Bajo el lema "Celebremos la familia, regalo de Dios", miles de fieles participaron ayer de la tercera peregrinación al Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, en una jornada que estuvo dedicada a los enfermos y la familia y que coincidió, como en otros años, con la celebración del Día del Madre.
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Bajo el lema "Celebremos la familia, regalo de Dios", miles de fieles participaron ayer de la tercera peregrinación al Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, en una jornada que estuvo dedicada a los enfermos y la familia y que coincidió, como en otros años, con la celebración del Día del Madre.
Debido a que el domingo 22 son las elecciones legislativas en todo el país, no se peregrinará pero si habrá misas en el santuario.
Un cálido sol acompañó en su andar a la feligresía que partió a las 6 de la Catedral, llevando en andas la imagen de la santa patrona, que llegó acompañada por las bandas de sikuris para participar del la misa principal encabezada por el obispo de la Diócesis, Daniel Fernández, en el "campito".
Pasadas las 8.30 una multitud acompañó con profunda emoción su llegada y la recibió agitando pañuelos blancos como muestra de fe y agradecimiento. Entre los presentes hubo gran cantidad de familias y personas de avanzada edad que se ubicaron con sombrillas para resguardarse del sol.
Durante la homilía, el obispo saludó a las madres y recordó el valor de tenerlas siempre presentes para saludarlas y respetarlas.
Las misas se harán en los horarios habituales: a las 7 y 8.30 en el "campito", y a las 10.30, 12, 17.30 y 19.30 en el templete.
Monseñor Fernández expresó que las madres profesan un amor inmenso por sus hijos y por sus familias, "son aquellas que de niño te llevaban siempre de la mano y eran capaces de quitarse la comida de la boca solo para que seas feliz", dijo.
Tras finalizar la misa central de ayer, la imagen de la Virgen fue trasladada en una camioneta para recorrer todo el predio.
"Tomemos conciencia de estar más con ellas, saludarlas, honrarlas y respetarlas. También a nuestros abuelos que son una reliquia, a ellos debemos tenerles profunda paciencia y amor y hacerlos sentir siempre bien", instó el obispo.
También recordó la importancia de la unión familiar y el respeto a los padres, como parte de unas de las premisas que tiene la celebración de la Semana de la Familia. Como parte de los festejos se realizó un emotivo acto que contó con el ingreso de devotos que desplegaron carteles con las palabras "Amor, Respeto, Diálogo, Perdón y Tolerancia".
Berta Calisaya
“Hace 20 años que vengo a verla a la Virgen, no falté nunca. Tengo artrosis, pero aún así siento en mi corazón que tengo que venir a ver a nuestra mamita. Ella me cuida a mí y a mi familia”.
Jorge Soruco
“Vengo a agradecer a la Virgen porque siempre está presente junto a mi familia, cuidándonos y protegiéndonos de todo mal. Es algo que deseo que aprendan mis hijos para que el día de mañana sean ellos los que vengan solos”.
Ana Romero
“En el Día de la Madre decidimos venir a saludar a la madre de todas las madres y decirles gracias por todo los que nos da, especialmente por la salud que nos permite sentirnos plenas”.