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Tecnología, inversión y visión de futuro, claves para Salta

Jueves, 07 de septiembre de 2023 02:39

En estos días cumple tres años el ciclo "Hablemos de lo que viene", que dedicó su presentación a la Semana de la Industria de 2020. Este espacio creado por El Tribuno tiene como propósito tratar de brindar una mirada de la realidad presente de Salta y del país, y de las perspectivas de futuro que se vislumbran ya en el mundo contemporáneo.

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En estos días cumple tres años el ciclo "Hablemos de lo que viene", que dedicó su presentación a la Semana de la Industria de 2020. Este espacio creado por El Tribuno tiene como propósito tratar de brindar una mirada de la realidad presente de Salta y del país, y de las perspectivas de futuro que se vislumbran ya en el mundo contemporáneo.

El cuadro de situación que ofrece el país es complejo al extremo: en un proceso de deterioro que se inició con la crisis del petróleo a mediados de los 70, a la que nuestro país, en particular, no supo afrontar. Cambió la industria, pero también el concepto de "valor agregado", por lo que se modificaron los roles de la actividad minera, la producción agrícola, los servicios de transporte y, sobre todo, la tecnología. Ningún gobierno nacional y muy pocos gobiernos provinciales mostraron conciencia de la dinámica del mundo y decisión política para modificarla. La generación y distribución de energía, el hostigamiento tributario y político a la producción, el obsoleto servicio de transporte de cargas y la insuficiente inversión tecnológica lo demuestran.

El resultado es el de un elevado costo social. Como señala el economista salteño Jorge Paz, a la pobreza por ingresos, en curva ascendente en este medio siglo, se suman "la falta de iniciativa y de inversión de parte del Estado para ir a las comunidades periféricas, urbanas o rurales e indagar científicamente sobre su percepción de lo que les falta". A eso se suma, según este reconocido investigador, "la deuda en derechos esenciales, la salud, la desnutrición y la mortalidad infantil en las comunidades aborígenes o rurales en general, la deficiencia del acceso al agua y al servicio sanitario es una realidad insoslayable para un proyecto de provincia con desarrollo humano". Y el otro aspecto que destaca Jorge Paz atañe a la justicia social y al sistema productivo: "La pobreza de aprendizaje; la posibilidad de comprender un texto o de hacer un cálculo matemático, que marginan a amplísimos sectores excluidos de la posibilidad de trabajar en el sistema económico".

Esta realidad nacional, que también es salteña, obliga a que el Estado, la empresa y la universidad retomen "el triángulo de Sábato" en clave de la tercera década del siglo XXI, y aborden un compromiso con el desarrollo, en el país, en cada provincia y, sobre todo, en Salta.

Jorge Paz sostiene que "no se puede entender la política económica como una vertiginosa carrera para apagar incendios".

La economista italiana Mariana Mazzucato advierte que "el Estado no es mero corrector de las 'fallas de mercado', sino que es también creador de riqueza y motor de la innovación".

Esta académica de la Universidad de Sussex (Reino Unido) planteó desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) tres desafíos que se presentan a los países de América Latina: "Un crecimiento 'inteligente', que requiere mejor innovación; 'sostenible', es decir, más verde; e 'inclusivo', con menores niveles de desigualdad".

En la misma línea, el economista brasileño Luiz Carlos Bresser-Pereira afirma que "un Estado desarrollista considera al crecimiento económico como su principal objetivo; interviene de forma moderada en el mercado; adopta una política macroeconómica activa y cuenta con el apoyo político de una coalición de clases en pro el desarrollo".

"No se puede entender la política económica como una carrera para apagar incendios".

Para los empresarios y los productores en general el Estado argentino, en todos sus estamentos, está muy lejos de estos paradigmas. Como muestra muy cercana en estos días: el proyecto del diputado salteño Lucas Godoy, que quiere transferir 41 hectáreas que el INTA Salta utiliza para cultivos experimentales se transfieran a la Provincia para un loteo urbano. Parece un proyecto de ley sacado de otro siglo o de otro planeta.

"La innovación científico-tecnológica es la clave para salir del estancamiento y la pobreza", sostiene Fernando Daniel Stefani, ingeniero en Materiales (CNEA-Unsam).

En un artículo publicado en la revista digital Visión Desarrollista, Stefani sostiene que "los países avanzados, como EEUU y Alemania, aumentan la inversión en investigación y desarrollo en un 0,03% de su PBI cada año. Los que están realmente en vías de desarrollo, como China o Malasia, lo hacen a una velocidad aún mayor. La aceleración es un gran desafío para los países atrasados, como Argentina y Brasil, que acumulan un retraso tecnológico cada vez mayor".

Para lograrlo hacen falta empresarios que encuentren estímulo, seguridad jurídica y perspectivas de futuro para la inversión en investigación y desarrollo. Y también "un gobierno activo y decisivo, que comprenda el retraso acumulado y el rol de la ciencia, la innovación y el sector productivo", enfatiza el ingeniero Stefani.

 

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