Viene de participar de la celebración de los 50 años de mundialmente famosa obra argentina del maestro Ariel Ramírez, "Misa Criolla", realizada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, frente al Papa Francisco y con la dirección de Facundo Ramírez.
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Viene de participar de la celebración de los 50 años de mundialmente famosa obra argentina del maestro Ariel Ramírez, "Misa Criolla", realizada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, frente al Papa Francisco y con la dirección de Facundo Ramírez.
Hace un tiempo largo que no hay presentaciones suyas en Jujuy...
Estuve de gira, y ahora estoy saliendo próximamente de nuevo, y entre una cosa y otra, me hice este tiempo para presentar este sonido acústico de la Quebrada de Humahuaca. Estaremos hoy en el Centro Cultural "Casa Macedonio Graz", junto a Juan Cruz Torres que seguramente tuvo los sonidos de cuerdas de su padre ya en la panza de la madre; y Lucas, mi hijo que es técnico en sistemas de sonido y grabación, que también desde chico escuchó estos sonidos. Nos hemos juntado, ellos por un lado son un dúo muy lindo, acústico volviendo al sonido que hoy está tan de moda, el de las grandes masas, y la música nuestra no es un sonido de las grandes masas. Se puede hacer, pero no es lo ideal. En algunos de los hechos contundentes y conmovedores del círculo agrario de la quebrada de Humahuaca no se necesitan los grandes sonidos. Por eso estamos volviendo al sonido de lo acústico, de las buenas maderas, de las buenas cañas, y el sonido de la naturaleza. Vamos a venir con ese sonido desde Tilcara.
Hay una herencia muy fuerte en Lucas y Juan Cruz, y seguramente en usted, de sus ancestros...
Sí, yo ya hace un rato largo estoy viviendo una conmovedora propuesta en mí, que nació de recorrer el mundo, que es buscar el sonido de nuestros ancestros, de nuestra gente. No estoy en desacuerdo que se agreguen nuevos sonidos al folclore, pero hay que recuperar esto también. Una vez, allá cuando en el '70 y pico, Cosquín se llenó de los sonidos de las guitarras eléctricas, las Ovation, hasta los mismos changos de las chacareras le daban duro a estas guitarras. Y la verdad es que estas guitarras son para tocar como los grandes guitarristas del rock, del jazz, del blues, del pop. Le preguntaron a don Atahualpa Yupanqui, "usted qué piensa de la guitarra eléctrica en el folclore?" y Atahualpa que era una viejo sabio, lo miró y le dijo "mire muchacho, yo soy guitarrista, no soy electricista".
Por eso estamos desesperados en buscar ese sonido acústico que nos hace tan bien. Yo escucho el ronroco de Gustavo Santaolalla por ejemplo, y realmente me puebla el alma y la cabeza de sonidos, de gente de mi pueblo, me trae las viejas cocineras de mi pueblo, me trae este misterio que tiene la Quebrada de Humahuaca.
¿En qué consiste este acústico que van a presentar esta noche?
Va a durar más o menos una hora y veinte minutos, y está hecho con la participación de alguna poesía de Atahualpa Yupanqui, que nunca la hago faltar en ningún espacio del mundo donde voy a tocar, aún cuando no sea un lugar de habla española, pero Atahualpa es muy conmovedor con sus letras, es el que abre espacios y va con la whipala adelante.
Y después vamos a pasar imágenes de Miguel Pereira (cineasta), ya que me puedo adjudicar el título de musicalizador de la obra de él, películas, documentales, etc.
¿Cómo es para usted venir transitando distintos momentos musicales y culturales, que te llevan hoy a compartir con "los hijos de...". Hace poco estuviste con el hijo de Ariel Ramírez, Facundo en el Vaticano; ahora con su hijo y el de Jaime Torres. ¿Cómo se vive esa transición?
Es conmovedor porque los chicos han visto el comportamiento de los padres, no solamente en el oficio, o en lo profesional, sino en lo humano. Nosotros somos el reflejo de la música que hacemos. Antiguamente, cuando todavía éramos una comarca, nuestras madres nos cargaban en sus espaldas. Para muchos parece ser una pintura, una imagen pintoresca, y no, eso que hacen las mujeres es empezar a darle a los niños la misma visión de la madre, a la altura de sus ojos. Así el niño está sintiendo junto al cuerpo de la madre, las angustias, los lloros, las risas, el esfuerzo del trabajo. Los quebradeños no somos pintorescos, no somos un cardón, un siku, una quena, somos paisaje porque como decía Atahualpa: "el hombre es tierra que anda", pero no somos pintorescos. Estamos detrás de la verdad siempre, no de lo verdadero, y la música nuestra va a buscar eso. Siempre le reclamo a los changos que se llevan por delante un pueblo con tanta historia. La Quebrada tuvo más de 80 batallas de la Independencia, con gente de ahí, no con gauchos, porque los gauchos no podían correr en medio de las piedras. Ese es el orgullo que tengo y lo que trato de contar.
¿Este acústico ya se hizo en algún lado?
No, pero lo que nos mueve a hacerlo es que hace unos días tocamos para un grupo de estudiantes de Estados Unidos, que vienen con toda una información de lo que es el buen jazz, el buen rock, el buen blues, de toda la música del mundo a la que tienen acceso en su país, y vienen acá a un bar de la quebrada, y ven un tipo que se sube al escenario con unas cañas, con un instrumentos largo. Y se quedan a esperar. Cuando termina el primer tema, pegan un alarido de aprobación, y los ves que se quieren meter en los sikus, en los erkes, y con su torpe español te dicen lo bello que les pareció. Entonces quieren decir que no estamos errando el camino.
Qué bueno que te ocupes de transmitir esto a través de los conciertos y de contarlo...
Tratamos de darnos ese tiempo entre un viaje y otro. El lunes vamos a estar en Salta, y luego yo me voy a Perú, a Bolivia, al festival de cine de Tijuana (México), luego a Brasil donde vivo parte del año, y finalmente a Londres. En Europa voy a tocar con un músico de la orquesta Sinfónica de Suiza, y que tiene una especialidad en flautas navajas, y vamos a hacer una unión con los sikus.
El dato
El 26 de este mes tocarán y darán una charla por la mañana en la Universidad de la Música "Tomás Frías" de Potosí, Bolivia, donde fueron convocados por sus sonidos.