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¿Qué va a pasar el 19/11? El gran dilema del voto en blanco en el balotaje

El proceso electoral ha llevado a que más de la mitad de los argentinos se vean obligados a elegir entre dos opciones que rechazan: la continuación del kirchnerismo o la incertidumbre del plan libertario.
Miércoles, 08 de noviembre de 2023 02:04

El dilema de las elecciones que se llevarán a cabo el domingo 19 de noviembre de 2023, recae entre los votantes que en las pasadas elecciones generales eligieron entre Patricia Bullrich, Juan Schiaretti o Myriam Bregman, y que ahora deberán decidir entre Javier Milei y Sergio Massa. Es sin duda una decisión difícil para este segmento del electorado, ya que estos votantes no comulgan con ninguno de los dos candidatos y suelen experimentar la decepción de ver que el candidato de su preferencia quedó fuera de la elección.

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El dilema de las elecciones que se llevarán a cabo el domingo 19 de noviembre de 2023, recae entre los votantes que en las pasadas elecciones generales eligieron entre Patricia Bullrich, Juan Schiaretti o Myriam Bregman, y que ahora deberán decidir entre Javier Milei y Sergio Massa. Es sin duda una decisión difícil para este segmento del electorado, ya que estos votantes no comulgan con ninguno de los dos candidatos y suelen experimentar la decepción de ver que el candidato de su preferencia quedó fuera de la elección.

Estos sentimientos suelen agravarse cuando el humor social es negativo, como lo es en este momento en la Argentina, debido a que la sociedad experimenta temor y enojo, temor por la inseguridad e inestabilidad laboral - económica, y enojo por la frustración de percibir un país rico en recursos que se queda fuera del progreso y por lo tanto el sentimiento de marginalidad se acentúa y crece.

Este segmento de ex votantes de Bullrich, Schiaretti y Bregman, son los que tienen la decisión de inclinar la balanza y determinar así quién será el próximo presidente de la Argentina. Los votantes que ya en las elecciones generales expresaron su voto por Massa o Milei son ahora espectadores, porque seguramente no van a cambiar su opción.

La decisión

El voto en blanco jugará un importante papel y es necesario que el que vaya a tomar esa opción evalúe lo que ese voto significa y pueda así decidir libremente, es decir, votar conociendo lo que significa y sobre todo el resultado que produce, porque el resultado es un hecho fáctico que decidirá quién gobierna, y el que gobierna signa el futuro del votante y sus descendientes.

Para prever qué puede ocurrir el 19 de noviembre es necesario analizar al electorado, y para ello contamos con los datos provenientes de los resultados de las PASO y la primera vuelta. Analizar dichos resultados electorales nos brinda importante información que nos puede ayudar a decidir. Y hacerlo en base a elementos de análisis para que la decisión tenga fundamentos objetivos. Optar libremente es hacerlo racionalmente.

El voto en blanco y el reparto de los votos liberados por candidatos que quedaron fuera tienden a repartirse en una relación 60/40, donde ese 60% decide por el candidato más próximo al sector de preferencia electoral.

Entre el 13/ y el 22/10, los votos de Horacio Rodríguez Larreta son consistentes con un reparto de 60% para Bullrich, 30% para Schiaretti y 10% para Massa..

Otro dato es que la base de participación creció en 7 puntos y ello explica el posicionamiento de Massa como primero en los resultados. En las PASO asistieron a votar el 70% mientras que en las generales fueron el 77% y el voto en blanco se mantuvo por debajo de los valores históricos, en esta ocasión llegó al 2%.

El voto en blanco es un voto legal y válido, pero no computa en el recuento, por lo tanto, es un voto que no decide, solo expresa disconformidad, pero no impacta en el destino del país. Este es un concepto muy claro y fácil de demostrar, pero muy difícil de asimilar por quienes están gobernados por sentimientos negativos, tales como ira, decepción o desesperanza. Suelen refugiarse en el voto en blanco para canalizar frustraciones, enojos y desencantos, es un alivio intelectual, pero no constituye una decisión ejecutiva, aunque si tiene consecuencias. El que vota en blanco, sin querer, termina convalidando al candidato menos deseado.

Debemos tener en cuenta que los votantes habilitados en las elecciones generales fueron 34.901.062, de ellos no fueron a votar 7.800.387, votaron en blanco 554.161, y anularon su voto 224.864. Sobre esta base total del padrón de votantes, los resultados fueron que Massa obtuvo el 27.64%; Milei 22,59%; Bullrich 17,97%; Schiaretti 5,12%; Bregman 2,05% y los que no votaron o lo hicieron en blanco y anularon fueron en total 24,60%. Ahora como este 24,60% no computa, queda fuera del conteo. Es así que los resultados fueron: Massa 36,69%, Milei 29,99%; Bullrich 23,84%; Schiaretti 6,79%; y Bregman 2,70%.

¿Qué puede pasar el 19/11?

