Una mujer acusada de homicidio y transporte de estupefacientes, que se hallaba prófuga de la Justicia, fue detenida finalmente en Córdoba. La joven de 32 años está sindicada como la mujer que acompañaba a una joven ciudadana boliviana captada para transportar en su estómago casi un kilo de cápsulas de cocaína y que falleció por sobredosis al romperse en su estómago una o más cápsulas de clorhidrato de cocaína.
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Una mujer acusada de homicidio y transporte de estupefacientes, que se hallaba prófuga de la Justicia, fue detenida finalmente en Córdoba. La joven de 32 años está sindicada como la mujer que acompañaba a una joven ciudadana boliviana captada para transportar en su estómago casi un kilo de cápsulas de cocaína y que falleció por sobredosis al romperse en su estómago una o más cápsulas de clorhidrato de cocaína.
La mujer fue hallada sin vida a un costado de la ruta 21, en junio del 2022, y en un primer momento se pensó que podría haberse tratado de un femicidio o un delito de índole sexual, pero al transcurrir las horas y tras la autopsia se determinó que la causa de muerte había sido intoxicación por cocaína.
La jueza federal de Garantías 2, Mariela Giménez, hizo lugar a la formalización de la investigación penal planteada contra Jessica Nahir Figueroa, por el homicidio de una mujer que había ingerido cápsulas de cocaína y que se hallaba a su cuidado. Además, a la mujer de 32 años le endilgaron el delito de coautoría en el "transporte de estupefacientes y homicidio agravado por 'criminis causae' (para ocultar otro delito)". La magistrada federal dictó la prisión preventiva de la acusada al analizar los indicadores de riesgo de fuga y de entorpecimiento de la investigación, en línea con los argumentos expuestos por la fiscalía.
El caso
El 19 de junio de 2022, Figueroa y la joven de nacionalidad boliviana -quien había ingerido 74 cápsulas equivalentes a un peso de 749 gramos de cocaína- estaban realizando un viaje camino hacia Roque Sáenz Peña, Chaco. La víctima, por su estado de vulnerabilidad, era utilizada por Figueroa para traer droga desde Salvador Mazza a Salta y luego llevarla hasta Chaco.
Cuando se encontraban en la localidad de Metán, la joven comenzó a sentirse mal, lo que habría llevado a que desistieran de seguir con el viaje. Tras esto, la mujer llamó al remisero Andrés Ángel Gutiérrez (cuya situación ya fue elevada a juicio oral) para que las vaya a buscar a General Güemes, aunque luego acordaron que sea en la terminal de ómnibus de Salta, de donde finalmente las retiró.
De allí se dirigieron a una casa que la imputada tenía rentada en el macrocentro, donde la víctima quedó resguardada y en delicado estado. La joven se despidió de su hija a través de mensajes vía WhatsApp y falleció horas después. La acusada no atinó en ningún momento a preservar la salud de la víctima, lo que podría haber hecho ya en Metán. "Lo único que le importaba era que no se descubriera el transporte de droga", sostuvieron los fiscales.
Los representantes del MPF señalaron que, tras el fallecimiento, salió de la vivienda y comenzó a recorrer lugares para "deshacerse" del cadáver. Junto al remisero, llevaron el cuerpo de la víctima hasta la vera de la ruta provincial 21, donde fue encontrado el 21 de junio de 2022, a las 8.44.
Garante del transporte y la salud
Sostuvo la acusación que la acusada tenía con un rol preponderante dentro de una organización narcocriminal dedicada al transporte de cocaína, concretamente desde la localidad de Salvador Mazza, en Salta, hasta la ciudad de Roque Sáenz Peña, en la provincia de Chaco. Explicó entonces que esa ruta se hacía a través de viajes en colectivos de larga distancia y que era clave la utilización de personas vulnerables, como el caso de la víctima.
Una vez captada, la persona era conminada a ingerir cápsulas de cocaína, lo que convertía a la acusada en la "garante" del traslado y la salud de la misma.
Dejó tres hijos huérfanos
El cuerpo de la mujer no presentaba signos de violencia, y tras la autopsia se determinó que murió por sobredosis de cocaína. Fue identificada por un familiar como Yolanda Laidy Sánchez Orozco, de 32 años, de nacionalidad boliviana.
La hermana de la malograda mujer dijo llamarse Jery. Ella fue quien reconoció el cadáver horas después del hallazgo. Profundamente conmocionada por lo sucedido, contó y aportó algunos detalles de valor para la causa. Por ejemplo, dijo que había compartido una horas con Yolanda en la ciudad boliviana de Yacuiba, y que al regresar a la Argentina ésta lo hizo con un documento falso. También sostuvo que su hermana gozaba de la libertad tras haber purgado en este país una pena de cuatro años por un delito vinculado al narcotráfico.
Esos datos hicieron suponer que se trataba de una mujer, madre de tres hijos, muy vinculada al universo narco y que se hallaba en completa vulnerabilidad.
Entre los detalles que llamaron la atención de los primeros investigadores de la causa fue la cantidad de clorhidrato de cocaína que la denominada "mula" llevaba en el interior de su cuerpo, más de 70.
Lamentablemente, la mujer no recibió ayuda médica cuando comenzaron los primeros síntomas, trascendió.