Con el vislumbrar de un luminoso día la ciudad fue despertando y la feligresía comenzó a recorrer las calles rumbo al Sur para encontrarse con el poblado de Río Blanco aumentando su presencia con el correr de las horas, acompañados por una tenue brisa que no dejó instalarse al viento norte. Esto hizo que el camino se cortara dejando disfrutar de la mañana a los que iban y a los que ya volvían de escuchar la primera misa.
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Con el vislumbrar de un luminoso día la ciudad fue despertando y la feligresía comenzó a recorrer las calles rumbo al Sur para encontrarse con el poblado de Río Blanco aumentando su presencia con el correr de las horas, acompañados por una tenue brisa que no dejó instalarse al viento norte. Esto hizo que el camino se cortara dejando disfrutar de la mañana a los que iban y a los que ya volvían de escuchar la primera misa.
La ruta 1 se convirtió en un río colorido de gente por momentos tumultuoso y otros calmo, mientras desde sus orillas se apostaban los vendedores de desayunos, almuerzos y golosinas, a los que curiosamente este año, se sumaron algunos puestos “políticos” ofreciendo agua, y de algunos grupos pastorales ofreciendo desayunos gratis.
A estas celebraciones son más los que llegan para cubrir su necesidad espiritual, de manera que la misa central que se oficia al llegar la imagen peregrina de la Virgen del Rosario, concelebrada por el obispo de la Diócesis de Jujuy Daniel Fernández, que en este primer domingo estuvo acompañado por el vicario general Antonio Hernández, el rector del Santuario Héctor Barrera y los presbíteros de la parroquia San Cayetano, San Lucas, San Bartolomé y el asesor del Colegio Del Salvador.
Este año a pedido de la feligresía que concurre tradicionalmente hasta el Santuario, se tomó como experiencia, que al terminar la segunda misa y la central, dejar en el altar del campito la imagen peregrina de la Virgen para que todos puedan tomar gracia y así ocurrió.
En su homilía de este primer domingo de peregrinación, monseñor Fernández resaltó el sentido de la fe que nos hace comunidad. “Dios al darnos la fe y el bautismo nos hizo a todos miembros de su iglesia, de su pueblo y por eso formamos una familia que quiere vivir en el amor en el servicio”, dijo.
Al respecto explicó que trató de resaltar “que ninguno puede ser cristiano aisladamente porque su fe se debilita, necesitamos fortalecer esa fe en la comunidad, en la familia en primer lugar y después en la comunidad cristiana, en el lugar donde participamos, en las parroquias, en los colegios, donde nos contagiamos mutuamente la fe y nos animamos a peregrinar en este camino de la fe sirviendo a los demás. Empezando por la familia que es la primera transmisora de la fe, en la fe como vínculo de cohesión, de pueblo de Dios y también en nuestra familia ayuda a que nos mantengamos unidos bajo el cuidado amoroso de Dios para que los papás puedan cumplir su tarea, los hijos la suya y todos formemos de cada una de nuestras familias un lugar de amor”.
Hoy también peregrinan
Antes de dar la bendición final, el obispo recordó que al celebrarse hoy la Solemnidad Patronal de la Virgen también habrá una peregrinación con salida a las 6 desde la Catedral Basílica hasta el Santuario y posterior oficio de la Santa Misa, mientras que las misas restantes se harán en los horarios de domingo en la mañana y la tarde. Del mismo modo invitó a que los fieles de la ciudad capital participen masivamente de la procesión que tendrá lugar por calles del centro a partir de las 17 y posterior misa “porque tenemos la gracia de creer, pongamos todas nuestras intenciones en el corazón de la Virgen a todos nuestros seres queridos, y que vinimos a este mundo porque tenemos un papá y una mamá que tenían fe y porque detrás de ellos hay un Dios que les dio la vida nueva en el bautismo como hijos de Dios”.