Bosque recuerda que se inició en esta área del periodismo “de una manera quizás azarosa”, luego de haber estado trabajando en periodismo en el exterior durante un tiempo y más tarde como corporativo de comunicación en dos grandes empresas en los períodos de privatizaciones. Luego, cuando salió de ese circuito y volvió al periodismo, era el momento donde había importantes realizaciones de minas y una de ellas le llamó la atención, se trataba de Veladero, la gran mina de oro y plata de Barrick Gold.
En ese momento decidió, aunque era incipiente el surgimiento de los diarios de internet, y se decidió a hacer periodismo digital. “Pero prensa de negocios, porque el desprestigio o la hiperregulación o una serie de cosas que hacen a la dinámica económica y de mercados en la Argentina, hace que en el país no haya mucha prensa salmón, es decir, debate sobre los negocios con aristas periodísticas y políticas”, aclara.
Detalló que ese fue el espacio “donde nosotros intentamos diferenciarnos de otras publicaciones colegas especializadas que ya existían y, por cierto, hemos encontrado una fortaleza en poder decodificar esto que es la minería que es una cuestión desconocida, crítica en un país como la Argentina, procurando que pueda ser entendida por el gran público”.
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Bosque recuerda que se inició en esta área del periodismo “de una manera quizás azarosa”, luego de haber estado trabajando en periodismo en el exterior durante un tiempo y más tarde como corporativo de comunicación en dos grandes empresas en los períodos de privatizaciones. Luego, cuando salió de ese circuito y volvió al periodismo, era el momento donde había importantes realizaciones de minas y una de ellas le llamó la atención, se trataba de Veladero, la gran mina de oro y plata de Barrick Gold.
En ese momento decidió, aunque era incipiente el surgimiento de los diarios de internet, y se decidió a hacer periodismo digital. “Pero prensa de negocios, porque el desprestigio o la hiperregulación o una serie de cosas que hacen a la dinámica económica y de mercados en la Argentina, hace que en el país no haya mucha prensa salmón, es decir, debate sobre los negocios con aristas periodísticas y políticas”, aclara.
Detalló que ese fue el espacio “donde nosotros intentamos diferenciarnos de otras publicaciones colegas especializadas que ya existían y, por cierto, hemos encontrado una fortaleza en poder decodificar esto que es la minería que es una cuestión desconocida, crítica en un país como la Argentina, procurando que pueda ser entendida por el gran público”.
¿Qué análisis se puede hacer del sector minero, sobre todo en un contexto como el de Salta donde todos los ojos se posan en lo que puede dar esta actividad?
Salta en este momento está en un momento muy especial. Fundacional podría decirse o, incluso tal vez, ya en un momento de revolución podría decirse a partir de la experiencia de Lindero, que ya se ve e impacta, sobre todo en los números del producto bruto provincial.
Y en todo lo que quiere venir y que se está construyendo, proyectando, explorando en los emprendimientos del litio, más lo que se espera y que sería un verdadero plato fuerte para Salta, que es Taca Taca.
¿Cree que estos procesos son realmente viables? ¿Hay un contexto nacional y provincial que lo permita?
Bueno, analizado desde un esquema de fortalezas y debilidades, el Talón de Aquiles que tiene hoy la minería en la Argentina, además de otras actividades económicas, es el tembladeral político y económico del país y algunas incertidumbres que se agregan con las inestabilidades y trifulcas que hay en la cúspide del poder. Después, hay ventajas comparativas. El desdoblamiento cambiario, a partir de algunas fases como la exploración minera puede ser un estímulo, no así entrar en exploración minera que ya te mete en otros cepos y dificultades para disponer de tus divisas, para remesar utilidades. Este es el toma y daca permanente que tienen hoy las mineras
Ahora, las fortalezas de la Argentina y de Salta son sus inmensos recursos y, en el caso de la provincia es la posibilidad de llevar a la práctica y poner en potencia de acción aquello que siempre tan bien rankeó: el famoso Informe Fraser, que respecto de Argentina siempre estaba al tope de escenario más propicio para invertir era esta provincia. Ahora, como en la cancha se ven los pingos, la posibilidad de que la minería no solo genere negocios, exportaciones y divisas, empleos y formación de Pymes, sino que pueda anclar para el futuro. Incluso para el día después, para cuando llegue el cierre de mina, el agotamiento de los yacimientos en plazos cortos medianos o largos, que se puedan anclar otros modelos de desarrollo y promoción humana.
Y en este contexto hay mucha expectativa con el litio y lo que representa, a tal punto que Salta y otras provincias conformaron una mesa sobre esta producción. ¿Cuál es su análisis de las perspectivas que ofrece el litio?
Es muy interesante la articulación regional que se hizo entre las provincias. Es necesario un escenario de diálogo interprovincial y público-privado. Pero hay que tener cuidado con los espejitos de colores porque no es que nosotros seamos la Arabia Saudita del litio, lo que tiene el NOA y este triángulo del litio con Chile y con Bolivia es salares muy interesantes y, en un cruce de coordenadas, de los mercados mundiales donde al litio se lo ha visto crecer el 400% vía la transición energética, los impactos que produjeron algunas cuestiones como el fenómeno Tesla, el empuje de China, la agenda verde. Todo eso ha concluido, y ahora hay también una vuelta de tuerca más con todas las tensiones geopolíticas que están ocurriendo en el mundo.
Ahora, dicho esto, hay otro aspecto que es que cuando vienen las vacas gordas, todo el mundo se arma de cuchillo tenedor y servilleta y dice: ‘Yo quiero una tajada mayor de esto’. Entonces hay debates muy interesantes que han surgido hace tiempo, que es por ejemplo el famoso tema de la integración vertical y la cuestión de una cadena de valor que termine en la Argentina fabricando baterías.
Ahí también, como periodistas, tenemos que mirar lo que pasa en el mundo, donde hay una división internacional del trabajo, hay posibilidad de fabricar baterías en Argentina, y tal vez en este camino de soberanías energéticas e industriales, habría que evitar algunas cuestiones a futuro como por ejemplo que terminemos haciendo otra Tierra del Fuego, es decir un ensamble de baterías con desgravaciones impositivas y ventajas etcétera, o sea economías de enclave, que no sean necesariamente beneficiosas para la provincia y para el país.