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"La Doncella", una virgen del Sol que parece estar dormida

Conserva sus órganos intactos y la sangre todavía está presente en su corazón y pulmón.
Sabado, 23 de marzo de 2024 17:51

En diferentes rincones del mundo, forenses, genetistas y arqueólogos aseguran que el de "La Doncella" es el cuerpo humano antiguo mejor conservado del que se tenga conocimiento hasta hoy. Tanto que conserva sus órganos intactos y la sangre todavía está presente en su corazón y pulmón. Análisis bioquímicos de su cabello permitieron conocer qué comió y bebió la niña inca en los dos últimos años de su vida antes de ser ofrendada en la cima del volcán Llullaillaco, hace cinco siglos.

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En diferentes rincones del mundo, forenses, genetistas y arqueólogos aseguran que el de "La Doncella" es el cuerpo humano antiguo mejor conservado del que se tenga conocimiento hasta hoy. Tanto que conserva sus órganos intactos y la sangre todavía está presente en su corazón y pulmón. Análisis bioquímicos de su cabello permitieron conocer qué comió y bebió la niña inca en los dos últimos años de su vida antes de ser ofrendada en la cima del volcán Llullaillaco, hace cinco siglos.

Los resultados de esos estudios reafirmaron relatos históricos que dieron cuenta desde mediados del siglo XVI, que niños y niñas eran seleccionados en las cuatro regiones del Tawantinsuyo para los sacrificios humanos que disponía el Estado inca para asentar su poder político en los territorios anexados, ya fuera en gratitud a las divinidades del imperio en tiempos de cosechas, ante la muerte o enfermedad de un soberano o frente a algún desastre natural que pusiera en zozobra al incanario.

Trenzas que cuentan

Trazas biológicas halladas en las largas trenzas de "La Docenlla", que analizó Andrew Wilson, arqueólogo y forence de la Universidad de Bradford (Inglaterra), indicarían que la niña de alrededor de 13 años fue seleccionada al menos un año antes de ser sacriticada en el volcán Llullaillaco. Durante ese periodo su vida cambió radicalmente, y aumentó mucho su consumo de hojas de coca y chicha (bebida fermentada a base de maíz), que en esos tiempos eran sustancias controladas. De ello, y otros indicios que alumbró el hallazgo de los Niños del Llullaillaco, se desprendió que "La Doncella" habría sido una de las elegidas (acllas) seleccionadas en la pubertad para vivir alejadas de su grupo familiar y ser educadas por sacerdotisas, como "vírgenes del Sol", según documentaron cronistas españoles en base a relatos que escucharon de los propios incas tras su llegada a la capital imperial: Cuzco.

Cambios en la dieta

Un análisis previo de ADN y marcadores químicos que también dirigió Wilson, una década atrás, reveló cambios en la dieta de "La Doncella" y evidenció notables mejoras durante el año previo a su muerte, incluyendo la ingesta de alimentos de la élite incaica como maíz y proteínas animales. Quedó demostrado, además, que su consumo de hojas de coca aumentó de forma sustancial durante todo el año previo a su muerte, con un gran pico unos seis meses antes, y el de chicha, en las semanas previas a su sacrificio. 

Infección respiratoria

El uso de una novedosa técnica de la proteómica, una rama de la genómica que analiza todo el complemento proteico de una célula, tejido u organismo, permitió a un equipo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York determinar en 2012 que "La Doncella" padecía una infección respiratoria en el momento de su muerte.

Detectar enfermedades en cuerpos de cientos de años es extremadamente difícil por la contaminación de las muestras. Las técnicas basadas en el análisis de ADN microbiano sólo pueden confirmar que un patógeno estaba presente, pero no que la persona estaba infectada. Por el extraordinario estado de conservación de los tejidos de la mayor de la niñas ofrendadas en el Llullaillaco, el equipo de investigaciones biomédicas dirigido por la antropóloga forence Angelique Corthals logró obtener un perfil proteico de la respuesta inmunológica a partir de muestras obtenidas con isopos de los labios de los tres cuerpos congelados que se conservan en el MAAM. Los investigadores compararon el perfil obtenido de las muestras con los encontrados en bases de datos del genoma humano y encontraron que, en el caso puntual de La Doncella, era similar al de pacientes con infecciones respiratorias crónicas.

Liliana Dávalos, bióloga evolutiva en la Universidad de Stony Brook y coautora del estudio, remarcó que la técnica se utiliza habitualmente en pacientes oncológicos y tiene múltiples aplicaciones para enfermedades humanas, pero nunca antes se había aplicado en el campo de las investigaciones arqueológicas. Un análisis separado de ADN evidenció la presencia de una bacteria que, según todo indica, sería del género Mycobacterium.

Los estudios que posibilitó realizar "La Doncella", cuyo ADN se considera junto al de los otros niños del Llullaillaco como los mejores conservados, abrieron una nueva vía para resolver algunos de los mayores misterios de la historia, como por qué la pandemia de 1918 fue tan devastadora o cuál fue el patógeno letal en el caso de infecciones múltiples, y también para comprender mejor amenazas sanitarias del futuro.

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