Debemos construir escenarios en base a comportamientos lógicos. Sabemos que los votos de los partidos de izquierda suelen ser duros y están caratulados como "antisistema", en la concepción que no aceptan ninguna de las opciones mayoritarias a las que se oponen, por lo tanto, es lógica la hipótesis que estos votos pueden convertirse en votos en blanco, porque son opositores y no aceptan opciones diferentes al voto de izquierda. Queda analizar cómo podrían repartir los votos que fueron para Bullrich y Schiaretti.

Escenario 1: Análisis del porcentaje de los votos que puede captar Milei del ex votante de Bullrich y Schiaretti. Los votos de Bregman van al Voto en Blanco.

Bajo este escenario puede verse que, si Milei captase el 50% de los votos de Bullrich y Schiaretti, ganaría Massa 53.4% a 46.6%. Milei obtendría 51.3% y Massa 48.7% solo si logra captar el 65% de los votos de Bullrich y Schiaretti. Es decir, Milei necesita obtener por encima del 65% de los votos de Bullrich y Schiaretti para lograr ventaja.

Escenario 2: Análisis del porcentaje de voto en blanco proveniente de Bullrich y Schiaretti, el resto reparte (60/40 Bullrich /Massa). Los votos de Bregman van al voto en blanco. Claramente si por encima del 5% de los votantes de Bullrich y Schiaretti deciden hacerlo en blanco, ganaría Sergio Massa en una elección reñida, creciendo la diferencia a favor de Massa a medida que aumenten los votos en blanco o el voto nulo.

Del análisis de los dos escenarios puede deducirse que Massa necesita captar como mínimo el 40% de los votos de Bullrich y Schiaretti y que del resto aumenten los votos en blanco como mínimo en 5%. Por el contrario, Milei necesita captar como mínimo el 65% de los votos de Bullrich y Schiaretti y que no crezca el voto en blanco. Entonces el votante que lo hace en blanco, tiene todo el derecho de hacerlo, pero debe saber que el voto en blanco tiene en esta elección un papel que inclina los resultados a favor de Massa, si en su interior tiene una mínima preferencia por Massa, entonces su voto está en sintonía con su preferencia electoral, que es emitir un voto en desacuerdo, pero con preferencia a Massa. Si no es así, entonces es un voto fuera de sintonía personal.

Es claro que los resultados de esta elección lo definen los votantes de Bullrich y Schiaretti, entonces, ¿qué estrategias deberían hacer los candidatos que se diputan la elección?. Vimos que Milei se mantuvo prácticamente en su caudal electoral y Massa logró mantener los votos del kirchnerismo y captar el 7% de padrón que no habían asistido a votar en las PASO. El mensaje hacia los votantes de Bullrich y Schiaretti es el centro de la campaña. La composición del votante de Patricia Bullrich está dividida en una parte del sector macrista, otra de seguidores propios y otra por descarte debido a percibir que las otras opciones eran peores. El votante de Schiaretti es más cerrado a aceptar como opciones a Milei, Massa e inclusive Bullrich, de hecho, la mitad del voto de Schiaretti viene de Larreta, que no comulga con Bullrich, y por ende gran parte del voto a Schiaretti puede ir a Massa o en blanco. Entonces es clave el mensaje de los candidatos y será clave el debate entre Massa y Milei que se llevará a cabo el domingo.

Massa tiene cautivo al votante K, que recibe planes sociales y otros beneficios del Estado, no porque Massa sea percibido como un K de ultranza, sino porque Milei y su sociedad con Bullrich son anti K; Massa les ofrece seguridad. Por lo tanto, Massa necesita dirigir el mensaje al votante decepcionado o dubitativo de Bullrich y al de Schiaretti. Si dividen su voto en partes iguales entre Massa y Milei ya es ganancia para Massa que lleva 6 puntos de ventaja, y mucho mejor si lo hacen en blanco. Massa debe mostrarse anti grieta, despegado de los referentes K y trasladar el temor al oponente; lo hace cuando su campaña pone el acento entre "votar o no a un loco".

Su flanco débil es la economía. Un ministro de Economía y prácticamente con poder de presidente, en una Argentina agobiada económicamente, con altos niveles de corrupción e inseguridad creciente.

A su vez Milei construyó su voto basado en la "anticasta" y ofrecer una opción contra la grieta kichnerismo- macrismo. |Cabe preguntarse si fue un error estratégico no evaluar un escenario de balotaje dependiente del voto de Bullrich, cuestión que estaba cantada con los resultados de las PASO. Lo mismo el sector de Bullrich, que tendría que haber trazado una estrategia de no confrontación con Milei; se agrava el posible error cuando se hace público el apoyo de Mauricio Macri, porque reduce la elección de nuevo a la grieta, kichnerismo contra macrismo. Si bien es necesaria dicha alianza porque Milei no cuenta con la estructura que Macri puede poner a su servicio para defender una elección y la futura gobernabilidad, no es oportuna la intervención pública de Macri. Ahora quien tiene que demostrar en estos días credibilidad y coherencia es Milei, Massa ya es conocido y juega con la promesa de cambio sin sacrificar al kirchnerismo. Y al votante le queda la responsabilidad de decidir entre dos candidatos. Nos guste o no, el próximo presidente será o Milei, o Massa.

 

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