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Fin de una era histórica

Lunes, 13 de marzo de 2023 01:56

Los dos acontecimientos políticos más relevantes de las últimas semanas son el atentado contra el supermercado del suegro de Lionel Messi en Rosario, y el apagón -sin luz y sin agua- del 50% de la población argentina que lo padeció, en el momento mismo en que se experimentaban las temperaturas más elevadas de los últimos 70 años.

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Los dos acontecimientos políticos más relevantes de las últimas semanas son el atentado contra el supermercado del suegro de Lionel Messi en Rosario, y el apagón -sin luz y sin agua- del 50% de la población argentina que lo padeció, en el momento mismo en que se experimentaban las temperaturas más elevadas de los últimos 70 años.

Lo que indican estos acontecimientos es que en la Argentina hoy existe una situación de ruptura, un auténtico abismo entre el sistema político en su conjunto, tanto gobierno como oposición, y la sociedad civil como tal.

Acá no se trata de una "grieta" entre facciones del sistema político, sino de una cuestión previa y más profunda, que es la fractura que se ha producido entre el sistema político y la sociedad, y que se manifiesta ante todo por un escepticismo generalizado, transformado en desinterés absoluto, por lo que sucede en la vida política del país.

Este fenómeno fundamental abarca tanto al actual gobierno como al que surja previsiblemente de las elecciones presidenciales de este año. Esto, de por sí se convierte en una convocatoria por necesidad, impuesta por los hechos, a la aparición de nuevos protagonistas. Una era histórica ha terminado en la vida política del país. Este proceso que ya está en marcha, paradójicamente, no tiene un signo catastrófico, Se produce dentro de un año que mostrará el pleno despliegue del enorme potencial energético de Vaca Muerta, con efecto directo en la cuestión económica central de la Argentina en este momento, que es la provisión de dólares para el Banco Central.

En este aspecto, hay que prever una notable mejoría para las perspectivas de la economía argentina de manera prácticamente inmediata entre 2024 y 2026, orientándose hacia 2030 a la superación de la crisis histórica / estructural del sector externo, que es el núcleo de la crisis argentina, y que se originó entre 1948 y 1950, en la parte final del primer período presidencial de Juan Domingo Perón.

Mientras tanto hay que juzgar la política del ministro Sergio Massa advirtiendo que actúa sobre el dato estructural de que la sequía ha provocado la pérdida de US$ 20.000 millones en 2023, lo que deben restarse de las divisas que ingresan al país como obras de sus exportaciones agroalimentarias, que son el 70% del total en los últimos 2 años.

Es absolutamente necesario formular que en la Argentina no hay "pobreza estructural", sino un fenómeno de "marginación creciente" de un número cada vez mayor de argentinos debido a la falta de crecimiento económico, altísimo nivel de inflación, e incapacidad de creación de empleos privados genuinos, que se origina en la crisis crónica del sector externo.

Hay que agregar que este es un proceso que funciona tanto hacia abajo como hacia arriba, por el aumento de la pobreza hacia abajo (era 6% en 1969 y ahora asciende a 42%); y hacia arriba por la expulsión creciente de jóvenes profesionales de clase media, muchos de ellos altamente calificados, que tienden a emigrar al exterior; y allí significativamente suelen destacarse en sus respectivas actividades.

La cuestión central de la política mundial de esta época es la Guerra de Ucrania, que ha desatado tres crisis de enorme envergadura en la economía mundial: la energética, la alimentaria, y la inflacionaria.

Por eso tiene enorme importancia el hecho de que Brasil y el presidente Lula hayan asumido un protagonismo central en este esfuerzo por terminar el conflicto a través de negociaciones políticas y diplomáticas. En suma, Lula y Brasil han asumido un protagonismo mundial; y como la Argentina es por definición el principal aliado estratégico de Brasil, esto significa que la Argentina también está protagonizando a partir de ahora una política mundial destinada a terminar con la Guerra de Ucrania.

 

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