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Conclusiones para la segunda vuelta

Lunes, 23 de octubre de 2023 03:37

Con números preliminares y el 96% de mesas escrutadas, y 26.523.829 millones de votos, hay balotaje en la Argentina entre Sergio Tomas Massa y Javier Milei, entre la evolución del espacio oficialista y la novedad política in extremis. El crecimiento en la participación de las PASO a las generales fue de cerca de 6 puntos, lo esperable, y así superando al nivel más bajo de participación en el año 2007, un regalo para 40 años de democracia. Antes de pasar al análisis, los números, que cuentan como nada la realidad.

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Con números preliminares y el 96% de mesas escrutadas, y 26.523.829 millones de votos, hay balotaje en la Argentina entre Sergio Tomas Massa y Javier Milei, entre la evolución del espacio oficialista y la novedad política in extremis. El crecimiento en la participación de las PASO a las generales fue de cerca de 6 puntos, lo esperable, y así superando al nivel más bajo de participación en el año 2007, un regalo para 40 años de democracia. Antes de pasar al análisis, los números, que cuentan como nada la realidad.

A nivel nacional, con el 37% de los votos, Unión por la Patria logro crecer en casi 3 millones de votos con respecto a las PASO, de un magro 6,7 millones a superar los 9,5 millones de electores. Con el 30% de los votos, La Libertad Avanza también sumo nuevos votantes, pero con una marcada desmejora, solo creciendo en medio millón de votos a nivel país. Tanto por el nivel de expectativa y por los datos preelectorales, La Libertad Avanza no pudo perforar su techo de 7,7 millones de votos. Es más, perdió en 9 provincias, donde justamente gano Massa. Con el 24%, la gran derrota de la jornada: Juntos por el Cambio perdió 700.000 votos a nivel país, dejando afuera del balotaje a Patricia Bullrich. Quizás el segundo gran ganador de la jornada, Schiaretti, merece párrafo aparte. Su espacio de Hacemos por Nuestro País creció de 907.000 votos a 1,7 millones. Una conquista que, junto con elementos de la Unión Cívica Radical, lo convierten en el kingmaker de la segunda vuelta.

La elección tuvo casi 1,1 millones de votos en blanco, y casi 7,5 millones de votantes se quedaron en casa. Mirando con más detalle, provisorio por supuesto, se observa que el gran crecimiento de Unión por la Patria se explica con la región NOA. En Santiago del Estero Massa mejoro en un 65,5%, en Formosa por el 51,8%, en Tucumán por el 44,8%, en Chaco el 43% y en Salta, con mejoría pero leve, con el 43% con respecto a las PASO. Otro dato: en la Provincia de Buenos Aires la mejoría fue del 42,8%, con reelección de Axel Kicillof incluida. Primera conclusión: hay un incentivo al aparato político partidista cuando los cargos están en juego. A diferencia de las PASO, que tenía a la oferta electoral de Unión por la Patria con primarias poco competitivas (Massa versus Grabois), el resultado de la elección general, a 4 años, si motivó las estrategias de movilización. Con datos preliminares, se proyecta que en la Cámara de Diputados, Unión por la Patria conserve 51 de sus 69 escaños en disputa, siendo la primera minoría con 108 bancadas. Pero, si de crecimiento se habla, La Libertad Avanza será la tercera fuerza con 40 Diputados, un saldo de +36. En la Cámara de Senadores, Unión por la Patria retuvo 12 bancadas de 24, llegando a ser primera minoría con 36 escaños, mientras que Juntos por el Cambio renovó solo 12 de 22, pasando a ser un cuerpo de 24 senadores. La Libertad Avanza suma 8 bancadas por primera vez. La composición del Congreso es extremadamente importante, no solo para legislar, sino también para analizar posibilidades aritméticas en un posible escenario de juicio político.

