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Condenan a militares por violencia sexual

Miércoles, 02 de marzo de 2016 01:30
JUSTICIA / ABUELAS DE SEPUR ZARCO ASISTIERON CON LOS ROSTROS TAPADOS.
La Justicia de Guatemala generó un precedente histórico de alcance mundial: un tribunal nacional condenó a 120 y 240 años de prisión a dos miembros del ejército por crímenes de guerra en sus modalidades de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica contra mujeres indígenas en el destacamento Sepur Zarco, durante el conflicto armado que vivió el país.
"Fue un juicio histórico importante para las mujeres de Guatemala por el tipo de delito que se estaba juzgando. Se consideró a la violencia sexual como delito de guerra y esto marca un precedente en el país y en otros países que también están llevando la lucha por la violencia sexual, como Colombia y Ruanda", dijo Cristina Chiquin, reportera y fundadora de la agrupación Mujeres Ixchel que desde hace años intenta mediante el fotoperiodismo "visibilizar voces de mujeres".
Durante el conflicto interno en Guatemala, el destacamento militar Sepur Zarco sirvió como un centro de descanso para el ejército, y fue a la vez, el epicentro de delitos contra las mujeres de la comunidad maya q'eqchi's.
Esclavitud sexual, violaciones, desapariciones forzadas de sus esposos e hijos, malos tratos, discriminación, así como la pérdida de sus viviendas, fueron algunas de las vejaciones por las que fueron sometidas estas mujeres ente 1982 y 1986.
Más de 30 años después, tras una larga lucha y el firme acompañamiento de organizaciones sociales, un tribunal ordinario decidió darle lugar a la demanda y juzgar al teniente coronel retirado Esteelmer Francisco Reyes Girón y el excomisionado (colaborador civil) del Ejército Heriberto Valdéz Asij por considerar que hicieron con sus actos "un daño irreparable" a "toda una población", y tras 26 días de juicio, los condenó por asesinato, violación, abuso sexual, servidumbre doméstica y secuestro.
El tribunal hizo énfasis en los testimonios de las sobrevivientes, que fueron grabados como prueba dos años antes de esta audiencia, y presenciados el día de la condena por todas las víctimas y los dos culpables.
Las "abuelas de Sepur Zarco", como les llaman por haber alcanzado ya los 70 años, asistieron a las audiencias tapando sus rostros con pañuelos. Lo que podía llegar a interpretarse como un gesto de vergüenza ante tantas humillaciones en realidad escondía una realidad más oscura: se taparon por miedo.
"Se cubrieron el rostro por seguridad, porque muchos de los que cometieron estos crímenes están por ahí. Cuando dieron la sentencia apenas se destaparon pero dentro de la audiencia no lo hicieron", comentó.
Las mujeres de Sepur Zarco saben que sus testimonios pueden convertirse en un símbolo y que sus voces ya integran parte de la historia del conflicto armado.
De esta manera, resta esperar a que dejan firme la sentencia y el tribunal dé a conocer las medidas de reparación.
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La Justicia de Guatemala generó un precedente histórico de alcance mundial: un tribunal nacional condenó a 120 y 240 años de prisión a dos miembros del ejército por crímenes de guerra en sus modalidades de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica contra mujeres indígenas en el destacamento Sepur Zarco, durante el conflicto armado que vivió el país.
"Fue un juicio histórico importante para las mujeres de Guatemala por el tipo de delito que se estaba juzgando. Se consideró a la violencia sexual como delito de guerra y esto marca un precedente en el país y en otros países que también están llevando la lucha por la violencia sexual, como Colombia y Ruanda", dijo Cristina Chiquin, reportera y fundadora de la agrupación Mujeres Ixchel que desde hace años intenta mediante el fotoperiodismo "visibilizar voces de mujeres".
Durante el conflicto interno en Guatemala, el destacamento militar Sepur Zarco sirvió como un centro de descanso para el ejército, y fue a la vez, el epicentro de delitos contra las mujeres de la comunidad maya q'eqchi's.
Esclavitud sexual, violaciones, desapariciones forzadas de sus esposos e hijos, malos tratos, discriminación, así como la pérdida de sus viviendas, fueron algunas de las vejaciones por las que fueron sometidas estas mujeres ente 1982 y 1986.
Más de 30 años después, tras una larga lucha y el firme acompañamiento de organizaciones sociales, un tribunal ordinario decidió darle lugar a la demanda y juzgar al teniente coronel retirado Esteelmer Francisco Reyes Girón y el excomisionado (colaborador civil) del Ejército Heriberto Valdéz Asij por considerar que hicieron con sus actos "un daño irreparable" a "toda una población", y tras 26 días de juicio, los condenó por asesinato, violación, abuso sexual, servidumbre doméstica y secuestro.
El tribunal hizo énfasis en los testimonios de las sobrevivientes, que fueron grabados como prueba dos años antes de esta audiencia, y presenciados el día de la condena por todas las víctimas y los dos culpables.
Las "abuelas de Sepur Zarco", como les llaman por haber alcanzado ya los 70 años, asistieron a las audiencias tapando sus rostros con pañuelos. Lo que podía llegar a interpretarse como un gesto de vergüenza ante tantas humillaciones en realidad escondía una realidad más oscura: se taparon por miedo.
"Se cubrieron el rostro por seguridad, porque muchos de los que cometieron estos crímenes están por ahí. Cuando dieron la sentencia apenas se destaparon pero dentro de la audiencia no lo hicieron", comentó.
Las mujeres de Sepur Zarco saben que sus testimonios pueden convertirse en un símbolo y que sus voces ya integran parte de la historia del conflicto armado.
De esta manera, resta esperar a que dejan firme la sentencia y el tribunal dé a conocer las medidas de reparación.

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