Carlos Muñoz es un conocido empresario del departamento San Martín de 63 años, quien desde el punto de vista empresarial y personal podría decirse que tiene su vida resuelta, pero hace 5 años comenzó a formarse como coach ontológico, organizacional y financiero y precisamente requería de un trabajo práctico para una certificación internacional que estaba realizando en México con Elena Espinal, una de las capacitadoras más importantes a nivel mundial en esa temática. Pero la "no respuesta" en un ámbito en que posiblemente los mayores conflictos a resolverse pasan por el área del personal, le hizo entender el motivo por el cual a las organizaciones, sean públicas o privadas, les cuesta tanto abordarlos y resolverlos.
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Carlos Muñoz es un conocido empresario del departamento San Martín de 63 años, quien desde el punto de vista empresarial y personal podría decirse que tiene su vida resuelta, pero hace 5 años comenzó a formarse como coach ontológico, organizacional y financiero y precisamente requería de un trabajo práctico para una certificación internacional que estaba realizando en México con Elena Espinal, una de las capacitadoras más importantes a nivel mundial en esa temática. Pero la "no respuesta" en un ámbito en que posiblemente los mayores conflictos a resolverse pasan por el área del personal, le hizo entender el motivo por el cual a las organizaciones, sean públicas o privadas, les cuesta tanto abordarlos y resolverlos.
Muñoz reconoce que aún en la actualidad en los ámbitos académicos que conforman psicólogos, sociólogos o los que integran profesionales de recursos humanos y de relaciones institucionales, les cuesta aceptar el trabajo de los coach: "Cuando en realidad no venimos a competir con esas áreas por las que personalmente guardo un enorme respeto; lo que pretendemos es ir un poco más allá en la eficientización del recurso humano, en conseguir productividad, mejores resultados, sentido de pertenencia a las organizaciones de sus líderes, obreros, empleados o empresas y personal contratado. Escucho a mucha gente mascullar bronca en contra de la empresa a la que pertenece, de la que a fin de mes cobran sus sueldos, otros que solo concurren a cumplir con su horario de trabajo y nada más y una mínima parte está comprometida con su trabajo, trata de hacerlo lo mejor posible y obtener resultados aunque a esa eficiencia los superiores no la tomen en cuenta".
"El objetivo del coach es trabajar en el presente mirando hacia el futuro porque en definitiva mientras a la empresa le vaya mejor, al trabajador le irá mejor y alcanzará sus objetivos personales. Parece un tema obvio, demasiado sencillo, pero tiene enormes dificultades y creo que en ese cambio de actitud, de mirada debe entrar el trabajo de los coach organizacionales, ejecutivos u ontológicos para trabajar sobre el ser de cada persona que juntas conforman la organización".
Más que una sola mirada
El empresario norteño precisa: "El coaching es un acompañamiento a las personas para que descubran nuevas miradas, nuevos enfoques a determinada situación. Nos enfermamos, nos estresamos por cómo miramos los problemas, por eso me gusta decir que los coach nos enfocamos en el ser de quien nos necesita. Trabajamos para que un problema financiero, familiar u organizacional deje de ser eso, un problema; para que eso que tanto te molesta y angustia por lo tormentoso, le apliques otra mirada. A diferencia del psicólogo, no trabajamos en el pasado sino en el presente y en el futuro. Esto de que "sigo acá - un trabajo que no me gusta , una relación tóxica que me quema la cabeza - porque no me queda otra" es falso y te tiene entrampado cuando en realidad hay varias salidas y el coach te acompaña a descubrirlas".
Alinear los valores de los empleados y trabajadores con los de una organización sea pública o privada, indagar en la percepción que cada uno de ellos tiene respecto de su empresa, es otro de los temas sobre los que Muñoz trabaja y lo sintetiza de forma sencilla. "El trabajador en muchos casos tiene internalizado que su obligación pasa por cumplir su horario y no se le pasa por la cabeza pensar en su productividad. ¿Qué haces cada día para que tu trabajo rinda mejor, para que el negocio venda más; para que la empresa brinde mejores servicios, para que el contribuyente, el vecino en el caso de un municipio, se sienta satisfecho? Porque si eso sucede vos vas a cobrar tu sueldo, vas a tener beneficios laborales en la actualidad y también en un futuro".
El empleado público
Para Muñoz sucede con frecuencia que "en las organizaciones estatales el empleado, el líder de sector no está obligado a generar un resultado y es el cargo por el cargo mismo. Lamentablemente cuando se trata del estado a muchos que lo integran no les interesa la efectividad, la productividad; algo muy diferente al sector privado que cuando no hay resultados no hay manera de sostener una empresa grande, mediana o pequeña; un comercio que no sabe comprar y no sabe vender, tiene que cerrar y dejar a sus empleados sin trabajo. Pero control, calidad, productividad, resultados son términos que hasta están mal vistos en el sector estatal porque hay una idea que al ser estatal es de nadie, cuando en realidad es de todos".
Para Muñoz "es fundamental en empresas y en organizaciones recuperar a aquel empleado que masculla bronca con los superiores o con la empresa en sí; con suspenderlo o sancionarlo no alcanza y por el contrario ese sentimiento de rechazo a quien te abona el sueldo, te ayuda a mantener tu familia, sigue creciendo algo que parece ilógico pero sucede con mucha frecuencia. Lo que los coach hacemos es trabajar en él o ella para conocer en qué se sostiene y de qué se alimenta esa insatisfacción. Es fundamental trabajar con el recurso humano interno de cada organización para que se sienta respetado, valorado y contenido porque indefectiblemente todo lo positivo y lo negativo que se produce de forma interna, se manifiesta para el afuera".