En Salta hubo una mejoría notable en la participación con respecto a las PASO. Del 60% (621.000 electores) al 72,3% (742.000). Aun por debajo de la media nacional, la participación es positiva por que confirma que cuando hay cargos en juego hay movilización. Del batacazo inicial de Ahora Patria cosechando el 47% en las PASO, el número de anoche confirma una supremacía histórica en Salta con el 40%, metiendo dos diputados por ese espacio y ganando el lugar para el Parlasur. Pero hubo una merma de más de 10.000 votos con respecto a las PASO. Milei también perdió casi un 10% entre las PASO y las generales. Inclusive en el departamento de Los Andes -el distrito más ganador para Milei en todo el país con el 63%- La Libertad Avanza cosechó 400 votos extras contra los 1.000 de Massa. Para Unión por la Patria también hubo repunte. Paso del 23,4% al 36%, también ganando dos bancas en la Cámara de Diputados. Si Milei perdió votos, Massa los gano por casi 120.000. La gran derrota la vivió Juntos por el Cambio. Nanni no logro retener su banca y Patricia Bullrich perdió casi 4.000 votos, bajando del 17 al 14% en Salta. ¿Entonces?

La segunda vuelta el 19 de noviembre tiene varios caminos posibles. Primero remarcar que los discursos de los ganadores -Massa y Milei- ya dan signos de moderación y de abandono de conceptos y metáforas que dividen al electorado. No se escuchó hablar de la motosierra y mucho sobre un gobierno de unidad posperonista. La realidad es que la nueva estética que presento Massa en su discurso triunfal da la pista de que seguro veremos una batería de acciones para reforzar una idea que escuchamos en el 2015: la famosa avenida del medio. En la campaña del 2015 Massa cosecho 21,3% con el mismo mensaje de anoche, que buscara convencer al sector de Hacemos, a la izquierda y, lo más importante, a elementos de la Unión Cívica Radical. Juntos por el Cambio no es un partido, sino un frente y, como tal, puede segmentarse o hasta romperse después de ver como Macri insinuó su apoyo a Milei durante toda la campaña. Esos votos serán los que determinan si La Libertad Avanza puede ser gobierno. Pero para eso debe moderar su discurso. Una tarea difícil de hacer en menos de 30 días, cuando el concepto de "casta" excluye a muchos de los que hoy votarían por Milei dentro de Juntos por el Cambio. ¿No será que los discursos que dividen casi nunca suman? Una segunda conclusión: el discurso del miedo le gano al de la ira. No se explica cómo Massa, siendo ministro de una economía por el piso, sea primero en las elecciones, si no, también, reflexionamos que hay valores y consensos democráticos como la educación y la salud pública, el valor de la ciencia, los derechos de las mujeres, la política de memoria y justicia, y el respeto por las instituciones (como el Banco Central), que forman parte de consensos mínimos no negociables. Si Milei camina por ese sendero de moderación, ¿es casta?, ¿cómo se lo explica a su electorado más radicalizado? El voto del bolsillo impera pero no fue condición suficiente para explicar esta primera vuelta. Si no, habríamos de preguntarle a Melconian qué piensa del resultado de su espacio.

Finalmente, una advertencia: no se gana hasta ganar. El mundo atraviesa una coyuntura de policrisis y la Argentina no puede seguir desperdiciando sus chances de crecer con bienestar social. Las guerras, los desequilibrios energéticos, la crisis climática y de biodiversidad, la explotación demográfica y los desafíos de la tecnología ponen al país en una situación donde si no actuamos con prudencia y celeridad, es muy posible que seamos presos de un futuro insostenible. La elección de esta noche es de cambio, y de cambio profundo, pero con valores y atributos innegociables. Dentro de ese parámetro, recordemos que Scioli en el 2015 también gano la primera vuelta, con Massa siendo el tercer contrincante con 21,3% de los votos. En ese momento se pensó que los votos de Massa irían a Scioli, pero Mauricio Macri fue electo presidente con el 51,5% de los votos. Para ganar hay que convencer, y para convencer hay que demostrar que el cambio es tangible. Massa es ministro hoy.

¿Podrá retener su victoria y sumar más votos para ser Presidente? El tercer debate presidencial es el 12 de noviembre en la Universidad de Buenos Aires.

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