodales de malezas o peladares (subtropicales) y la distribución de insectos benéficos sobre los cultivos.
Existen dispositivos de cámaras que toman imágenes en 3D de los animales a medida que pasan por un callejón, generalmente cerca de la aguada. Estos, a través de complejos algoritmos, transforman la imagen y determinan el peso y la condición corporal de cada cabeza bovina. Esta información tiene crucial importancia en los esquemas de cría, recría o invernadas pastoriles, ya que se trata de sistemas extensivos en los cuales el ganado convive dentro de grandes superficies.
Otra herramienta es el pesaje en la zona de aguada, donde una “balanza al paso” hace lectura de la caravana y transmite el peso del animal. Así se completa el ciclo desde la pastura y la carga hasta la estimación de la ganancia de peso, ayudando a decidir el momento óptimo de empezar a dar algún tipo de suplementación. Estas balanzas también pueden ser utilizadas en los feedlots, ubicadas alrededor de las aguadas o en la entrada de los comederos.
Otras tecnologías que se complementan muy bien con las anteriores, son los sensores dispuestos en tanques australianos, aguadas, represas y bebederos. Estos, mediante un sistema de radiofrecuencia, alertan cuando baja el nivel o deja de funcionar algún bebedero. Todo redunda en ahorros de tiempo y dinero para el personal y la empresa agropecuaria, al tiempo que permite solucionar de antemano un futuro problema.
En sistemas intensivos de engorde a corral existe una tecnología reciente que trabaja con la condición corporal del animal, el peso, el consumo de alimento y los valores de los diferentes insumos, agregando al análisis el precio de compra y venta de las diferentes categorías de vacunos. Como resultado final arroja algunos gráficos e indicadores sobre la conveniencia o no de vender ese animal, convirtiéndose así en una herramienta clave a la hora de tomar decisiones
Para cabañas de reproductores de diferentes razas bovinas se utilizan desde hace ya un tiempo ecografías para evaluar distintas características heredables sobre fertilidad y crecimiento de los animales. Lo último en tecnología aplicada para conocer los animales que manifiestan la mejor eficiencia de conversión del alimento en peso vivo es la prueba de “consumo residual”, o Residual Feed Intake (RFI), con la que se reconocen las cabezas que requieren menos alimento para lograr un mismo nivel de producción, siendo esta una característica heredable por la progenie que luego será volcada en los DEP’s de ese individuo.
También existen en desarrollo robots para el arreo de ovinos y bovinos. Estos vienen montados con instrumental que permite medir la oferta forrajera del lote, al mismo tiempo que mueve los animales y detecta a los posibles enfermos.
Está en desarrollo una tecnología que permitirá, mediante el uso de collares de GPS, no solo monitorear por dónde transitan y pastorean los animales, sino también condicionarles la zona de pastoreo en función de criterios y decisiones bien respaldados.
A esta innovación se la denomina “alambrados virtuales”, ya que no se necesitarán barreras físicas para lograr los objetivos, sino que los animales responderán a estímulos eléctricos transmitidos por el collar.
Otros collares también permiten conocer el consumo animal y detectan los individuos enfermos. La capacitación del personal en el uso de las nuevas herramientas, a la vez, amplía oportunidades de inserción laboral en el agro y la ganadería.
Trabajadores calificados
En la etapa de control del rodeo hay herramientas de última generación, como las jeringas de vacunación inteligentes, que almacenan información del tipo de producto, la dosis y además identifican a cada animal.
Es así que la búsqueda de mecanismos que permitan autonomizar procesos es una tendencia global que en el ámbito de la producción agropecuaria cobra especial relevancia debido a la escasa disponibilidad de mano de obra en el espacio rural. La mayor parte de las decisiones sobre el manejo del ganado requieren de la presencia física de algún operario, del dueño del campo o de su asesor.
Sin duda, estas innovaciones están penetrando los sistemas de producción agropecuaria y es posible que provean soluciones insospechadas a algunos de los problemas actuales de la ganadería bovina. En el futuro las empresas que puedan incorporar estos avances serán más competitivas, ya que podrán reducir costos y tomar decisiones basadas en información más precisa, anticiparse a eventos climáticos, problemas sanitarios y acceder a mercados más exigentes que requieren certificación de procesos. Incluso serán más atractivas para los futuros productores.
En este sentido vale la pena preguntarse cuáles serán las barreras de adopción tecnológica de las próximas generaciones. La adaptación a esta nueva era del conocimiento implica grandes desafíos sociales y también esfuerzos personales. El primer paso parte de tomar conciencia del cambio y asumirlo.
Finalmente, antes de invertir en una tecnología para mejorar la gestión de un sistema ganadero, los establecimientos agropecuarios deberían asegurarse de que sea la más adecuada para el logro de los objetivos. Es recomendable buscar asesoría por parte de agrónomos, veterinarios, zootecnistas o de cualquier otro profesional relacionado con alguna de las etapas de la tecnología, como también consultar a otros productores o empresas que ya estén implementando esa tecnología.