El 12 de junio, Hugo Kogan, el creador del “Magiclick” iba a celebrar su cumpleaños número 89, pero el destino no se lo permitió, puesto que murió el sábado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por causas que no fueron reveladas por sus allegados.
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El 12 de junio, Hugo Kogan, el creador del “Magiclick” iba a celebrar su cumpleaños número 89, pero el destino no se lo permitió, puesto que murió el sábado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por causas que no fueron reveladas por sus allegados.
El diseñador industrial marcó su paso por esta vida al haber ganado popularidad en 1963, cuando lanzó al mercado el invento que revolucionó la forma de encender las cocinas y calefones argentinos. El nombre del célebre encendedor surgió a raíz de que solo se necesitaba pulsar un botón, para que la chispa se encendiera. Por aquel entonces, el creador tenía 29 años y se desempeñaba como director del departamento de diseño de la empresa argentina Aurora.
“Con el Magiclick, yo estaba en el momento y lugar adecuados. Una nueva tecnología sobre la que se montó un diseño contemporáneo en un mercado seco de novedades e innovación por muchos años”, evaluó. De hecho, el producto pasó a formar parte del imaginario colectivo, debido a que este título fue pensado originalmente para publicitarlo. Sesenta años más tarde, es innegable que la imagen de la creación de Kogan no se aparezca en la mente al escuchar hablar del chispero que, en sus inicios, prometía que iba a durar “por 104 años”, contó hace un tiempo Kogan.
El encendedor se desarrolló gracias a la experimentación piezoeléctrica que habían iniciado en la fábrica, ya que se trataba del fenómeno de moda para generar cargas eléctricas a través de someter cristales a tensiones mecánicas. Asimismo, la empresa no tenía fe en el éxito que podía alcanzar la innovación, por lo que lanzaron solo 5.000 unidades, sin imaginar que los pedidos serían de 80.000 artefactos mensuales.
El éxito fue tan grande que la empresa llegó a abrir plantas en Brasil y en España. Si bien en la historia que contó hace años en un reportaje con Clarín dijo que se arrepintió de no haber firmado un contrato por regalías, reconoció que fue el dueño de Aurora el que llegó de Japón “con un artefacto inédito para nosotros, el piezoeléctrico, una pieza que si uno presionaba en un extremo disparaba una chispa. Jugando con él, apareció la idea de hacerlo como un artefacto manual, de uso popular. Lo diseñé, se desarrolló”, manifestó.
Con el tiempo, el mechero comenzó a adoptar diferentes versiones, ya que las mejoras en el aparato le permitieron utilizar gas butano como combustible, lo que ayudaba a que la llama pudiera mantenerse encendida de forma autónoma. Sin embargo, el más difundido fue aquel que genera una chispa capaz de encender las hornallas de una cocina.
Kogan se transformó en una de las figuras más relevantes dentro del mundo del diseño industrial en América Latina, por lo que llegó a recibir en tres ocasiones (1992, 2002 y 2012) el Premio Konex como uno de los mejores diseñadores de la década. Además, supo ser miembro de la comisión académica que estuvo a cargo de la creación de las carreras de Diseño Industrial y Diseño Gráfico en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Desde la cuenta oficial de Instagram de FADU, la casa de altos estudios lamentó la pérdida del icónico diseñador al publicar un comunicado en honor a su trayectoria. “La Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo despide con gran pesar al diseñador industrial Hugo Kogan, profesor de esta universidad y gran referente del Diseño Industrial en Latinoamérica”, comunicaba la publicación, tras anunciarse que fue recibió el título de “Doctor Honoris Causa” de la UBA.