Agua en los grifos sin que fuera apta para el consumo humano, reparto en camiones o en bidones que nunca fueron suficientes, protestas, recursos de amparo y comité de crisis que a los fines prácticos tampoco solucionó nada. Esa fue la situación que desde octubre de 2022 se vivió en el norte de la provincia por varios meses a consecuencia de la escasez de lluvias y la falta de obras que le dieran previsibilidad a un servicio que debe brindarse en una región donde la temperatura promedio desde noviembre a febrero ronda los 43 grados.
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Agua en los grifos sin que fuera apta para el consumo humano, reparto en camiones o en bidones que nunca fueron suficientes, protestas, recursos de amparo y comité de crisis que a los fines prácticos tampoco solucionó nada. Esa fue la situación que desde octubre de 2022 se vivió en el norte de la provincia por varios meses a consecuencia de la escasez de lluvias y la falta de obras que le dieran previsibilidad a un servicio que debe brindarse en una región donde la temperatura promedio desde noviembre a febrero ronda los 43 grados.
La experiencia fue difícil pero lejos de haber dejado alguna enseñanza fáctica las condiciones actuales están dadas para que en el verano 2023-2024 la situación se repita. Las razones, las mismas que el año pasado y los años anteriores: la falta de previsibilidad y de obras de infraestructura.
La crisis del agua del año pasado hizo tocar fondo a los 200 mil pobladores que residen en los departamentos San Martín y Rivadavia y por eso se anunciaron obras fundamentales como la perforación de pozos que harían que el sistema Itiyuro deje de depender exclusivamente de las lluvias que desde hace algunos años se han vuelta esquivas en el departamento San Martín.
Desde hoy el agua de red en Tartagal, Aguaray y Mosconi será solo para uso sanitario. La provisión de agua para consumo humano será distribuida a través de 40 camiones cisterna. Es por la baja del nivel del río Caraparí que abastece al dique Itiyuro
La perforación de pozos en Tartagal, Yacuy y en Aguaray y las obras de alteo en el dique El Limón posibilitarían que las lluvias de verano tuvieran una estructura donde acopiar el agua, ya que el dique Itiyuro está totalmente colapsado de sedimentos, y no esperar con plegarias y oraciones las lluvias, sino sumar a todo el sistema el agua de la producción de los pozos.
Obra extemporánea
Fuentes consultadas por El Tribuno dieron precisiones de la situación actual cuando las temperaturas propias de verano ya se hacen sentir, aunque falten aún casi tres meses para esa estación: "Como todos en el norte sabemos que el dique Itiyuro está colmatado y quedándose sin agua y la obra de alteo que la está llevando a cabo la empresa Garín es totalmente extemporánea porque ya tendría que haber estado finalizada. Cuando la obra finalice, el agua que se junte no será para esta temporada estival sino para la que venga. La perforación de los pozos, el acueducto Yacuy- Tartagal, la cisterna que se construye en Villa Güemes no estarán finalizados para este año, por tanto la crisis hídrica que se padeció el año pasado se repetirá ente año", precisó la fuente consultada sobre la situación por la falta de agua en el norte.
En definitiva, las obras que no concluyeron, la falta de lluvias y el alto consumo a consecuencia de las altas temperaturas harán repetir la dramática situación que el norte vivió el año pasado.
AGENCIA TARTAGAL