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3 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Hace 13 años se registró en Salta la primera aparición de una “duenda”, versión femenina del “duende”

Una familia de Chicoana quedó aterrorizada luego de la extraña experiencia. “Tenía el cabello re largo, lacio y negro, y medía no más de unos 40 centímetros de alto”, contó una de las testigos.
Martes, 18 de julio de 2023 09:43

Hace poco más de 13 años se escuchó hablar por primera vez en Salta de una “duenda”, versión femenina del duende, mítico personaje de leyendas que para muchos de verdad existe. Tal es el caso de una familia oriunda de Chicoana que, por aquel entonces, vivía cerca del río homónimo. 
Era una noche del mes de mayo cuando ocurrió uno de los hechos más fantásticos que se hayan imaginado vivir jamás: un encuentro cara a cara con la pequeña criatura de la que habían oído hablar siempre, pero que no creían que fuera real. 

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Hace poco más de 13 años se escuchó hablar por primera vez en Salta de una “duenda”, versión femenina del duende, mítico personaje de leyendas que para muchos de verdad existe. Tal es el caso de una familia oriunda de Chicoana que, por aquel entonces, vivía cerca del río homónimo. 
Era una noche del mes de mayo cuando ocurrió uno de los hechos más fantásticos que se hayan imaginado vivir jamás: un encuentro cara a cara con la pequeña criatura de la que habían oído hablar siempre, pero que no creían que fuera real. 

“Una de mis hermanas estaba en su pieza cuando sintió que la chistaron, fue algo así como un: “shhhhh, shhhhh, a vos te digo. Ella miró entonces por la ventana, porque creía que era un amigo que la llamaba, pero no había nadie. Estaba todo oscuro y desolado”, relató una de las jóvenes.  

Al rato, siguieron los chistidos. Asustadas le avisaron a su papá. Fue así que el hombre, tomando valor, rebenque en mano, salió al patio en busca de la duenda, a la que aseguró haber correteado hasta un barranco, donde se escabulló rápidamente entre los matorrales

 

“Tenía el cabello re largo, lacio y negro, y medía no más de unos 40 centímetros de alto. Todos pudimos ver como se metió en un pozo tipo cueva, cerca del rió, desde donde no quería salir”, contó la testigo, quien relató que junto a sus hermanos tomaron piedras del camino para apedrearla. 

 

“Le tiramos sal para alejarla de la casa”

“Mientras nosotros hacíamos eso, mi papá fue a buscar un paquete grande de sal. Dicen que la sal espanta los males y protege de los malos espíritus. Una vez de regreso a orillas de la barranca le tiró varios puñados, que pese al esfuerzo no llegaban hasta el lugar donde se escondía la duenda, porque a los pequeños cristales se la llevaba el viento”, detalló la joven.

 

Ante los yerros, la duenda se reía a carcajadas, burlándose de la familia chicoanense. 

 

 El Tribuno recorrió en 2010 junto a los testigos, el lugar donde habría sucedido la extraña aparición

El padre, desesperado por la situación y buscando proteger a los suyos, disolvió lo que le quedaba de sal en una jarra llena de agua y la lanzó hacia el escondite, alcanzando a mojar con algunas gotas a la duenda. “Ella comenzó entonces a llorar con desesperación y a gritar: ¡No me peguen, no me peguen!. Estaba toda vestida de negro, cerca de una higuera. Nos hablaba con voz firme y clara, mientras se iba en lágrimas”, contó la joven. 

 

Preocupación de la familia

Al día siguiente y tras una noche en la que pudieron dormir poco y nada, Gabriela, la madre de familia, se lamentó:

 

“Por qué nos tenía que pasar esto a nosotros. La duenda nos tiró piedras. Mi marido está mal. Estuvo todo el día con dolor de cabeza. Ahora mis hijos no duermen del miedo y brincan de noche”.

 

Luego agregó: “Nos preguntamos qué será lo que quiere, qué es lo que anda buscando, qué pretende. Eso sí, al final nos dijo que a nosotros no nos va a hacer nada”. 

Finalmente la familia la describió como a un almita en pena pidiendo ayuda. 

Luego se supo que muy cerca de allí, en otros tiempos, funcionaba una casa donde se realizaban abortos de forma clandestina. En algunas comunidades del interior existe la creencia, que los duendes proceden de las almas de los niños que no llegaron a nacer. Si bien hay innumerables historias que presentan a estos seres como juguetones y divertidos, que juegan a las bolillas o tiran piedritas en las acequias, hay quienes aseguran que ese tipo de encuentros no son nada gratos. O estas extrañas criaturas cargan a los chicos mientras están durmiendo y las depositan fuera de la casa o debajo de la cama o bien, como sucedió en Chicoana, desafían a toda una familia.

“Tal vez existan duendes de los buenos y también de los malos, lo cierto es que ninguna de sus dos apariencias tienen ninguna explicación”, detalló el enfermero cerrillano Juan Aramayo, un entendido en temas de mitología criolla.
 

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