¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
2 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

"El paradigma debe cambiar: el vínculo paciente - doctor tiene que ser natural"

Martín Rodríguez es un médico joven de Rosario, que estudió en Cuba y ahora pasa sus días atendiendo a pacientes en Salta.
Domingo, 03 de septiembre de 2023 11:55

Martín Rodríguez es un médico de 41 años que sale del estereotipo que tenemos socialmente. Sale de esa representación social que tenemos del doctor en su consultorio, con su pulcro delantal blanco, detrás de su escritorio que es como un pedestal del conocimiento, que te mira de arriba y te sentencia. Ese personaje asceta, indisputable, incontrovertible; por lo tanto: un profesional sin sentimientos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Martín Rodríguez es un médico de 41 años que sale del estereotipo que tenemos socialmente. Sale de esa representación social que tenemos del doctor en su consultorio, con su pulcro delantal blanco, detrás de su escritorio que es como un pedestal del conocimiento, que te mira de arriba y te sentencia. Ese personaje asceta, indisputable, incontrovertible; por lo tanto: un profesional sin sentimientos.

"Yo creo que tiene que cambiar el paradigma médico en donde el vínculo entre paciente y doctor sea más natural, en donde nos podamos dar un abrazo, un beso; tener un trato más ameno y humano", le dijo el doctor Rodríguez a El Tribuno.

¿Cómo es que llega este médico a querer intentar modificar el paradigma de atención a los enfermos? Eso es parte de una larga historia que comienza en la ciudad de Rosario de Santa Fe. Allí, sus padres Daniel y Analía lo tuvieron y criaron junto a su hermana menor Lorena.

El niño Martín hizo la primaria y la secundaria en el Colegio San José y egresó en una modalidad de técnico electrónico. Hasta ese momento la medicina era una cosa lejana.

El joven Martín se metió en Diseño Gráfico, mientras trabajaba en el mantenimiento y arreglo de ascensores. Dejó Diseño y probó un año en Medicina de la Universidad de Rosario; le fue mal. Pero un viejo amor de primavera le vio una chispita de vocación y lo incitó a la aventura, a "soltar todo y largarse" como dice el trovador. Le avisó sobre las becas para estudiar Medicina en Cuba.

Así es que se fue a Buenos Aires a tramitar esa beca que no es fácil, que no es para todos o todas, y que tras juntar toda la burocracia y rendir un duro examen quedó beneficiado. De hecho obtuvo el mejor promedio entre los estudiantes del país.

En el año 2007 tenía 24 años y estaba grande entre los becarios, pero lo mismo se lanzó al camino "pisando arcilla". "En Cuba todo era diferente: la comida, los lugares de estadía, la gente, la educación. Estuve en una habitación con 11 personas que provenían de todo el mundo. Así estuve hasta el 2014 comiendo arroz y frijoles, con agua y luz cada tanto; pero yo me sentía un tanque de guerra y me dediqué a estudiar. Tuve la oportunidad de conocer a personas de todo el mundo y sobre todo agradezco la formación de la Medicina cubana que la teoría es parecida a la de Argentina, pero que allá tenemos contacto con los paciente más temprano. En tercer año ya tenemos guardias de 24 horas, participamos en cirugías, hablamos con las personas; tenemos más práctica", describió.

Tras su egreso probó en México con la medicina láser y no le fue bien. Regresó a Rosario y volvió a trabajar con los ascensores. Sucede que la validación de títulos demora meses, quizás un año y tenía que comer. Cuando ya fue médico en Argentina comenzó a buscar la especialidad de Terapia Intensiva, que en Rosario estaba colapsada de postulantes.

El lugar

En la Escuela Latinoamericana de Medicina, de La Habana, Cuba, el estudiante Martín conoció a un compañero de estudio salteño que se llama Kajiante's Gea Zamora, que es wichi de la zona de Embarcación, hijo de la fallecida Octorina Zamora.

Kajiante's siguió comunicado con Martín y lo trajo a Salta para que haga la especialidad, en el año 2016. Así llega el rosarino a la provincia. "Por supuesto que yo prefería hablar con gente de Palestina, Turquía, de todo el mundo. Allí lo conocí a Kajiante's y pegamos buena onda. Es él quien me trae a Salta y le estaré agradecido toda la vida. En esta provincia encontré una calidez y un trato humano muy diferente a Rosario. Acá te saludan cuando estás sentado en un restaurante, hay seguridad y mucha tranquilidad. Cuando comencé a cursar la especialidad vi que todo era muy diferente y ahí dije: me quedo a vivir en Salta; no me vuelvo más", explicó.

Mucho menos se quiso volver luego que conoció a Luciana Aragón, una joven nutricionista de Orán, con la cual comparten la vida y la pasión por hacer contenidos multimedios para las redes sociales. Porque se puede seguir al adulto Martín con las locuras que hace junto a sus pacientes.

El hombre ya trabaja en Terapia y sigue la atención de sus pacientes por medio de la Internación Domiciliaria, por lo que se lo ve bailando y festejando cada avance de sus pacientes que le regalan cosas y se miman y se abrazan y se besan en los videos publicados de las redes.

Entonces ese hombre adulto y formado vuelve a ser niño. "El trato debe ser ameno, no desde la superioridad. Debemos tratarnos más como familia y con menos medicación, debemos tener más alegrías y menos soledad, más baile y menos encierro. Los adultos mayores, a quienes más visito en la recuperación, están muy solos porque los hijos, los nietos y los hermanos no van a visitarlos y eso les hace mal; el olvido les hace mal. Entonces yo llego con toda la alegría a ver cómo están como si lo hiciera un familiar. Eso es lo que tiene que cambiar en el paradigma médico", concluyó el doctor Rodríguez.

 

Usar las redes sociales para la solidaridad

Martín Rodríguez tiene activa presencia en las redes sociales. Es un médico instagramer o un ticktocker. El lector podrá decir que hay muchos, pero pocos están en Salta.

"Como si fuera una contradicción, tengo pocos seguidores en Salta y muchos en todo el mundo. Quizás sea solo cuestión de algoritmos", dice a las carcajadas.

Tiene cuentas en Instagram, Ticktock y Facebook. Además tiene un grupo solidario que se armó hace 4 meses y que ya tiene logros significativos. Es un equipo de amigos solidarios con objetivos pequeños pero que le cambian la vida a las personas.

"Ya le conseguimos audífonos para Sharon, que es una nena de Olavarría (provincia de Buenos Aires), y ahora puede ir a la escuela. También le conseguimos una prótesis de pierna para Roque que sufrió la amputación de su pierna y que ahora baila. En Salta le conseguimos una silla de rueda a Susi que vive en la zona oeste. Y a don Cutipa le gestionamos una operación para sus ojos. Hacemos rifas y buscamos donaciones para gente carente de recursos, que no pueden acceder a cosas que le mejoran la salud, la vida y que no tienen obra social", dijo el doctor. Para mayor información hay que seguirlos en sus cuentas de redes sociales.

Para visitar

Para ver su trabajo y por más información solidaria hay que buscarlo en IG como "@cubatincho"; en Facebook como: "dar amor"; en Titok como "dr Martin Rodriguez".

Temas de la nota

PUBLICIDAD