El Gobierno, con sus medidas, no quiere que compremos dólares, ni tampoco que ahorremos; les preocupa que viajemos, al menos con la disponibilidad que podíamos hacerlo unos meses atrás y, ahora con el cierre de las importaciones, tampoco quiere que sigamos usando marcas, que en otros lugares son comunes, tan propias a la libertad de elección.
Es bueno que se proteja la industria nacional, que se las estimule, que se apoye su desembarco en mercados competitivos, que se busque de esta manera el ingreso de dólares, porque es una de las “patas” que mueve el Comercio Exterior. Sin embargo, podría considerarse preocupante, que una economía cerrada, espanta a los inversores e impide el ingreso de nuevos negocios, además de hacer necesario el “vivir con lo nuestro”.
Las grandes marcas se van porque no pueden recibir mercaderías, gracias al cerrojo impuesto por Guillermo Moreno, pero que pasará con las empresas que necesitan insumos esenciales para seguir aceitando la cadena de la producción. Esa situación ya se vive en varios sectores, ante la mirada pasiva de un gobierno, que parece más preocupado en seguir avanzando sobre los derechos de las personas.
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El Gobierno, con sus medidas, no quiere que compremos dólares, ni tampoco que ahorremos; les preocupa que viajemos, al menos con la disponibilidad que podíamos hacerlo unos meses atrás y, ahora con el cierre de las importaciones, tampoco quiere que sigamos usando marcas, que en otros lugares son comunes, tan propias a la libertad de elección.
Es bueno que se proteja la industria nacional, que se las estimule, que se apoye su desembarco en mercados competitivos, que se busque de esta manera el ingreso de dólares, porque es una de las “patas” que mueve el Comercio Exterior. Sin embargo, podría considerarse preocupante, que una economía cerrada, espanta a los inversores e impide el ingreso de nuevos negocios, además de hacer necesario el “vivir con lo nuestro”.
Las grandes marcas se van porque no pueden recibir mercaderías, gracias al cerrojo impuesto por Guillermo Moreno, pero que pasará con las empresas que necesitan insumos esenciales para seguir aceitando la cadena de la producción. Esa situación ya se vive en varios sectores, ante la mirada pasiva de un gobierno, que parece más preocupado en seguir avanzando sobre los derechos de las personas.