Si la inteligencia artificial va a asistir al humano en obtener mejor rendimiento energético, vehículos autónomos, ciudades de 15 minutos, campo robotizado, fábricas robotizadas, alimentos ecológicos, la humanidad debe estar preparada para trascender esto, porque todo lo anterior implica no ser asalariado, no ser financiero, repensar la vida social en otra forma, un nivel mucho más intelectual, personal y menos dependiente.
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Si la inteligencia artificial va a asistir al humano en obtener mejor rendimiento energético, vehículos autónomos, ciudades de 15 minutos, campo robotizado, fábricas robotizadas, alimentos ecológicos, la humanidad debe estar preparada para trascender esto, porque todo lo anterior implica no ser asalariado, no ser financiero, repensar la vida social en otra forma, un nivel mucho más intelectual, personal y menos dependiente.
La escuela debe educar para el "no trabajo", educar para la interacción humana con el entorno, educar para la trascendencia de la mente humana con el universo, desde hace más de 10 años.
Si seguimos con la mentalidad de educar para el oficio, estaremos enseñando algo que no existirá en el futuro, y nuestros niños deberán afrontar el sufrimiento de tener que adaptarse a algo diferente de adultos.
Debemos repensarnos en un mundo donde no exista la adicción al dinero, donde la instigación de poder que da el billete, sea físico o virtual, sea un estímulo de interacción con el equilibrio de vida.
Hoy todo en nuestra vida es una retroalimentación a ganar y pagar, nos contradecimos absurdamente a diario, cuando pedimos mantenernos con sistemas caducos e inviables de energía, que siempre van a ser insostenibles, y como nos está atropellando la sostenibilidad, como niños caprichosos nos están filtrando hacia los que eligen pensar menos.
La I. A. ChatGPT nos invita a no pensar, ¿necesitas recetas de comidas para una cena con amigos? Yo te las doy, no busques en recetarios, o uses tu imaginación para inventar una comida. ¿Necesitas programar una nueva página web? Yo te la escribo completa en el lenguaje que quieras. ¿Necesitas iniciar un nuevo negocio? Yo te doy sugerencias de logos y orientación de mercado. ¿Necesitas completar un artículo? Déjame leer un poco de tu estilo y te lo escribo. Así es como, con esto último, los periodistas que halagan el avance de la I. A. están cavando su propia fosa, contentos y eufóricos, tratando de convencer a todos que no pensar es muy bueno.
Watson de IBM, en asesoramiento jurídico, está reemplazando las consultas legales, con un 90% de precisión en comparación con el 70% cuando lo hacen humanos; al mismo tiempo, diagnostica el cáncer en pacientes 4 veces más rápido que cualquier enfermera actual.
Hoy ya se están implementando por ley las recetas electrónicas, que facilitan el acceso a futuros robots médicos.
Carecemos de la posibilidad de analizar el concepto de todos estos cambios, porque nos segmentaron, nos especializaron, y todo intento de interdisciplina fue frustrado, para que como en una Babel ficticia, no pudiéramos entender qué pasa.
Nuestros profesionales, licenciados, magísteres, etc. viven en una ilusión que les fue adoctrinada, muchos de sus estudios y proyecciones educativas, se basan en estadísticas que confeccionan organismos financieros internacionales. ¿Qué fiabilidad podemos tener de estas estadísticas y al mismo tiempo de las proyecciones basadas en ellas?
Están realizadas con un compromiso con el intercambio financiero, un sistema que a la vista es inviable, por lo que la sugerencia de estudios tecnológicos siempre va a estar supeditada a las exigencias del mercado, y no a la superación humana. ¿Analizamos las exigencias de estos organismos cuando dan un crédito? No miramos el aspecto de interés ganancial, porque asumimos que es natural en cualquier préstamo, porque tenemos mutilado otro concepto económico que no sea por los recursos y no por lo humano.
Ningún plan educativo, ninguna inversión educativa, puede funcionar en el sistema si no se abarcan todos los temas al mismo tiempo, es algo que nuestros especialistas fueron perdiendo con el tiempo, y se llama "logística".
Es una relación íntima entre la filosofía y la matemática, que sostiene Leibniz desde el siglo XVII.