Los cinco colectivos que se dirigían a los pueblos de Fua y Kefraya para evacuar a los civiles, han sido incendiados por grupos no identificados, según han informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y la televisión estatal.
El ataque se produjo al atravesar las líneas de la oposición al régimen de Bachar el Asad.
Esta semana Rusia, Turquía e Irán, tres de las potencias extranjeras que pelean en esta parte de Siria -Estados Unidos, al menos públicamente, no participó-, sellaron un acuerdo para terminar con los bloqueos que estaban provocando crisis humanitarias en el norte de Siria.
Por un lado, el acuerdo estableció que los combatientes rebeldes y los civiles encerrados en la devastada ciudad de Alepo debían ser evacuados a otras zonas controladas por insurgentes, mientras que, por otro lado, garantizó que los civiles asediados por rebeldes islamistas también podían ser trasladados a zonas bajo control gubernamental.
La evacuación de las poblaciones de mayoría chiíta de la vecina provincia de Idleb, reclamada principalmente por Irán, la mayor potencia chiíta de Medio Oriente, debía empezar ayer por la mañana.
En total, se espera que entre 3.000 y 4.000 civiles salgan de las dos poblaciones asediadas de Idleb acompañados por la Media Luna Roja Siria, aunque el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, advirtió ayer que la exfilial de Al Qaeda está bloqueando la entrada del convoy.
Paralelamente, 25 colectivos entraron ayer de vuelta en los dos barrios donde aún se concentran miles de civiles y combatientes rebeldes que quieren salir de Alepo y poner fin a seis meses de asedio, hambre, enfermedad y destrucción, mientras que otros parten a regañadientes, forzados por la asimetría de poder militar.
Por primera vez, la televisión pública siria informa que los evacuados son combatientes rebeldes y sus familias. Hasta ahora había anunciado la salida de civiles y heridos.
Según este medio oficial, los milicianos rebeldes incendiaron sus sedes e intentaron esconder sus armas más pesadas para no entregarlas al Ejército.
La evacuación en Alepo se realiza bajo la supervisión de la Media Luna Roja Siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Después de seis meses de asedio del Ejército y sus aliados -milicias apoyadas por Irán y la aviación rusa- y de más de cuatro años de combates, finalmente los rebeldes que resistían dentro de la ciudad de Alepo, la segunda más importante de Siria, aceptaron una tregua propuesta por Moscú para abandonar la urbe y poner fin a una batalla que ya provocó una de las peores crisis humanitarias del conflicto.
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Los cinco colectivos que se dirigían a los pueblos de Fua y Kefraya para evacuar a los civiles, han sido incendiados por grupos no identificados, según han informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y la televisión estatal.
El ataque se produjo al atravesar las líneas de la oposición al régimen de Bachar el Asad.
Esta semana Rusia, Turquía e Irán, tres de las potencias extranjeras que pelean en esta parte de Siria -Estados Unidos, al menos públicamente, no participó-, sellaron un acuerdo para terminar con los bloqueos que estaban provocando crisis humanitarias en el norte de Siria.
Por un lado, el acuerdo estableció que los combatientes rebeldes y los civiles encerrados en la devastada ciudad de Alepo debían ser evacuados a otras zonas controladas por insurgentes, mientras que, por otro lado, garantizó que los civiles asediados por rebeldes islamistas también podían ser trasladados a zonas bajo control gubernamental.
La evacuación de las poblaciones de mayoría chiíta de la vecina provincia de Idleb, reclamada principalmente por Irán, la mayor potencia chiíta de Medio Oriente, debía empezar ayer por la mañana.
En total, se espera que entre 3.000 y 4.000 civiles salgan de las dos poblaciones asediadas de Idleb acompañados por la Media Luna Roja Siria, aunque el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, advirtió ayer que la exfilial de Al Qaeda está bloqueando la entrada del convoy.
Paralelamente, 25 colectivos entraron ayer de vuelta en los dos barrios donde aún se concentran miles de civiles y combatientes rebeldes que quieren salir de Alepo y poner fin a seis meses de asedio, hambre, enfermedad y destrucción, mientras que otros parten a regañadientes, forzados por la asimetría de poder militar.
Por primera vez, la televisión pública siria informa que los evacuados son combatientes rebeldes y sus familias. Hasta ahora había anunciado la salida de civiles y heridos.
Según este medio oficial, los milicianos rebeldes incendiaron sus sedes e intentaron esconder sus armas más pesadas para no entregarlas al Ejército.
La evacuación en Alepo se realiza bajo la supervisión de la Media Luna Roja Siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Después de seis meses de asedio del Ejército y sus aliados -milicias apoyadas por Irán y la aviación rusa- y de más de cuatro años de combates, finalmente los rebeldes que resistían dentro de la ciudad de Alepo, la segunda más importante de Siria, aceptaron una tregua propuesta por Moscú para abandonar la urbe y poner fin a una batalla que ya provocó una de las peores crisis humanitarias del conflicto.