A los 9 años, mientras disputaba una competencia de karting, José Fili sufrió un grave accidente que le costó la visión de su ojo izquierdo. Lejos de desanimarse, su carrera deportiva continuó y hoy es uno de los pilotos de motocross más destacados del norte argentino. Para él, hay dos grandes responsables de su persistencia: San Cayetano y la Virgen del Rosario de San Nicolás. Ayer, como en cada procesión, estuvo presente y cargó con la imagen del santo patrono del pan y el trabajo.
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A los 9 años, mientras disputaba una competencia de karting, José Fili sufrió un grave accidente que le costó la visión de su ojo izquierdo. Lejos de desanimarse, su carrera deportiva continuó y hoy es uno de los pilotos de motocross más destacados del norte argentino. Para él, hay dos grandes responsables de su persistencia: San Cayetano y la Virgen del Rosario de San Nicolás. Ayer, como en cada procesión, estuvo presente y cargó con la imagen del santo patrono del pan y el trabajo.
"Después del accidente, mis viejos me llevaban los miércoles al templete y me hacían manejar en la falda. Un día pregunté quién era y a qué íbamos. Mi papá me contestó: 'Es el santito que nos da el pan de cada día y nos va a ayudar a que vuelvas a correr'. No lo olvido más, a partir de ahí no lo abandoné jamás".
Fili, además, corre con el 25 en su moto por el día de la Virgen del Rosario de San Nicolás y tanto en las procesiones de los 25 de septiembre y los 7 de agosto (o los domingos más próximos a la fecha), no solo asiste, sino que además carga con la imagen del santo patrono.
"Somos doce los feligreses que llevamos su imagen y nos turnamos para cambiar de posiciones tanto en subida como en la bajada", dijo el piloto, que en la actualidad se encuentra sin competir debido a que en noviembre del año pasado volvió a sufrir una lesión en el ojo izquierdo, por lo que tuvo que ir a cirugía y le implantaron una prótesis.