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La crisis deportiva de Quilmes se trasladó a las calles y derivó en un hecho de violencia que encendió las alarmas en el fútbol argentino. Luego de perder 1-0 el clásico frente a Los Andes, el micro que trasladaba al plantel del Cervecero fue atacado a piedrazos por un grupo de hinchas que lo aguardaba en las inmediaciones del estadio.
Las imágenes del ataque, grabadas por los propios agresores, muestran cómo varios hombres encapuchados se abalanzaron contra el vehículo, rompieron ventanas y golpearon los vidrios mientras lanzaban amenazas directas a los jugadores. Rescátense que nos vamos a la B, se escucha en uno de los videos que circuló en redes sociales, en un clima cargado de insultos y cánticos hostiles.
Minutos antes del violento episodio, el técnico interino Néstor Frediani había intentado llevar calma con un mensaje hacia los hinchas: “Estamos tan dolidos como ustedes, compenetrados para revertir la situación y que esto cambie para devolverles algo de todo lo que nos están dando”. Sus palabras, sin embargo, se estrellaron contra el enojo de un sector de la barra.
La derrota en el clásico no hizo más que profundizar un presente oscuro. Con 30 puntos en 26 fechas, Quilmes se ubica en el puesto 13 de 18 en el Grupo A de la Primera Nacional. El equipo acumula apenas siete victorias, nueve empates y diez derrotas, y se encuentra a solo seis unidades de Arsenal, último de la zona, lo que enciende la alarma del descenso.
El ataque al micro expone la tensión creciente entre los hinchas y un plantel que no logra levantar cabeza. Lo que debía ser una vuelta tranquila tras un mal resultado, terminó en una postal de violencia que refleja el delicado momento institucional y deportivo que atraviesa el club más antiguo del fútbol argentino.