René Aramayo es un exempleado del hoy desaparecido Banco de la Provincia de Jujuy, y con motivo de celebrarse el Día del Empleado Bancario, quiso recordarlo teniendo en cuenta lo que marcó y significó para los jujeños esa histórica institución crediticia que fue fundada allá por el año 1932.
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René Aramayo es un exempleado del hoy desaparecido Banco de la Provincia de Jujuy, y con motivo de celebrarse el Día del Empleado Bancario, quiso recordarlo teniendo en cuenta lo que marcó y significó para los jujeños esa histórica institución crediticia que fue fundada allá por el año 1932.
"Los que alguna vez fuimos sus empleados queremos, a través de esta sencilla nota, recordarlo porque no queremos que muera en el olvido", señaló Aramayo a la vez que reflexionaba, "los jóvenes que cumplieron 20 años de edad no saben que existía. Ellos nacieron conociendo lo que hoy es el Banco Macro".
Respecto de sus orígenes y apelando a la memoria recordó que el Banco de la Provincia de Jujuy surgió "por la inquietud de algunos comerciantes y empresarios que venían padeciendo la crisis económica de los años 1929 en adelante. Eran momentos muy difíciles y había que agudizar el ingenio".
Haciendo alusión a publicaciones que rescatan parte de la historia de Jujuy de antaño, Aramayo, con una carpeta de recortes bajo el brazo, desglosaba los apuntes y leía con atención aspectos, que al tener en cuenta por el brillo de los ojos o el entusiasmo por relatarlos, lo llenaban de orgullo por haber pertenecido a ese mundo especial que significaba por esos años pertenecer al banco. "Ser empleado del banco te daba cierto estatus. Trabajo en el Banco y la gente te miraba con respeto. Además ayudaban los sueldos que en muchas oportunidades eran superiores a los que cobraban los empleados del estado".
"Era toda una ceremonia preparase para la jornada de trabajo. La camisa bien planchada, no se permitían arrugas. La corbata con un buen nudo y el saco. Recuerdo que nuestro jefe siempre nos decía que la amabilidad y el respeto por el cliente tiene que ser un sello que distinga al banco".
Repasando la historia que está escrita en distintos documentos se resalta como se comenzó a armar el banco, "el gobierno colocó un empréstito por el valor de un millón de pesos que fue suscripto por numerosos ahorristas locales y se emitieron acciones por un monto total de 500 mil, logrando conformar un capital total de 1 millón. Entre los accionistas figuran nombres como Pérez Arenasa y Cia., Juan Garcia Rubio, Alfonso y Cia. , Adolfo Martinez y se citan entre otros a Braulio Herrero y a la azucarera Leach, entre otras".
Y el relato sigue por anécdotas y uno que otro dato rescatado de internet, "el objetivo principal fue rescatar la actividad comercial e industrial. Se daban préstamos a pequeños y a grandes y así se fue gestando un fondo. La importancia del banco por el manejo de sus directivos fue creciendo y comenzaron a aparecer las distintas sucursales en el interior".
Aramayo recordó cómo se fue desarrollando el banco, "primero comenzamos en la esquina de Balcarce y Alvear, y cuando nos dimos cuenta teníamos compañeros en Ledesma, San Pedro, Perico, Monterrico, Palpalá y para el norte en Humahuaca, El Aguilar, Abra Pampa, La Quiaca y hasta en Buenos Aires".
"Por sus oficinas pasaron muchos hombres de bien que supieron enseñar y educar en la cultura del trabajo a casi tres generaciones de empleados, entre los que se destacamos a sus gerentes generales como Don Kunz (1er.), Roque Mario Cardozo, Manuel Fidel Prada, Idelfonso Alsina, entres otros".
La historia del Banco Provincia de Jujuy, con lo que significó en los buenos y en los malos tiempos, llega a su fin con su privatización hace más de 20 años. Pero esa historia está marcada aun en esa vieja e imponente fachada que guarda el relato de cientos de momentos vividos por gran parte de los jujeños.
"Los que nos sentimos orgullosos de haber trabajado en esta Institución, y al conmemorarse una fecha más del Día del bancario, queremos mandar un saludo a todos sus exempleados, que se encuentran en toda la provincia", concluyó Aramayo.
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