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El jueves pasado, en la Shell Cultural, Reyes Católicos 1490, primer piso, con un brindis de torrontés y malbec, el grupo Micrósfera cerró un año de muchas actividades. Ese día y en ese espacio, cuarenta autores leyeron textos de la antología "Devino en letras" (El Demiurgo Editorial), libro digital que es el resultado de la convocatoria de Micrósfera para escribir microrrelatos referidos a cualquiera de los aspectos del vino, entre ellos, su producción, su historia, lugares y formas de cultivo, aspectos mitológicos y rituales, así como también su relación con la vida social de distintas culturas. "Devino en Letras" fue declarado de interés por la Cámara de Diputados de Salta.
En la presentación, Raquel Guzmán, alma mater del grupo Micrósfera y curadora de la antología, expresó: “La tarea de coordinar esta publicación ha sido enormemente satisfactoria por varios motivos. Me dio la posibilidad de leer un conjunto de microrrelatos diversos, interesantes, creativos y conocer los modos de escribir de un amplio grupo de autores y autoras entusiasmados con la propuesta”.
Se presentaron más de ciento treinta escritos, procedentes de México a la Patagonia. Después de una minuciosa lectura, fueron seleccionados setenta y cinco trabajos, atendiendo a las características propias del género.
Esta antología digital pudo ser posible gracias al patrocinio de la Bodega Altupalka, y se accede a ella través del siguiente enlace: https://n9.cl/0h8h7.
También está disponible en la página web del Museo de la Vid y el Vino de Cafayate (https://museodelavidyelvino.gov.ar/), mediante un código QR.
Compartir palabras y experiencias
"Entendemos una Antología como una comunidad de autores y lectores que se dan cita para compartir experiencias de escritura. En esta ocasión volver sobre un tema de larga tradición literaria, como es el vino, nos da la posibilidad de poner en juego la potencia del microrrelato", dice el prólogo del libro, y lo hacen efectivo en dos órdenes.
En principio con la experiencia de haber convocado voces diversas unidas por un mismo tema, y también con la iniciativa de ofrecer el libro. Micrósfera en aras de difundir el microrrelato realiza encuentros, publicaciones, talleres y esta antología se ubica en esa tarea, ya que se difundirá libre y gratuitamente a través del Museo de la Vid y el Vino, de Cafayate.
Micrósfera, la magia de la brevedad
El proyecto Micrósfera tiene el propósito de producir y difundir el microrrelato. Comenzó con la elaboración mensual de un fanzine con cuentos temáticos, en torno a una idea consensuada. El mismo, de distribución gratuita, se exhibió en cafés, bibliotecas, librerías y bares para que el público accediera al género que es un boom en todo el mundo.
Conforman el grupo las escritoras Raquel Guzmán, Lía Comitini, María Belén Alemán, Claudia Villafañe Correa, Graciela Chávez y Maira Rivainera.
Los microrrelatos son microcosmos, universos creados con palabras mínimas, de máxima resolución. Hay en estas pequeñas historias, personajes y situaciones breves, escritas con gran capacidad de asombro.
Podemos imaginar que el microrrelato es la punta de un iceberg, porque es en lo profundo donde hallamos la esencia de la breve historia. Otras veces, es un salto en paracaídas, lanzamos al vacío pequeñas historias que han de cruzar el espacio para que alguien se sorprenda.
El nombre de Micrósfera derivaría de microesferas, pequeñas partículas de vidrio de diferentes formas y tamaños, cuyo diámetro oscila de 1 y a 100 micrómetros, todas diminutas y esféricas como los microrrelatos, que suelen escribirse en pocas palabras. Brevísimas historias con gran condensación de sentidos, de allí la analogía con lo esférico, ya que en un microcuento el comienzo, el final y el transcurso de la historia circulan formando una unidad.
Con palabras de Raquel Guzmán, podemos decir: “Escribir microrrelatos es una forma de hablar de los detalles del mundo: destellos, vacíos, manchas oscuras o brillos insospechados. En Micrósfera se encuentra un espacio para leer, escuchar, escribir brevísimas historias del mundo que nos rodea, sus fantasmas, mentiras y amores. El microrrelato es una pequeña caja de sorpresas y el lector entra en un universo que lo desafía”.
La edición “De fugas y confluencias”, libro de microrrelatos, fue el comienzo de una aventura literaria que derivó en un libro artesanal titulado “Por la mirilla”, que reunió a diversos participantes amantes del género, sentando así las bases para encuentros interprovinciales como el de Córdoba Breve y Mayo de las Letras, en Tucumán.
En octubre pasado, Micrósfera fue anfitriona de la Jornada Nacional de Microficción Salta Breve.