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Se creó la primera impresora 3 D jujeña y procuran fabricarla

Martes, 02 de febrero de 2016 01:30
Un ingeniero informático jujeño creó su propia impresora 3D, que logró poner a punto y crear objetos de muestra de buena calidad. Prevé buscar financiamiento para poder producirla en Jujuy, destinado a industrias, debido a que por su calidad competiría en precio con otras importadas de esa calidad. Su precio rondarían los 200 mil pesos y su producción podría generar empleo y alternativas de uso industrial, además de generar empleo para fabricarla.
La iniciativa fue del ingeniero electrónico y desarrollador Matías Cosentini, un joven jujeño que volvió a la provincia luego de formarse en Córdoba y trabajar en algunas empresas de ingeniería. Con el objetivo de realizar desarrollos especiales y máquinas en su provincia, inició su proyecto que concretó a fines del 2015 al materializar la impresora en 3 D que denominó Digital Light Processing (DLP).
En su taller gráfico de calle Chijra, mostró entusiasta tanto la máquina como los productos que creó y los comparó con otros elaborados en máquinas del mercado, para diferenciar la calidad con la que su máquina puede crear y en menor tiempo.
"La idea del proceso éste es lograr piezas con mejor calidad. También es poder ofrecerla a la máquina para el mercado industrial, de diseño, porque permite dibujar el producto en la computadora y en cuatro a seis horas poder tenerlo en la mano, determinar si es ergonómico, si es una pieza que se tienen que manejar, se puede hacer desarrollo, verificar diseños", explicó Matías Cosentini.
El proceso se basa en solidificar resinas a través de luz con UV, éstas pueden tener distintas características pero actualmente trabaja con resinas epoxi, sin embargo apunta a que la máquina pueda usarse en el diseño con nuevos materiales.
Los usos son múltiples y se orienta a la industria local. Se podría usar en arquitectura para fabricar maquetas; para diseñadores de moda como se usa actualmente y de acuerdo al material incluso en producto final, como el caso de Nike.
Aspira a lograr que el epoxi que se usa de matera prima sea bio-compatible de modo que, mediante un escaneo o resonancia magnética, puedan usarlo en odontología creando protecciones y prótesis, aplicaciones médicas y piezas industriales.
En el caso de su actual ocupación, un comercio de productos publicitarios donde desarrollan productos para publicidad y marketing (producen pines, llaveros, piezas de modelismo y otras) le permitirá realizar el matrizado de piezas y bajar el costo de las mismas y el tiempo, ya que hasta entonces se hacía muy artesanalmente con un tiempo de hasta dos meses.
"Vamos a ofrecer el servicio una vez que esté más calibrada la impresora, y después que la probemos y estemos conformes con el desempeño vamos a ofrecerla como máquina", explicó el ingeniero electrónico Matías Cosentini quien ve en esta iniciativa la concreción de sus inquietudes de varios años.
Sucede que Cosentini siempre trabajó en industrias, con máquinas, en la electrónica aplicada para automatización y control, en Córdoba y Buenos Aires que se coloca a los artefactos para que funcionen, y volvió para sumarse al emprendimiento de su padre de modo de innovar en su producción artesanal y darle una escala industrial.
Otro de los objetivos es poder luego fabricar la máquina impresora DLP, por lo que necesitarán una gran inversión para poder producirla, que implicaría brindar puestos de trabajo para su fabricación. Aspira por ello a lograr alguna línea de financiamiento para desarrollar este importante avance de origen local.
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Un ingeniero informático jujeño creó su propia impresora 3D, que logró poner a punto y crear objetos de muestra de buena calidad. Prevé buscar financiamiento para poder producirla en Jujuy, destinado a industrias, debido a que por su calidad competiría en precio con otras importadas de esa calidad. Su precio rondarían los 200 mil pesos y su producción podría generar empleo y alternativas de uso industrial, además de generar empleo para fabricarla.
La iniciativa fue del ingeniero electrónico y desarrollador Matías Cosentini, un joven jujeño que volvió a la provincia luego de formarse en Córdoba y trabajar en algunas empresas de ingeniería. Con el objetivo de realizar desarrollos especiales y máquinas en su provincia, inició su proyecto que concretó a fines del 2015 al materializar la impresora en 3 D que denominó Digital Light Processing (DLP).
En su taller gráfico de calle Chijra, mostró entusiasta tanto la máquina como los productos que creó y los comparó con otros elaborados en máquinas del mercado, para diferenciar la calidad con la que su máquina puede crear y en menor tiempo.
"La idea del proceso éste es lograr piezas con mejor calidad. También es poder ofrecerla a la máquina para el mercado industrial, de diseño, porque permite dibujar el producto en la computadora y en cuatro a seis horas poder tenerlo en la mano, determinar si es ergonómico, si es una pieza que se tienen que manejar, se puede hacer desarrollo, verificar diseños", explicó Matías Cosentini.
El proceso se basa en solidificar resinas a través de luz con UV, éstas pueden tener distintas características pero actualmente trabaja con resinas epoxi, sin embargo apunta a que la máquina pueda usarse en el diseño con nuevos materiales.
Los usos son múltiples y se orienta a la industria local. Se podría usar en arquitectura para fabricar maquetas; para diseñadores de moda como se usa actualmente y de acuerdo al material incluso en producto final, como el caso de Nike.
Aspira a lograr que el epoxi que se usa de matera prima sea bio-compatible de modo que, mediante un escaneo o resonancia magnética, puedan usarlo en odontología creando protecciones y prótesis, aplicaciones médicas y piezas industriales.
En el caso de su actual ocupación, un comercio de productos publicitarios donde desarrollan productos para publicidad y marketing (producen pines, llaveros, piezas de modelismo y otras) le permitirá realizar el matrizado de piezas y bajar el costo de las mismas y el tiempo, ya que hasta entonces se hacía muy artesanalmente con un tiempo de hasta dos meses.
"Vamos a ofrecer el servicio una vez que esté más calibrada la impresora, y después que la probemos y estemos conformes con el desempeño vamos a ofrecerla como máquina", explicó el ingeniero electrónico Matías Cosentini quien ve en esta iniciativa la concreción de sus inquietudes de varios años.
Sucede que Cosentini siempre trabajó en industrias, con máquinas, en la electrónica aplicada para automatización y control, en Córdoba y Buenos Aires que se coloca a los artefactos para que funcionen, y volvió para sumarse al emprendimiento de su padre de modo de innovar en su producción artesanal y darle una escala industrial.
Otro de los objetivos es poder luego fabricar la máquina impresora DLP, por lo que necesitarán una gran inversión para poder producirla, que implicaría brindar puestos de trabajo para su fabricación. Aspira por ello a lograr alguna línea de financiamiento para desarrollar este importante avance de origen local.

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