El colegio que supo ser una de las ofertas pedagógicas más auspiciosas para la populosa zona sur, es ahora el epicentro de diferentes noticias que dan cuenta de una institución en constante crisis. Si bien sus autoridades desmintieron su cierre, por los últimos despidos de directivos y profesores "esenciales", los padres destacan una mala administración que no logra estabilizar la endeble situación que se arrastra.
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El colegio que supo ser una de las ofertas pedagógicas más auspiciosas para la populosa zona sur, es ahora el epicentro de diferentes noticias que dan cuenta de una institución en constante crisis. Si bien sus autoridades desmintieron su cierre, por los últimos despidos de directivos y profesores "esenciales", los padres destacan una mala administración que no logra estabilizar la endeble situación que se arrastra.
Diferentes colaboradores aseguraron que los últimos despidos son en represalia por negarse a llevar su nivel secundario al centro. Pidieron que se proyecte un plan económico viable que "no solo busque el lucro", sino que "además priorice la oportunidad de llevar ascenso pedagógico a los barrios".
El Instituto 8215 "Bicentenario María Reina" de barrio El Tribuno terminó su año pedagógico y, en los primeros días de enero y sin previo aviso, despidió a cinco trabajadores: la directora, la preceptora y a tres docentes. El miércoles por la tarde parte del alumnado se convocó con carteles en la puertas del colegio para pedir que se los reincorpore.
"La preceptora está desde antes de que se construya el colegio, es como una madre para los chicos, conoce la historia de cada uno, los contiene y los escucha. El profesor de griego se ganó el respeto y el cariño de los chicos, un profesor con amplio currículum, que cuando vio que los chicos se llevaban mucho esa materia decidió poner clases de apoyo durante el año escolar para ayudarlos, hace que les guste la materia y hasta lo admiran", indicó la madre de dos alumnos que se definió como "constructora fundadora".
"Sé que nuestros despidos son consecuencia de haberme opuesto a que se fusionara el colegio con el seminario", indicó una de las despedidas. La mujer tiene un hijo con autismo que pasará a segundo grado, con su trabajo financiaba las cuantiosas terapias que demanda.
En el 2020 se propuso mudar el nivel secundario del colegio al centro, para unificarlo con el Seminario San Buenaventura, que "tiene mejores aportes estatales pero una baja matrícula". Colaboradores aseguran que fue una decisión "unilateral" a la que se opusieron varios docentes porque la propuesta dejaba de lado la esencia de descentralizar las ofertas pedagógicas por fuera del centro, hacia las periferias.
Desde la gestión de la institución emitieron un comunicado en el que descartaron un posible cierre y aseguraron que "las versiones rebatidas responden al interés contrarios a la Institución, cuyos autores son responsables de la actual crisis que la nueva conducción se ocupará de disipar y reestructurar para posibilitar la continuidad institucional". A la versión oficial la madre respondió que "dicen eso pero sacan personas que hicieron mucho por la institución, que tienen mucha vocación y los padres lo sabemos, sin ningún tipo de justificación".
El comunicado también aseguró que la directora había sido reasignada a otro cargo en al arzobispado. "Pero llegó y tal cargo no existe", advirtieron.
La propuesta de Tavella
El Instituto 8215 Bicentenario María Reina nació en barrio El Tribuno a mediados del 2010, como un proyecto pedagógico humanista. "Monseñor Tavella trajo la modalidad a Salta inspirado en el liceo clásico de Europa. Se trata de una escuela que tiene el extra que a las materias tradicionales le suman lenguas clásicas como latín y griego, y una importante currícula basada en filosofía y literatura" explicó una fuente que colaboró con el desarrollo pedagógico de la institución.
La esencia del proyecto en particular, explican padres y colaboradores, fue además descentralizar las ofertas pedagógicas hacia los barrios, por ello, indicaron, se opusieron a que sea fusionado el nivel secundario con el seminario.
El proyecto fue incentivado por el párroco de la iglesia local, el sacerdote Néstor Aramayo junto a un grupo de padres organizó diferentes actividades que incluyeron desde bingos hasta grandes festivales a beneficio de la obra.
De este tipo de colegios hay siete en Salta, pero la mayoría en el centro. La esencia con la que nació, aseguran sus colaboradores fundadores, fue brindar "otra propuesta pedagógica, accesible y para la gente de la zona" y con proyecciones de llegar a un terciario."En algunos casos el colegio representa la oportunidad de tener la primera generación universitaria de la familia", destacó un padre.
La propuesta fue bien recibida por la comunidad sureña y se fueron inaugurando niveles, como el secundario, y se proyectaba el terciario; hasta estos últimos dos años, en que se cambió dos veces de administración, luego de que se apartara al cura Aramayo que enfrentó un proceso eclesiástico por abuso.
Al asumir la nueva gestión, a cargo de la nueva representante legal, Peralta, se dieron con deudas millonarias de aportes previsionales y se despidieron a los primeros docentes. A la par, las cuotas sufrieron incrementos de un año a otro, aseguran que los incrementos fueron del 100%, por lo que la cantidad de inscriptos disminuyó. "Si la matrícula bajó es por esta gestión, porque antes no había cupo, había lista de espera. Pero con esta gestión comenzó a mermar, por el aumento de la cuota, pero además porque la pandemia hizo lo suyo, porque varios padres se quedaron sin trabajo", indicó la madre de dos alumnos de la institución.
"Agobiada por la tarea" Peralta duró en ese cargo desde el año de la pandemia, el 2020, hasta mediados del 2021. Luego de su salida los administrativos del arzobispado quedaron a cargo de la gestión.