El hombre metió por vigésima vez la tarjeta y el ruido sonó como un canto de sirena que impúdicamente lo atraía cada vez más, mientras las preguntas de rigor se repetían en su memoria -espero no confundirme- pensó, al tiempo que dijo en voz baja ¿Quién habrá inventado las claves?
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El hombre metió por vigésima vez la tarjeta y el ruido sonó como un canto de sirena que impúdicamente lo atraía cada vez más, mientras las preguntas de rigor se repetían en su memoria -espero no confundirme- pensó, al tiempo que dijo en voz baja ¿Quién habrá inventado las claves?
-Apúrate "Chocolate" que está llegando más gente, sintió que le decía -casi al oído- el subconsciente. A la vez que agregaba: "No te olvides que hoy es sábado y la gente espera encontrar un cajero vacío, pero qué además tenga plata". En estas épocas sobran los cajeros, pero los bancos son cuidadosos con los salarios de los trabajadores, lo devuelven en cuentagotas.
Chocolate sonrió, "éste siempre tiene plata", afirmó casi con malicia mientras los billetes empezaron a superar la bolsa marrón, pero la tenía bien agarrada. Acumulaba tantas historias, al igual que el maltrecho cajero automático.
Como un mazo de naipes, al igual que un fullero del suburbio, "Chocolate" deslizaba el noveno juego de tarjeta entre sus dedos. Lo hacía con una velocidad increíble. Curiosamente el rey era él, copaba la parada de la operación con la maestría de quien abre una caja fuerte con la simpleza de un aprendiz. A este cajero lo conocía y hasta sabía el horario de la reposición de plata, en la medida que la inflación pedía más combustible para seguir secando el bolsillo de los argentinos.
Esta vez no tuvo que hacer cola. Hasta los tiempos jugaban a su favor; además ya tenía varios sobres con $30.000 cada uno, lo máximo permitido por extracción. De manera prolija guardaba cada comprobante de la operación con su ticket correspondiente, porque no era cuestión de tener diferencias en la rendición.
El error de "Chocolate" fue demorarse tanto, además de su fiebre lúdica. Pasaba de un cajero a otro de manera frenética. El sospechoso permaneció un lapso de 20 minutos dentro de la sucursal mientras realizaba los movimientos. La actitud fue observada por una señora que aguardaba su turno y avisó a un guardia, que actuó al instante y lo detuvo.
En total eran 48 plásticos los que llevaba consigo, además de un total de más de 1.200.000 pesos en efectivo, el monto que había acumulado como resultado de las extracciones de esa fecha. Las tarjetas pertenecían a empleados de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, la cual se encuentra ubicada a una cuadra del cajero donde fue descubierto in fraganti. Curiosamente, nadie salió a decir: "Esta tarjeta es mía".
"Chocolate" es un hombre que se encuentra vinculado al PJ provincial y que fue candidato a concejal suplente en una lista hace cuatro años, en 2019. La misma pertenecía al precandidato a intendente Guillermo Escudero, del Frente de Todos. Además, trabaja como electricista en la Cámara de Diputados, es referente de la zona de Melchor Romero y actualmente está ligado a Facundo Albini, un concejal del oficialismo.
En un país donde todos los días las noticias vinculadas con casos de corrupción no sorprenden a nadie, en septiembre se cumplió un nuevo aniversario de un caso gemelo ocurrido en Entre Ríos.
El 20 de septiembre de 2018, cinco años antes, Flavia Beckman, María Victoria Álvarez y Esteban Scialocomo fueron encontrados mientras retiraban dinero de tarjetas de débito de empleados legislativos en un cajero del Banco Entre Ríos, ubicado en la zona céntrica de la capital.
En un documento de más de 500 páginas aparece el detalle de las 32 personas que fueron imputadas, además de las mencionadas. Todas esperan el juicio. Cabe destacar que la mayoría de los contratos, de acuerdo al documento judicial, eran excluidos de su retribución, la que pasaba íntegramente a manos del grupo recaudador, para luego en algunos casos entregarles a los particulares solo una parte ínfima de lo anteriormente cobrado.
"Simulaban que tenían contratados servicios que en realidad ni enterados estaban muchos de ellos; si no que estaban engañados. Esto se venía haciendo desde 2008 y se descubrió en 2018. Se robaron $53.000.000 de dólares", expresó Cecilia Goyeneche, la exfiscal anticorrupción de Entre Ríos.
En La Plata, la fiscal Betina Lacki trabajaba en las declaraciones de los titulares de las tarjetas de débito que le secuestraron a Chocolate hasta que el fallo de los camaristas Juan Alberto Benavides y Alejandro Villordo dejó su investigación en standby. Algo similar a lo que hicieron los fiscales en Entre Ríos.